Hey Quitate Enana

65 Las Mariposas Revoloteando En Mi Estomago

Gracias a mi caída Callan también cayó a mi lado. El agua no tardó en empaparme por completo. Ambos nos levantamos, llevé mi vista hacia la puerta, no quería ver mas allá de lo que ya había visto.

Sentí como Callan se movía utilizando ambas manos.

—voltea—negué aún mirando hacia otro lado—voltea—negué nuevamente—que voltees—ordenó, lentamente  voltee encontrando a Callan con una toalla enrollada en su cintura—si tanto querías verme así lo hubieras dicho.

—me caí—expliqué—no tengo la necesidad de verte desnudo.

—¿Por qué te aterra ver a alguien desnudo?—preguntó de la nada.

—no me aterra, es solo que yo... Yo... Yo...—bajé la mirada. Realmente no quería hablar de eso.

—¿Qué?

—no quiero hablar.

Salimos del baño y nos dirigimos a su habitación, cerré los ojos mientras el se cambiaba, luego de que terminara nos sentamos sobre su cama, Callan se levantó haciendo que me levantara también.

—no quiero hacer ruido, pero esto es muy aburrido—lo miré sin entender, encendió su celular y comenzó a buscar algo—¿Qué música te gusta?—saqué el celular el cual me arrebató y comenzó a verlo—será la primera—al instante comenzó a reproducirse  when it's time de green day.

—¿Qué haces?—pregunté aún sin entender.

—bailemos.

Me cogió de la cintura, la música no tardó en inundar la habitación, me dió una vuelta completa apegándose a mi. 

Era extraño bailar con el, pero de igual forma era algo único.

En un simple momento la música hizo que ambos sonrieramos.

Callan no era tan malo, solo tenía un pasado difícil igual que yo, igual que todos. 

Él era igual, pero diferente, era como frío y calor, como lluvia y sol, como alegría y enojo, como una cosa y otra al mismo tiempo.

Eramos diferentes, como el agua y el aceite.

Pero teníamos parecidos, eramos lo contrario o tal vez... Eramos lo mismo.

Coloqué mi cabeza en su hombro haciendo que el baile fuera mas lento. Nada pasaba por mi cabeza, sólo el simple hecho de que estaba con Callan y que estaba bailando con el.

Moví un poco la cabeza, la levanté lentamente encontrándome con los ojos de Callan, con esa mirada penetrante que poco a poco se fue ablandando.

Acercó su rostro dejando que su respiración me provocará miles de sensaciones. Lentamente fue acercando sus labios hasta los míos.

¿La magia existe? No lo se, lo único que tenía claro en ese momento era que sabía lo que eran las mariposas revoloteando en mi estómago.

Por un momento, solo por un momento me olvidé de todo, incluso de mi misma.

La noche no tardó en llegar, fuimos hasta la habitación de Iker el cual aún estaba dormido, regresamos a la de Callan, observé mi celular, eran las once de la noche, era increíble como el tiempo había pasado tan rápido a su lado.