Hey Quitate Enana

22 Maldito Callan

—¿Me viste?— pregunté.

— ya te lo dije, pasaba por aquí y es imposible no ver lo que pasa alrededor.—asentí comprendiendo.

—debo irme—me aferre a la mochila, di media vuelta y comencé hacía mi casa, una vez que llegue tome asiento sobre el sofá, encendí la televisión y comencé a cambiar de canal.

—no me gusta—presioné el control cambiando de canal—odio el final—cambie el canal—matan al perro—cambie el canal y así estuve sucesivamente por un buen rato hasta que decidí ver una película.

Luego de un buen rato pude notar que la puerta era abierta dejando a la vista a mi papá y... Regina. Apagué el televisor en cuanto el me habló para preguntar por mi tía Georgina.

—no lo se,—encogí los hombros—cuando llegué no había nadie, tal vez salió.—mi padre salió por un un momento dejándonos solas a Regina y a mi. 

—¿Que película veías?—preguntó tratando de establecer una conversación. Vieja hipócrita

—Regina,—hablé mientras me levantaba del sofá—tu y yo sabemos que a ti no te interesa en lo absoluto mi vida, se que no me toleras ni un poquito, aún sigues odiandome y viéndome como la causante de arrojarte huevos el día en que tus padres conocerían al mío.

—eso fue hace años—rió—ya creciste y eres mas... Madura—dijo no muy convencida—o por lo menos ya razonas.—tomó asiento sobre el sofá y dió unas palmadas con su manos indicándome que tomara asiento a su lado.

Me mantuve de pie—eso no significa que te aceptare.

—podemos pasar un tiempo juntas y conocernos, tal vez así cambies de opinión.—sigue hablando, tus intentos serán en vano.

—yo no voy a cambiar de opinión.

—¿Acaso no te gustaría ver feliz a tu padre?—su voz de intento de ser dulce cambio a una de enojo.

—¿Y quien me garantiza que tu lo harás feliz?—pregunté.

—¿Por que no le preguntas como se siente conmigo?

—¿Acaso ya te acostaste con el?

—¡Eres una irrespetuosa!—exclamó levantándose de golpe.

—y tu una cualquiera—afirmé mientras cruzaba los brazos.

—¿¡Como te atreves!?—estaba alterada.

—solo digo la verdad—encogí los hombros.

—¿Que pasa aquí?—voltee y vi a mi padre con comida china. Nisiquiera me di cuenta de cuando entro nuevamente.

—no es nada—dijo Regina mientras me miraba, sonreí falsamente, me despedí y subí a mi habitación.

Cuando al fin se fue Regina mi padre siguió en la cocina revisando algunos papeles, decidí bajar y al verlo tan enfocado en ello las palabras de Regina se repitieron en mi mente.

"¿Acaso no te gustaría ver feliz a tu padre?”

Esas palabras no dejaban de sonar en mi cabeza. Respiré profundamente, entré a la cocina y tomé asiento frente a mi padre—¿Que pasa?—preguntó bajando los papeles y dejándolos sobre la mesa. Eso es lo que yo quisiera saber.