El peligro de la locura

5.6K 620 124
                                    


Sintiéndose tembloroso de pies a cabeza, salio de la joyería en la que acababa de comprar el anillo de compromiso que pensaba entregarle a Emma cuando clavase una rodilla frente a ella y desnudara su corazón un poco mas de lo que ya lo había echo, acogió con gusto una bocanada de aire frío, que expandió sus pulmones con alivio y ayudo a tranquilizar la sensación gelatinosa que invadía sus piernas, mientras caminaba por la acera de la calle en compañía de Alisa.

El bolsillo de su pantalón tenia un peso agradable, allí donde ocultaba la cajita con la joya, y es que no sabia muy bien donde ocultarlo por el momento, a pesar de que nada mas llegar a casa, tendría que hacerlo, o de lo contrario Emma daría con el en un abrir y cerrar de ojos. Tenia miedo de que todo se desmoronara por no saber como ocultar algo tan importante, pero si llegaba a ser necesario, le pediría ayuda a Sean, una vez mas. Después de todo, el hombre ya debía de estar acostumbrado a echarle una mano.

--¿Cuándo vas a pedírselo?

Pregunto Alisa, caminando a su lado con el brazo enlazado como una pareja de novios. Turco ocupaba el otro lado, guiándolo en medio de una calle ruidosa y ajetreada.

--Aun no lo se. Pronto, espero.

--Cobarde.

--¿Qué quieres que haga? No puedo lanzarme a la piscina sin saber si hay agua ¿no crees?

--Pero si la hay ¿verdad? Emma no diría que no. Si no lo haces nada mas llegar a casa, es por que tienes miedo.

--Un poco, pero después de todo... voy a entregarle todo lo que tengo.

Su piel comenzó a cosquillear bajo la intensa mirada de su prima, y debió darse cuenta de que era el preludio a un ataque físico, pero no llego a tiempo. Los dedos de la mujer se cerraron con saña sobre un pedazo de la piel de su cintura y lo retorció en un pellizco que no merecía.

--¡Hey! ¿A que viene eso?

--Creí que te ayudaría a dejar de ser tan tonto, pero veo que no a funcionado... ¿quieres que lo haga mas fuerte?

Soltando su brazo del agarre de Alisa, empujo a su prima lejos de el. Escucho su risa, pero el solo le frunció el ceño, mientras sobaba el punto de dolor que había creado de un momento para otro.

--Voy a decirte esto, por que parece que no eres capaz de verlo.

--Muy graciosa.

--Tú, querido y estupido primo mío, ya le has entregado todo lo que tienes a Emma, y ella te ha aceptado.

--Pero nunca se lo he dicho con palabras.

--De verdad que a veces dudo de tu inteligencia.

Con un bajo gruñido hacia la molesta mujer que eligió para ayudarse a si mismo en la elección del anillo, intento ignorarla mientras caminaba hacia el lugar donde habían dejado atrás el coche en el que llegaron a la ciudad. Sin embargo, la voz de Alisa lo siguió.

--Deja de insultarme.

--Pues no seas tan tonto. Puede que no le dijeras con palabras que eras suyo, pero te aseguro que ella ya lo sabe. ¿Cómo no va a saberlo, si te ama con locura, Noah?

--Lo se ¿vale? Pero es muy distinto al exponerlo todo en palabras, mientras estas arrodillado ante ella con el corazón en un puño esperando su respuesta.

Tenia muy claro que la incertidumbre de los segundos que ella tardara en contestar, podía costarle la vida. Aun no se había declarado y estaba nervioso solo por llevar el anillo encima ¿Cuál seria su estado una vez la puesta en escena comenzara? Si ella decía que no, ¿Qué iba a hacer? Sabía que lo amaba, pero quizás fuese muy pronto para ella. Nunca hablaron sobre el matrimonio, y aunque amaría tenerla como esposa, era muy consciente de que no podía tener todo lo que quería. Si ella decía que no, debía aceptarlo. A pesar de que seria devastador.

Cuidaré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora