Vago de cojones. (83)

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Lucía.

    Ya estoy lista, son las ocho y media de la tarde, hemos ido en plan tranquilo, la verdad.

    Y voilá.

    He aquí el resultado.

    Celia, que está estudiando peluquería y estética, se empeñó en hacerme unas mechas y cortarme el pelo y, tras mucho insistir, se lo permití

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    Celia, que está estudiando peluquería y estética, se empeñó en hacerme unas mechas y cortarme el pelo y, tras mucho insistir, se lo permití.

    A decir verdad, no han quedado tan mal.

    Me gustan.

    Cojo un pequeño bolso de mano negro, meto el móvil, clínex y, aunque sé que va a insistir en pagar, dinero.

    Le doy un beso en la mejilla a mi prima, otro a Jules y, cuando Guille está confiado, le suelto un lametón.

    Tras percibir su mirada de odio y escuchar la risa de las chicas, salgo de la habitación y, voy a la de Dani, donde se está arreglando Jesús.

    Doy unos suaves toques en la puerta.

    Nadie abre.

Jesús.

    Oh, mierda, Lucía ya está aquí y no he terminado de arreglarme.

    Tras veinte minutos finalizando mi gran obra maestra salgo y sólo encuentro una nota.

    NOTA: Jesús, si no vas a poner de tu parte, ya buscaré a otro que sí quiera cenar conmigo. Mira por dónde, tienes un gemelo, imbécil.

    Oh, oh.

    Joder, joder, ¡joder!

    La he cagado, tenía que haber empezado a arreglarme antes, soy un vago de cojones.

    Voy a su cuarto y está con sus tres inseparables.

    Nada más percatarse de mi presencia, Guille se levanta, se acerca a mí, me lanza una mirada de desaprobación y me empuja fuera de la habitación y cierra la puerta, la diferencia, es que esta vez alcanzo a escuchar el pestillo cerrándose.

    -¡Lucía! ¡Lo siento! ¡Me retrasé, no tengo escusa! ¡Por favor, sal!

    Escucho como abren el pestillo y, segundos más tarde, la puerta.

    -Vete, no quiero salir contigo, no hoy, no tengo ganas de salir- dice tranquila con una sonrisa falsa y tranquilizadora.

    -Pues cenamos aquí- sentencio- Quién llegue último a la cocina friega los cacharros.

    Dicho esto salgo corriendo y escucho como se quita los tacones y corre detrás mío.

    Es muy rápida, me ha alcanzado.

    Táctica romántica.

    Antes de que se pueda dar cuenta la que cogido de la cintura la he levantado y la he besado.

    -Eh, eso es trampa- se queja divertida cuando nos separamos.

    -En el amor no hay normas, por lo cual, tampoco hay trampas- susurro dulcemente.

    -Me acaba de dar diabetes- dice escapando de mis brazos.

    -Enserio, eres la persona menos romántica del mundo- me quejo divertido- Aún así te quiero.

     Se encoge de hombros y camina hasta la cocina y yo la sigo.

    -¿Qué se supone que vamos a cenar?- pregunta alzando la ceja derecha.

    -Pues prepararemos algo supongo, ¿no?

    -¿Recuerdas que ya no queda nada más en la nevera ni en los armarios?- pregunta irónica- Bueno sí, magdalenas, leche y Cola Cao.

    -Vale, me has pillado- musito y sonrió pícaro- O tal vez no.

    Me pongo detrás de ella, rodeo su cintura con mis brazos, llevo mi nariz desde su hombro hasta su cuello rozando su piel y muerdo suavemente su cuello.

    Tras esto, Lucía echa la cabeza hacia atrás y se muerde el labio, mientras con su mano izquierda acaricia mi cabeza y, con su mano izquierda acaricia mis manos.

    Paso mi boca por su cuello depositando algún que otro beso y respirando su aroma a coco, a continuación, le doy la vuelta y la beso apasionadamente.

    De repente se abre la puerta y entra mi gemelo cantando Miénteme de Álex Ubago.

    Qué oportuno es.

    Cuando se percata de nuestra presencia, deja de cantar y pone cara de haber visto un fantasma y sale rápidamente.

   

   

Me llamo Lucía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora