36 Desperdicios

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Después de esa escena nos obligaron a limpiar todo el desorden que habíamos hecho para luego prohibirnos volver a la heladería. Y no los culpo, en verdad causamos un desastre.

—¡Muchas gracias!—exclamó Layla sarcásticamente mirándome una vez fuera del establecimiento.

—¡Tu fuiste la que empezó!—exclamé.

—¡Y tu me seguiste!

—¡Eres irritante!—¿En qué momento se había vuelto una persona tan irritante?

—No puedo creer que llegamos a ser amigas—dijo de mala manera. Concordaba con ella, no sabía cómo es que pude llamarla "amiga"

—Yo tampoco

—¡Te odio!—exclamamos al unisono para después alejarnos y seguir cada quien por su camino dejando a Ryder y los demás contemplando todo.

***

El despertador comenzó a sonar, lo apagué, faltaban solo quince minutos para entrar al instituto, inmediatamente me levanté, me cambié, me hice una coleta medio despeinada, acomodé mi cama, cogí la mochila, el celular, los audífonos y las llaves,  bajé y salí corriendo hacia la parada de autobuses, para mí buena suerte paso de inmediato, llegué justo a tiempo, corrí hacia el salón y entré, la maestra aún no llegaba y eso fué un alivio.

Tomé asiento en mi lugar, Liliana se acercó y se sentó a mi lado.

—¿Como estas?—preguntó.

—bien—respondí sacando mi cuaderno como si nada hubiera pasado el día anterior.

—¿Que fue lo que pasó ayer?—preguntó confundida.

—ella fue quien comenzó todo—me limité a responder.

—creí que éramos amigas...

—ella no es mi amiga—dije rápidamente mientras llevaba mi vista hasta ella.

—¿Entonces de que sirvió la reconciliación?—preguntó y antes de que pudiera pensar siquiera en una respuesta la maestra entró seguida de los alumnos que faltaban, incluyendo a Callan, Liliana se levantó para ir a su lugar, el castaño tomó asiento junto a mi y la clase dió inicio.

Luego de unas aburridas clases la hora del descanso llegó, Liliana decidió pasarlo con Layla, me encontré con Ryder quien no quiso ni dirigirme la palabra y no lo culpo por eso así que solo fui hasta el patio trasero y me senté sobre las escaleras.

Me mantuve pensando algunas cosas durante algunos minutos hasta que sentí como algo espeso me cayó en la cabeza, alcé la vista para ver de qué se trataba y de golpe un montón de desperdicios cayeron sobre mi llenandome por completo, me levanté con rapidez y con las manos limpie el mugrero sobre mi cara que cubría mis ojos, pude ver a la zorra mayor y sus dos asistontas riendo.


—¡Te hace falta un baño querida!—exclamó la castaña cuyo nombre según recuerdo era Amanda.

—¡Y uno muy grande!—exclamó la pelos de elote mientras reía.

—¡Adiós perdedora!—esa fue la zorra mayor.

Me levanté y camine hacia el baño, abrí la llave del agua y comencé a lavarme la cara.

—¿Que demonios les hice?—me pregunté a mi misma en susurro.


Tu simple existencia les molesta.
Dejame en paz.

Me senté en el suelo y apegue las rodillas a mi pecho, el timbre sonó, me quedé unos minutos más en el baño y después decidí salir, al llegar al salón el maestro se encontraba dormido, los alumnos que se encontraban ya en sus lugares me miraron raro una vez entré, era claro que aún me veía sucia y eso llamaba su atención, sin mencionar el horrible olor que desprendía.

Me senté al lado de Callan y miré hacia el frente esperando que no se atreviera a dirigirme la palabra pero lo hizo.

—¿Que te pasó?—preguntó, pude notar de reojo que me miraba atento.

—¿Enserio me lo preguntas?—pregunté molesta sin voltear a verlo.

—creí haberte escuchado decir "no debes responder una pregunta con otra pregunta"

—tu zorra—tragué saliva—y sus amigas me lanzaron un balde de desperdicios.

—¿Que? 

—que tu noviecita y sus ami...—no me dejo terminar.

—ya te escuché. Dana no es mi novia—aclaró—y puedo creerlo de ella pero no de Nicole.

—¿Sabes?—pregunté llevando mi vista hasta el—No es mi problema si me crees o no.

Me levanté y salí del salón, caminé hacia mi casillero, pude sentir como alguien me cogió del brazo y me estiró con fuerza hasta meterme a un salón oscuro, encendió la luz y me di cuenta de que estaba en la conserjería.—Ryder...

—Layla tenía razón sobre ti, no eres lo que nos haces creer—antes de que pudiera decir algo abrió la puerta y salió dejándome allí observando como se alejaba.

Bufé y salí cerrando la puerta.

¿Que rayos le has dicho a las personas sobre mi Layla?

Luego de que las clases terminaran y llegará a la casa me encontré con una nota de mi tía.

«Sobrina favorita fui a comprar algunas cosas, te dejé la comida preparada.»

"yo no creo eso de sobrina favorita"

Y otra vez esa voz que no era mi conciencia...

Metí la comida en el microondas, una vez terminé de comer me dirigí a la sala, a los pocos segundos comencé a sentirme algo mareada, los párpados me pesaban y de la nada todo se volvió oscuro.

***

Me desperté de golpe, me encontraba en mi cama, no tenía ni la más mínima idea de cómo había llegado hasta ahí.

¿Que fue lo que pasó?

La puerta se abrió dejando ver a mi padre y mi tía quienes entraron, me reincorporé tomando asiento sobre la cama para mirarlos.

—¿Que ha pasado?—pregunté confundida y mi padre estiró mi brazo derecho el cual tenía un corte por la mitad—¿Que demonios...?

—eso quisiera saber—susurró mi padre para después mirarme a los ojos, pude ver decepción en su rostro y eso me lastimo realmente.

Hey Quitate Enana Where stories live. Discover now