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El atardecer se proyectaba genuinamente atravesando el balcón del dormitorio de Shelby, pero ella, en vez de darse cuenta de lo maravilloso que estaba el cielo, se hallaba dando vueltas en su cama; pensando en la manera de poder ir a ese viaje a Austria. Quizás el destino conspiraría a su favor o quizás no; pero de algo estaba segura: Nadie iba a detenerla. ¿Cuántas oportunidades tenías en la vida para poder visitar la mejor y extraordinaria cárcel del mundo? Ninguna. Deseaba firmemente poder estar cara a cara con personas diferentes al resto, con personas que constaban con mentalidades homicidas y pensamientos oscuros y sangrientos. A veces pensaba que tal vez habría la posibilidad de que muy en el fondo de su ser, ella también tenía ese instinto salvaje de matar y de lastimar a los demás. A lo mejor sus antepasados habían sido unos asesinos seriales que jamás fueron descubiertos y ella heredó la pasión por las personas anormales. Con mencionar que, era la más extraña del instituto y de toda la universidad por tener su descabellada afición por los criminales. Pensativa, comenzó a frotar las yemas de sus dedos en su pequeño revólver que le colgaba del cuello y sonrió distraídamente, sumida entre marañas de pensamientos homicidas. Cuando era pequeña soñaba cada noche que asfixiaba animales y terminaba sacándole los intestinos con sus propias manos. Las primeras veces que lo soñó, rompía a llorar en silencio, pero después de la quinta vez, dejó de llorar y comenzó a disfrutarlo. Aunque bien, aquellos sueños nunca los compartió con sus padres, ni si quiera con el murmuro de la noche que la abrigaba en silencio. La mayoría de chicas de su edad guardaban fotos divertidas de amor o de sus galanes en sus teléfonos y computadoras, pero ella en vez de ser normal como las demás, tenía en su teléfono y portátil una serie de fotografías de víctimas de homicidios o tortura, vídeos e incluso películas que a una persona normal podría dejar trastornada de por vida. ¿Y qué sí ella tenía esos gustos? Posiblemente había alguien más con la misma fascinación de los actos ilícitos. Shelby tenía a dos asesinos seriales favoritos que fueron tan apocalípticamente buenos en su trabajo, que guardaba fotografías de ellos. Charles Manson fue demasiado brutal en sus asesinatos, especialmente porque él no los ejecutaba, tenía personas que hacían el trabajo sucio por él, «La Familia Manson», así era como se hicieron llamar en aquel tiempo, pero adoraba una de las pocas frases que él logró mencionar antes de ser atrapado... "Mírame con desprecio, verás un idiota. Mírame con admiración, verás a tu señor. Mírame con atención y te verás a ti mismo".

Aileen Wuornos fue una asesina con una belleza peculiar, logró que, con unas palabras breves, helaran el corazón... "Ellos dicen que es el número de personas que maté, yo digo que es acerca del principio que me impulsó a matarlos".

Si a ella le dieran a elegir qué vida vivir, sin pensarlo elegiría la vida de un criminal.

—¿Shelby, puedo pasar?

Fugazmente volvió a la realidad y gruñó. Ni si quiera la dejaban fantasear en su habitación, optó por quedarse en silencio, en espera de que su madre se largara, pero eso no sucedió, sino que la puerta se abrió y la vio entrar a hurtadillas. Cerró los ojos instantáneamente y fingió dormir.

—Sé que estás despierta—Shelby no contestó—supongo que tendré que conformarme a que me escuches solamente—continuó y de pronto sintió una de sus manos colocarse en su espalda—Shelby, hija, no quería abofetearte. Lo siento. No quiero que me odies, desde que tu padre se fue, ya no eres la misma y eso me preocupa. Decidiste tener una fascinación por personas enfermas y estar en una carrera universitaria en donde estudian con detenimientos a los criminales. Eso es algo que yo no comprendo y quisiera que me iluminaras, cariño—le frotó la espalda con ternura. Shelby se mordió los labios, controlando el impulso de darse la vuelta y encararla— ¿Por qué te atraen tanto los homicidas?

—Nací para entenderlos—respondió, sorprendiendo a su madre—ellos necesitan a una persona que no los juzgue y que los comprenda, y yo quiero ser esa persona.

Dark Beauty © Libro 1. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora