Si... ella también lo creía. Observando las maniobras de Sean mientras conseguía meter a Noah en la parte trasera del coche, ella se mordió el labio con nerviosismo. Girando sobre sus pies, se encamino hacia un bar cercano para comprar una botella de agua y volvió sobre sus pasos. Sean estaba a un lado de la puerta abierta de la camioneta, mientras Noah permanecía sentado con las piernas por fuera del coche. Acercándose a ellos, cogió la botella de agua fría y la coloco con suavidad contra la mejilla de su chico.

--Noah... ¿Estás bien?

--Bien.

Murmuro con un ligero asentimiento, cogiendo distraídamente la botella que ella presionaba contra su piel. Parecía un poco aturdido.

Mirando de reojo a Sean, arqueo las cejas buscando respuesta, pero el solo se encogió de hombros con una cálida sonrisa en los labios. Su mano voló hacia su barriga, apoyando su gran palma sobre los pequeños que crecían dentro de ella.

--Dale un poco de tiempo. Es normal que este así, si se acaba de enterar que va a ser padre por partida doble.

--Lo sé. Yo tampoco me lo creía cuando el doctor me lo dijo.

--Entonces dale un momento para que reinicie y se centre.

Con un corto asentimiento, se movió hasta ocupar el lado de Sean, quien la abrazo durante un momento.

--Felicidades, por cierto.

--Gracias.

Sabía que era una noticia impactante. Ellos habían estado buscando un bebe y de pronto se encontraban con dos, pero no esperaba que Noah entrada en ese estado casi catatónico, al oír las noticias. Mirándolo de reojo, comprobó que el seguía igual, así que se cobijo en el costado de Sean para asimilar por si misma aquella impactante noticia. Iba a ser mama de dos bebes que llegarían en unos cuantos meses y para los que no estaba preparada, pero si muy ilusionada. Aun estaba un poco en shock al saber que serian mellizos, pero la felicidad que fluía por sus venas en esos momentos, era demasiado potente. Dos bebes implicaban mucha más responsabilidad y tiempo, pero sin duda alguna sería mucho más gratificante. Pensaba que les llevaría unos años llenar la casa de risas y carreras, pero estaba claro que de un solo embarazo había apartado esa posibilidad de un solo plumazo.

Tendrían que formar un equipo mucho más unido y engrasado que el que formaban en esos momentos, y Noah debería aprender a desenvolverse en el cuidado de los niños. Necesitaría su ayuda y como el papa que era, no iba a librarse de noches en vela, cambio de pañales y demás quehaceres.

La mano de Noah se movió con un poco de nerviosismo ante él, buscándola en medio de su ceguera, intentando guiarse únicamente por el tacto. Cerrando sus dedos en torno a la muñeca del hombre, se movió hacia él y lo observo. Noah tiro de ella, enlazando su cintura con su brazo libre, la envolvió con suavidad y hundió su rostro en su cuello.

--¡Dios, Emma! Estoy tan feliz.

Su cuerpo temblaba contra el de ella, lleno de distintas emociones que luchaban por sobresalir, pero que sin embargo debían coexistir por que la noticia de su embarazo las había creado para ello.

--Dos bebes. ¡Dos! Va ser una locura.

Murmuro Noah contra su piel.

--Bueno... Queríamos llenar la casa de risas ¿No? Hemos adelantado el trabajo de unos años a solo un embarazo.

Su chico se rio, echándose hacia atrás, alzo sus manos para acunar su rostro mientras sonreía.

--Gracias por convertirme en un futuro papa, Em.

Cuidaré de tiWhere stories live. Discover now