Hey Quitate Enana

71 Mi Hermana

—¿Qué?—fué lo único que salió de mi boca 

Mantenía su mirada enfocada en mi, dió un paso hacia atrás guardando la compostura y guardó silencio, su rostro mostraba dolor.

—tú me recuerdas a mi hermana—repitió finalmente dejándome mas confundida.

—¿A qué te refieres?—pregunté mirándolo.

En ese momento todo había desaparecido de mi cabeza, solo quería saber el por que había dicho eso.

Extendió su mano derecha hacia mi, la mire, estaba confundida, quería una explicación.

El había salvado mi vida, no es que eso me importara, por todo lo contrario, lo odiaba por no dejarme saltar.

¿Y si era una señal? 

Había dejado de creer en el destino pero tal vez, solo tal vez habría algo que me haría sentir mejor si iba con él.

Dudosa me acerqué a él dándole la mano, mi corazón seguía latiendo aceleradamente, las inmensas ganas de llorar permanecían dentro de mi, sin autorización alguna me lancé sobre él abrazándolo e inmediatamente fuí correspondida.

Comencé a sollozar en su hombro, escuché algunas voces que murmuraban algo a mis espaldas, no me dí ni cuenta de cuando las personas se habían acercado, pero claramente era algo que sucedería, si una persona esta apunto de lanzarse todos se acercan para contemplar la escena.

Estoy segura de que pensaran "otra estúpida menos"

Comenzó a acariciar mi cabello mientras yo llenaba su playera de mocos—todo estará bien—me susurró haciendo que me separara de él, me dió una ligera sonrisa y limpió mis mejillas con sus manos—te lo explicaré todo si vienes conmigo.

Sorbí mi nariz—esta bien.

***

Miré hacia todas las direcciones, las paredes estaban solas, no había fotografías, solo unas cuantas imágenes alrededor.

—¿Quieres algo?—preguntó y negué con la cabeza.

Me indicó que me sentara en un pequeño sofá café y así lo hice mientras el se sentaba frente a mi.

No quería ser entrometida pero necesitaba saber la verdad.

—¿Qué quisiste decir con que te recuerdo a tu hermana?—cuestioné.

—tienes un increíble parecido a ella—no dejaba de mirarme, había un brillo especial en sus ojos.

—¿Cuando dijiste que te recordaba a alguien era a ella?

—si—sonrió—eres idéntica.

—¿En qué sentido?—pregunté.

—en todos.—respondió.

Si eso era verdad, entonces ¿Dónde estaban las fotografías?

—¿Dónde esta ella?—quería ver a la persona que era idéntica a mi, necesitaba ver que tan parecidas eramos.

Su rostro cambió a uno de seriedad, podía notar como el brillo en su mirada se desvanecía.

Miró hacia arriba apartando la vista, apretó los labios y bajó lentamente la mirada.

El dolor que mostraba su mirada era algo que no se podía ocultar.

—murió.

Estúpida.

La respuesta me tomó por sorpresa, me sentía como una idiota, era una estúpida por preguntar eso, desearía retroceder el tiempo, soy una tonta.