16 Decepciones

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La miré sin mostrarle expresión alguna, mantuvo la sonrisa, la puerta terminó de ser abierta por mi padre quien al ver a la mujer saludo y la invitó a pasar para luego "presentarnos"

—¿Yamileth? ¿La pequeña Yamileth?—su sonrisa se amplió—quizas no te acuerdes de mí, soy Regina...

—claro que me acuerdo de ti—dije entre dientes, en ese momento mi tía entró y podía ver lo molesta que estaba.

—Georgina—habló mi padre—ella es Regina, Regina te presento a Georgina.

—mucho gusto—saludó Regina extendiéndole la mano para saludarla pero mi tía no respondió a su saludo.

—¿Pasamos a cenar?—preguntó mi padre viendo a la mujer intentando ignorar la incomodidad que había en la habitación.

—seguro—asintió Regina.

—no hay nada de cenar—habló inmediatamente mi tía.

—podemos pedir algo de cenar—sugirió mi padre con la mirada aún puesta en Regina. Mi tía salió de la casa sin decir nada.

Ordenaron comida china, me quedé durante la cena con ellos, no pretendía dejarlos ni un momento solos, estuvieron hablando de negocios, la mujer reía ante los comentarios de mi padre.

Que ni piense que tiene una oportunidad nuevamente con el.


***


La alarma me despertó, hice la rutina de cada mañana,al bajar las escaleras pude escuchar unos gritos provenientes de ella cocina.


—¡No entiendo por que te molesta tanto, yo tengo derecho a rehacer mi vida!—esa era la voz de mi padre.

— ¿Ya olvidaste a mi hermana?—esa era mi tía.

—jamas lo haría, pero quiero rehacer mi vida! ¡Entiéndelo, tengo derecho a volver a amar!

—¡Pero con esa mujer no!—bufé y salí de casa, empecé mi recorrido hacia el instituto sin esperar a Layla. 

Al llegar me fui hasta el salón de clases y tomé asiento en mi respectivo lugar—¡Hey! ¿Que te pasa?—preguntó Liliana llegando hasta mi.

—¿Que me pasa de que?—pregunté mirando hacia otro lado, no veía nada en especial solo tenía la mirada algo perdida.

—te ves un poco triste.

—no me pasa nada—respondí.

—¿Segura?—la miré, no se veía muy convencida de mi respuesta.

No—completamente.—el maestro llegó, la clase dió inicio y mi compañero no se presentó.

El receso llegó, Liliana y yo caminábamos por el pasillo hasta encontrarnos a Layla quien ya se había teñido el cabello de amarillo.

—¿Amarillo pájaro?—preguntó Liliana y Layla asintió.—las tres fuimos hacia la cafetería y luego de comprar algo para comer tomamos asiento.

Hey Quitate Enana Where stories live. Discover now