--¿Por qué no das media vuelta y te largas?

--¿Y quién eres tú? ¿Su chulo? ¡Emma ¿Te estás follando a estos dos?! Guao, nena, si que has progresado. Antes llorabas cuando yo...

Desde donde estaba, oculta por el cuerpo tenso de Noah, escucho un pequeño forcejeo.

--Termina la frase si tienes huevos.

Ella no podía ver el rostro de Sean en esos momentos, pero cabía decir que Bobby no tuvo valor de reanudar sus palabras. Quien en realidad solo era valiente con las personas más débiles que el. Una vez se enfrentaba a chicos como Sean, que plantaban cara y si hacía falta se defendían de sus ataques, el se acobardaba y se largaba. Y esa era la prueba. Su voz había muerto una vez Sean realizo la amenaza pertinente para acallar sus palabras, sin embargo, y aunque no quería, trajo amargos recuerdos a su cerebro.

--No dejes que sus palabras te hagan daño.

La voz de Noah, baja y suave, fue como un balde de agua caliente y jabonosa que uso para limpiar la mugre que Bobby intentaba traer de regreso a su vida. Sonriendo, se reclino un poco contra él y cerró los ojos. Se había asustado cuando escucho a Bobby, pero ya no lo estaba.

Al otro lado de la línea telefónica, la voz de una mujer contesto su llamada.

--Cuartel del sheriff, habla con Tracy, ¿Qué ocurre?

--Estamos en la calle Palmort, frente a la cafetería Rinkle. Mi ex-apareja esta aquí y tiene una orden de alejamiento.

--¿El está en la cafetería?

--No, nos ha abordado en la calle.

--De acuerdo... ¿Está en peligro?

Esa pregunta seria obvia hasta para un niño de parvulitos, pero la mujer se atrevió a preguntar. Y aunque en realidad ella no lo estaba, por que Sean y Noah estaban allí, ¿Qué ocurriría si no estuvieran? ¿Qué le podría pasar a otra mujer que no estuviese acompañada por nadie y la ex-pareja que tenía una orden de alejamiento, al incumpliera? ¿Ella no estaría en peligro?

Daba la impresión que lo que se hacía con esos casos, era lo mínimo. Y si por incumplir algo tan serio como una orden de alejamiento, lo único que tenía el maltratador era un par de noches de calabozo, las cosas no iban a arreglarse así como así para las mujeres que, a día de hoy, seguían teniendo miedo de poner un pie en la calle, por si a caso se topaban con esas personas que abusaron física y psíquicamente de ellas.

Pese a que no quería, contesto de mala manera.

--¡El tiene una orden de alejamiento ¿Usted que cree?!

--Cálmese señora. Voy a enviar una patrulla, tardara... dos minutos.

--Bien.

--¿Por qué no se mantiene al teléfono conmigo?

--No hace falta, solo quiero que se lo lleven de aquí.

Tras colgar a Tracy, respiro hondo e intento calmarse. Se sobo el vientre por un momento, y pensó que todo aquel estrés no le iba bien a sus pequeños, así que se obligo a relajarse, mientras Sean retenía a Bobby.

--¿Qué pasa, nena? ¿No quieres hablar conmigo como en los viejos tiempos? Quizás un servicio como el que les das a estos dos capullos, cada noche. No soy quisquilloso, no me importa compartir.

Noah la abrazo. Era un gesto de retención, pero no hacia ella para tranquilizarla, sino para el mismo. No quería saltar sobre Bobby, a pensar de las ganas que tenia. Le gustaría abrazar a Noah, pero si se giraba, era probable que Bobby viera su vientre de embarazada y todo podría ser mucho peor.

Cuidaré de tiWhere stories live. Discover now