Trato hecho. (78)

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Lucía.

    —Bueno, señorita, controle sus nervios y mejórese— dijo una de las médicos antes que se fuesen de casa.

    —Ya sabes, mejórate— comenta Jesús señalándome con su dedo de forma amenazante.

    —Sí, sí— musito restándole importancia— Chicas, iros, necesito hablar con Jesús.

    —Entendido— dijeron las tres al unísono y se fueron.

    —No quiero seguir con la mierda de tema de la distancia, rehacer nuestras vidas y salir con otras personas— se queja Jesús que está sentando a mi lado.

    Sonrío triste y le asiento con la cabeza en señal de que es de lo que quiero hablar.

    —Vamos a ver, yo quiero que seas el primero y tú no lo haces desde los tiempos de Nefertiti— comienzo— ¿Qué tal si nos quitamos juntos un peso de encima? Sería una despedida por todo lo alto— propongo.

    —No sé yo, eh... Es demasiado... Extraño— dice dudoso.

    —Además, tenemos mañana todo el día para disfrutarlo, sería una pena dejarlo escapar— comento insinuante y posando mi mano en la parte alta de su muslo.

    Gira la cara y besa ferozmente, se pone encima mío con una pierna a cada uno de mis lados, al igual que sus manos.

    Instintivamente, mis manos buscan contacto, mi mano derecha se dirige a su cuello y mi mano izquierda al interior de su camiseta, acariciando así sus definidos abdominales.

    Nos separamos por falta de aire y nos miramos a los ojos fijamente, mientras recuperamos la respiración.

    —Trato hecho— musita y deposita un pequeño beso en mis labios.

    Se levanta y se quita la camiseta, las zapatillas, los calcetines y los pantalones.

    —¡El último que se meta en la piscina limpia los baños!— grita sorprendentemente alto, tan alto que se oyen pasos indicando que todos lo han escuchado.

    Echa a correr como un descosido, mientras que yo, a toda prisa me deshago de mi pijama.

    Salgo corriendo en cuanto puedo y al situarme detras suyo salto para que me lleve a caballito.

    —¡Fortachón!

    —¡Aprovechada!

    —¡Sexy!

    —¡Calla o te follo delante de todos!— grita antes de que caigamos al agua.

    Los presentes nos miran extrañados y, cuando reaccionan, saltan, quedando Mar la última.

    JÉ, A LIMPIAR MIERDA, RUBIA.

    —No es justo, todos sois más rapidos— se queja.

    —Y menos rubios— objeta Guille.

    Uy, aquí va a correr sangre.

    TEAM JÜTTNER FOREVER.

    —¡Dani!— exclamo captando su atención— ¡Cógeme!

    Salto a sus brazos y el me coge, le beso la mejilla y lo abrazo, él me corresponde el abrazo y anda hasta la zona en que hago pie.

    —Te quiero, pequeñita.

    —Y yo, grandullón— digo y le cojo la cara y le beso la mejilla repetidas veces.

    —¡Jesús! ¿Qué te parecen los picos de amigos?— pregunta Dani.

    —Genial si sólo se quedan en eso, pero eso pregúntaselo a Julieta, que sé que le tienes ganas a Guille.

    —Dani, mi amor— dice el nombrado y le guiña un ojo.

    —Me refería a Lucía, asquerosos— se queja el gemelo menor y Jesús asiente a modo de aprobación.

    —A mí también me parecen genial— admito y le doy un pico.

    Me vuelve a abrazar, levantándome para que quede a su altura.

    —Me encanta abrazarte— susurra en mi oído.

    —Eres mi osito— comento— Don Abracitos, si te parece bien.

    —Me parece genial— dice y me da un pico.

    —¡Lucía!— me llama Guille acercándose a nosotros— Eres mi mejor amiga no me pongas los amicuernos, anda.

    —¿Amicuernos? ¿Qué palabras te inventas enserio?— río y le revuelvo el pelo— Eres mi único mejor amigo, él es el actor secundario.

    Me aparto de Dani y abrazo a Guille y enredo mis piernas en su cintura.

    —¡Eh! ¿Y yo qué?— se queja Dani y Guille le saca la lengua a modo de respuesta.

Me llamo Lucía.Where stories live. Discover now