Necesidad

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Por una vez en días, quería ser egoísta y raptar durante un momento a Emma. Alejarse de su madre y hablar con ella, sin la constante mirada de Sharon sobre ellos. Aunque le gustaba que madre e hija se hubiesen reunido después de tantos años, la extrema vigilancia a la que estaba sometiendo su relación, no le gustaba un pelo a pesar de que fue el quien incentivo aquel comportamiento.

Sin embargo, una cosa era ver un poco como eran las cosas entre ellos, y otra muy distinta mantenerlos en perpetua observación, como si fuesen dos bichos raros a los que debía investigar. La preocupación de Sharon iba mas allá de lo que el podía llegar a manejar. Simplemente estaba llegando a su límite, por que no era capaz de encontrar un solo hueco de tiempo en el cual pudiera estar tranquilamente con Emma a lo largo del día. Y llevaba así cinco largos e interminables días. Por eso propuso esa escapada. Y por eso decidió ir en caballo. Tenía el presentimiento de que Sharon no seria capaz de montar sobre ninguna de sus bestias, y había acertado de lleno. Quizás fuese un poco mezquino por su parte, pero el también tenia derecho a pasar un rato con Emma. Y dado que Sharon no se lo permitía, por que siempre estaba con ella, meter a la mujer en un todoterreno que la llevase al lugar el picnic, mientras Emma y el montaban a caballo, le daría un momento para sentir a Emma a su lado.

Tras ensillar a Goliat y revisar que todo estuviera debidamente puesto, se acerco a su chica, ofreciéndole una mano y una pequeña sonrisa. Ella no dudo un solo segundo en tomar su mano, dejándose guiar por el, se colocaron al costado de Goliat. Se tomo un segundo para presionar un beso en la cabeza de Em, mientras sus manos se acomodaban fácilmente a ambos lados de su abultada barriga. Las patadas de sus hijas no se hicieron esperar, arrancándole una sonrisa aun más grande cuando fue efusivamente saludado por las mellizas. Deslizo sus manos hacia las caderas de Emma, y espero un momento antes de llevarla arriba y sentir como se acomodaba sobre la silla. Debía de ser una vista espectacular, y aunque era una pena que no pudiera verla, podía sentir cada pedacito de ella. Así que no pasaba nada.

Sintió la inquietud de su suegra a su espalda, pero no iba a retroceder en su plan. Quería un poco de tiempo con Emma e iba a conseguirlo fuese como fuese. Aun así, debía interpretar un papel digno de un oscar, para que la mujer no sospechara nada de sus intenciones. Y dado que fue un exitoso empresario junto a su padre, no creía que fuese algo tan difícil de conseguir.

Girando sobre sus talones, cubrió su rostro con una mascara de preocupación.

--¿Esta bien, señora Brynn?

--¿No tienes nada mas seguro en lo que ir?

--Los caballos lo son.

--No para mí.

Tomándose un momento para fingir que meditaba una opción más sencilla para ella, se encogió de hombros.

--Puede ir en coche con alguno de los vaqueros.

--¿Llegaremos al lugar?

--Si. Confíe en ellos.

--De acuerdo. Iré en coche.

--Bien. Emma y yo la esperamos allí.

Dando media vuelta, metió el pie en el estribo, se agarro a la silla y se impulso hacia arriba. Montando a horcajadas sobre la silla, rodeo con los brazos a Emma, quien anteriormente había decidido ir delante a causa de la barriga de las mellizas y azuzo suavemente a Goliat. Dio un rápido silbido y emprendió el camino hacia el lugar en el cual iban a reunirse todos para disfrutar de una tarde en compañía de todos los que vivían en aquel rancho.

No podía catalogar como única familia a Emma, Sean y sus tíos y primos, pues poco a poco, los hombres que trabajaban a diario en el rancho y cuidaban de sus animales, se iban haciendo un hueco en sus corazones. En el de todos. Convivían veinticuatro horas, siete días a la semana. Se veían a menudo y hablaba cada día. Ahora que Emma estaba mejor, los desayunos comunes en la cocina, había vuelto a la normalidad, así que era impensable dejarlos fuera de la ecuación, cuando a familia se refería. Pero si había algo que los hacia aun mas familiares, era la disposición de cada uno de ellos para ayudarle ese mismo día a deshacerse durante un rato de la madre de Emma.

Cuidaré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora