68 La Boda

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Salí y comencé a caminar hacia casa. Necesitaba despejar mi mente y la mejor manera era caminar.

El aire se hizó presente atrayendo unos mechones de cabello a mi rostro, observé hacia adelante. Nisiquiera supe en que momento la alegría volvió a mi.

Ya lo sabía. Cada persona que se cruzaba en mi vida y decía ser mi "amiga" terminaría alejándose y dejándome en el olvido.

Me inunde en mis pensamientos hasta llegar a casa encontrando a Ryder sentado afuera sobre la banqueta, no hacía ningún movimiento mas que mirar hacia el frente.

Observé alrededor, no había absolutamente nadie mas que yo que me encontraba a aproximadamente un metro de distancia de el.

—¿Qué haces aquí?—fue lo único que se me ocurrió preguntar. 

me miró—terminé con Layla—respondió y volvió a mirar hacia el frente.

—entiendo—dije confundida mientras me cruzaba de brazos.

—la extraño—dijo, me descrucé y caminé pasando por su lado mientras me acercaba para abrir la puerta—Yamileth.

Me giré para mirarlo—¿S?—dejó de observar hacia el frente para ponerse de pie y colocarse frente a mi.

—ayúdame—¿Qué?—quiero volver con ella.

Abrí la boca para responder pero no dije nada, llevé mi vista hacia otro lado y me crucé nuevamente de brazos regresando mi vista hasta él mientras lo miraba incrédula. 

¿Es enserio?

—¿Me estas pidiendo que te ayude a volver con Layla después de lo que me hizó?—pregunté incrédula.

—tu fuiste su amiga—respondió— y debes de saber lo que le gusta, en verdad la quiero.

—no te ayudaré—estaba sonando cruel—tu me dijiste que no era lo que aparentaba ser y ahora quieres que te ayude.—me descrucé nuevamente y lo miré mal—¿Sabes algo?—antes de que dijera algo continué hablando—Layla te llenó la cabeza de ideas locas sobre mi por creer que tu me gustabas, así que antes de decir que yo no soy lo que aparentó ser fíjate en quienes te rodean—dije molesta, ni yo misma podía creer lo que estaba diciendo—busca alguien más, por que yo no te ayudaré.

Abrí la puerta y me adentré a la casa.

¿Cómo se atrevía a pedirme ayuda después de lo me había dicho?

Subí a mi habitación, cogí la invitación restante, bajé y la dejé sobre la mesa, miré hacia la puerta preguntándome a mi misma si realmente había hecho lo correcto al responderle de esa manera a Ryder.

***

El fin de semana llegó. Sábado: día de la boda.

Intenté levantarme pero me caí de la cama con las sabanas, refunfuñe tratando de ponerme de pie pero me volví a caer, cuando al fin me pude levantar me dirigí al baño, me lavé la cara y salí, observé la cama desacomodada y así la dejé.

—tengo flojera—me dije a mi misma mientras bajaba hacia la cocina caminando como un zombie.

Me acerqué hasta el refrigerador, saqué la leche, cogí un recipiente y una cuchara de la alacena, me senté y cogí la caja de cereal que estaba en la mesa, hice lo que cualquier persona normal haría con eso y comencé a desayunar.

—buenos días—saludó mi padre entrando en pijama y asentí.

Que extraño era ver a mi padre en pijama.

Al sentarse su celular comenzó a sonar, se levantó de inmediato para ir a atender la llamada, luego de aproximadamente un minuto regreso.

—¿Quién era?—pregunté con curiosidad, usualmente no me metía en sus cosas pero sabía que después de que se casara con Regina no tendría absolutamente nada de tiempo para mi.

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