Dudas

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La claridad del día comenzaba a invadir el cielo, cambiando sus colores poco a poco, permitiendo que los madrugadores como él, disfrutaran de un festín visual que nunca era igual al siguiente día y que conseguía despejar un poco tu mente cuando estabas demasiado saturado. El ejercicio era una rutina que se imponía y poca efectividad tenía cuando se trataba de ayudarlo, pero al menos mantenía en forma su cuerpo.

Cuando Noah le dijo que tenía que decirle su respuesta una semana antes de que se marcharan, el no esperaba tardar tanto en tomar una decisión, pero le era muy difícil decantarse por un bando, cuando a un lado estaba su corazón y a otro su lealtad. A día de hoy, era incapaz de dejar el lado de ambas personas y su mente se estaca resquebrajando ante el pensamiento de dejar a uno de los dos a un lado. Pero ¿Enserio sería capaz de mudarse y alejarse de Kyle cuando su relación iba tan bien? Y por otro lado, estaba Emma, quien le recordaba demasiado a su hermana y deseaba fervientemente, poder protegerla del peligro que aguardaba en Kentucky. Estaba seguro de que el tipo con el que estuvo no se iba a quedar de brazos cruzados, sabiendo que su víctima era feliz junto a otro.

Parando frente a las puertas de hierro que daban paso a los jardines de la casa en la cual convivía con su jefe, su protegida y las esporádicas visitas de Kyle, cerró los ojos y respiro hondo, sintiendo como su corazón bombeaba con fuerza dentro de su pecho.

Tenía que tomar una decisión. Noah y Emma se iban en dos días y el no podía seguir retrasando mucho mas aquella situación. Era injusto para todos que la incertidumbre dominara aquel momento tan especial para la pareja, así que fuese un destino u otro el cual eligiera, los apoyaría siempre, pues eran los primeros clientes que lo trataban como a una persona y un amigo y no como a un muro que evitaba el peligro. Y para colmo, se alegraban por la relación sentimental que mantenía con el hermano más pequeño. Así que era justo que les dijese su decisión, pese a que no sabía qué hacer aun.

Andando por un lado del camino que lo llevaría directamente a la entrada principal, sintió como su piel se erizaba ante el repentino rugido de una moto a sus espaldas. Mirando por encima del hombro, comprobó que conocía muy bien aquella bestia y sonrió cuando el conductor paro a su lado, apoyando un pie en el suelo, mantuvo un equilibrio perfecto con la ronroneante moto entre los muslos.

Una mano enguantada se alzo y retiro el protector frontal del casco, revelando un rostro conocido y unos brillantes ojos verdes.

--¿Eres consciente de la hora que es?

Arqueando un deja, miro al chico y sonrió.

--¿Y eso me lo dices tú?

--He venido porque es mi último día libre. A partir de mañana empiezan las clases de nuevo, así que no podre ir a despedirlos ni verlos hasta verano. ¿Y tú?

Volviendo la cabeza, miro a través de las rejas de la valla que protegía la propiedad, haciendo una mueca cuando las palabras de Kyle dieron justo en el punto de dolor de su pecho.

--Intento despejar mi mente para poder pensar.

--¿Sobre qué?

--Aun no he contestado a tu hermano, sobre la oferta que me hizo.

Los ojos de Kyle, esos ojos que siempre brillaban y se mantenían alegres en todo momento, perdieron intensidad y se apagaron como una vela al ser arrollada por una ráfaga de fuerte viento. Y era por ese motivo por el cual no era capaz de decidirse. No quería hacerle daño a Kyle. Pero tampoco a Emma.

--Sube.

Dijo Kyle, sacándose el casco y entregándoselo. Intento rechazar aquella oferta, pero la mirada que él le dedico fue demasiado intensa, como para poder hacerlo. Así que colocándose el casco sobre la cabeza, respiro hondo cuando el aroma de Kyle lleno sus sentidos, al tiempo que montaba a horcajadas en la moto. Se agarro al chico y espero a que arrancara. Fue cuestión de un par de minutos lo que les llevo llegar a la entrada principal.

Cuidaré de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora