—Por favor. Necesito escuchar su voz y saber que está bien. No mencionaré nada.

—De acuerdo. Pero que sea rápido—eludió y entró de vuelta a la habitación de Shelby donde ella se devoraba lo que quedaba de gelatina. Sus brazos seguían vendados, pero en mejor estado.

—Alguien quiere hablar contigo—le avisó Caroline. Los ojos de Shelby brillaron y el corazón se le aceleró. Le pasó el teléfono y ella se aclaró la garganta para contestar.

—¿Hola?

—¡Shelby! —gritó Thomas y ella suspiró, pensando que se trataba de Egon, pero de todas maneras se sintió feliz de hablar con su amigo.

—Hola, Thomas.

—¿Cómo estás? Me diste un susto de muerte.

—Estoy bien. Aunque me duelen las muñecas, pero fuera de ello, estoy mejor que nunca.

—Me alegra mucho escucharlo. He estado muy preocupado por ti.

—¿Por qué te fuiste?

—Mis padres me obligaron a volver a casa y no tuve más remedio que retirarme con ellos.

—¡Vuelve!

—No puedo, al menos de momento. Pronto encontraré la manera de ir a verte.

—¿Y qué hay de Gabbe? —se ruborizó al pensar en él— ¿dónde está?

—Intenta que no te dé un ataque, ¿okey?

—¿Por qué?

—Gabbe fue a buscar a Egon.

A Shelby se le cayó el alma a los pies.

—No te preocupes. Extrañamente han logrado hacer las paces y se han hecho aliados.

—¿Aliados? —repitió, incrédula.

—Sí. Aliados para matar a Marlon Blake y salvarte.

—Pero eso no tiene sentido.

—Sí que lo tiene. Además, también buscarán a tu padre para aclarar las cosas y así no asesine a Egon.

—¿Egon tiene teléfono?

—Sí. Y también Caroline lo tiene, puedes pedírselo.

—Creo que lo haré, pero más tarde.

Shelby sintió ganas de vomitar y le entregó el teléfono a su hermana antes de devolver la gelatina en un recipiente que encontró más cerca. Tuvo más arcadas y después su estómago quedó vacío y sintió que todo le daba vueltas.

—Sí. Está vomitando, te hablo luego—colgó Caroline al tiempo que ayudaba a Shelby a incorporarse. La fémina negó con la cabeza y se recostó con los ojos cerrados en la camilla. Caroline presionó el botón rojo y entró corriendo una enfermera—mi hermana vomitó—explicó, señalando el recipiente. La enfermera asintió, no muy contenta y se lo llevó con cara de asco.

—Estos medicamentos me van a sacar los intestinos por la boca—se quejó Shelby, sintiendo un ardor abrasador en la garganta, gracias al ácido estomacal.

—Debes tranquilizarte.

Ella asintió y suspiró.

—¿Qué te dijo Thomas?

—Que quiere estar aquí, pero por el momento no puede.

—¿Te dijo algo de Egon?

—Sí. Mi amigo Gabbe fue a buscarlo y que extrañamente se hicieron amigos solo para protegerme.

Dark Beauty © Libro 1. (TERMINADA)Where stories live. Discover now