Sin embargo aun no habían llegado al final de meta a pesar de que sus pies estaban solo a unos pocos centímetros de ella.

Entrelazo sus dedos con los de Noah y cansada, se recostó un poco contra el, ayudándose de su fuerza para continuar, y en respuesta, el beso la cima de su cabeza. Agradecía tener a alguien como el a su lado, pues le brindaba tanto apoyo y comprendió durante todas esas semanas tan extenuantes para ella, que se había ganado el cielo solo por su paciencia. Estaban un paso mas cerca de convertirse en una familia y la espera estaba resultando algo tediosa, pero sabían que merecería la pena, cuando finalmente tuviesen a las niñas en sus brazos.

A la salida de la clínica se tenso ante los malos recuerdos de ese día, que volvieron a asaltarle, atrayendo imágenes indeseadas a una mente que aun se estaba recuperando, pero que al menos ya no temblaba con la sola presencia de esos recuerdos. El peligro fue eliminado y Sean estaba a salvo. Tenia que quedarse con eso y seguir viviendo su vida, sin pensar en los y si que tanto habían volado a través de sus pensamientos.

--¿Todo bien?

Miro hacia arriba, al rostro preocupado de Noah y sonrío. En aquel tramo de acera, los años que paso siendo maltratada y vejada por un indeseable, se terminaron. Ahora podía respirar libremente sin tener que llevar a nadie para cuidar su espalda. Y aunque estaba muy asustada por el hombre que hizo aquello posible, ahora estaba mucho mejor. Así que debido a todo lo que le debía a Sean, ella rechazo cualquier sentimiento negativo que pudiese generar la vista de aquella calle, pues no lo merecía.

--Si. Todo esta bien.

Contesto, rodeando la cintura de Noah con un brazo, se apretó contra su costado y sonrío.

Ahora todo esta bien, pensó con tranquilidad.

***

--Noah, contracción.

Susurro Emma al pasar por su lado. Presionando el botón del conteo de tiempo, alargo su mano libre y busco a Emma con los dedos, acaricio su brazo con ternura. Su chica estaba apoyada en el respaldo del sofá y se balanceaba, soltando algún que otro quejido mientras la contracción pasaba.

--Ya.

Apago el cronometro y le mostró la pantalla.

--Son muy espaciadas.

--¿Quieres que vayamos al hospital?

--No.

Había preguntado solo por si acaso lograba que dijese si. En esos momentos, pese a que estaba claramente acojonado, la única que podía decir como funcionaba su cuerpo era Emma. Nadie sabría mejor que ella cuanto tiempo podía aguantar antes de hacer el viaje hasta el hospital, y por como iba la cosa, iban a pasar un buen rato yendo de una habitación a otra, pues Emma caminaba para aliviar la presión y el dolor que sentía.

Froto su suave mejilla contra su antebrazo, mientras las palabras salían en voz baja de sus labios. .

--Todo va bien, Noah, no te preocupes. No son contracciones seguidas y no duelen tanto como para querer ir al hospital. Estoy más cómoda en casa.

--Solo quiero asegurarme de que estáis bien.

--Lo estamos.

Apretando los dientes para no protestar, reclino la cabeza junto a las manos de Emma y suspiro. Con la terquedad de la mujer, en esos momentos le gustaría tener un mando a distancia o una poción mágica, para poder arrebatársela. No iba a mentir, ¡estaba asustado! Pero maldita sea, ¿Quién no? No era un embarazo de un solo bebe, ella llevaba dos dentro de su vientre y las cosas podían ir muy bien o muy mal, dependiendo de cómo se desarrollaran las cosas durante las contracciones. Su medico le dijo que en cuanto confirmara que las contracción que llegase a sentir fuesen de parto y no unas de falsa alarma, debía ir al hospital... ¿Emma había echo caso a las indicaciones del profesional a cargo de ella? No. ¿Indicaba eso que su futura esposa estaba loca o era un poco inconsciente? Si.

Cuidaré de tiHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin