—Para el auto—dijo Shelby al momento que divisó a lo lejos a Austin de pie, junto al escarabajo y enfrente suyo estaban sus padres con cara de pocos amigos—no aparques detrás del escarabajo. Quédate aquí.

Egon se detuvo a dos casas lejos de la suya y ella cogió su mochila y se apresuró a bajar. Corrió hasta detenerse entre Austin y sus padres. El pobre chico estaba tratando de no perder el control y en cuanto la vio, respiró aliviado.

—¡Shelby Cash! —gritó su madre y se le fue encima, cogiéndola del brazo con brusquedad y jalándola hacia la casa—¿Dónde estabas? ¿Cómo es posible que hayas dejado tu auto en manos de este chico?

—Austin, vete a casa—le dijo al gemelo y este asintió, pero Shelby no contaba con que Charlie le bloquearía el paso, evitando que se fuera. Sujetó a Austin del cuello de su playera y lo empujó al suelo con violencia.

—¡No te le acerques a mi hija! —vociferó el hombre con rabia. Shelby entornos los ojos al ver descender a Egon del Jetta con los ojos lacerantes de ira. Se dirigió directamente a Charlie mientras Austin se incorporaba con enfado. El problema era que Egon, a juzgar por su rostro endurecido y su mirada en llamadas, se encontraba a punto de darle una paliza a su padrastro y si Austin se le unía, quizás terminarían matándolo y eso no lo iba a permitir. Se soltó de su madre y echó a correr para interponerse entre ellos.

—¡No! —exclamó con nerviosismo—Charlie ve a casa con mamá y Douglas... no te atrevas a dar un paso más.

Sin embargo, Charlie arrugó la frente y la echó hacia atrás como gesto protector.

—Shelby ve a casa—replicó su padrastro con voz queda y la madre de Shelby se acercó con paso inseguro a ellos. Pero Egon miraba con demencia a la pareja.

—¡Jamás, en su puñetera vida, vuelva a agredir al chico! —le gritó Egon a Charlie con las venas sobresaliéndole del cuello y señaló a Austin, quién permanecía tras él.

—¿Quién te has creído para hablarme de esa manera, idiota? —replicó Charlie con cólera y Shelby supo que eso acabaría mal si no se apresuraba a arreglarlo. Detuvo a su padrastro antes de que avanzara hasta Egon.

—No, papá—suplicó, muerta de pánico—si me consideras como tu hija; por favor, detente.

—Por supuesto que eres mi hija, no de sangre, pero lo eres y no voy a dejar que ningún imbécil venga y te lleve a quién sabe dónde—gruñó.

—No conoces a Douglas. No sabes de lo que es capaz, por favor—lo empujó, pero Charlie logró liberarse de su agarre con facilidad. Y el mundo pareció detenerse para Shelby. Su padrastro se acercó lo suficiente a Egon y le propició un puñetazo directo a su mejilla, pero en vez de que él aullara de dolor, se quedó quieto en su sitio, sin inmutarse. Detrás de él, Austin entornó los ojos sorprendido y sujetó enseguida a Egon de los hombros para detenerlo.

—Vámonos—tiró de él hacia atrás—es el padre de Shelby, vámonos. Amigo, vámonos.

Egon apretó la mandíbula y asintió a regañadientes. Se dio la vuelta para irse, pero de pronto, giró sobre sus talones y embistió al padrastro de Shelby, dándole un puñetazo en el abdomen, dejándolo sin aire. Y hecho eso, se echó a correr con Austin rumbo al Jetta y se marcharon a toda prisa.

—¡Charlie! —gritaron Shelby y su madre al unísono y fueron a auxiliarlo.

—¡Se supone que no volverías a ver a ese idiota! —masculló él, incorporándose con dificultad. Shelby no dijo nada; y ayudaron a Charlie a entrar a la casa. Estando dentro, Trixie Cash le preparó un té a su esposo y mandó a su hija a ponerle unos hielos en el estómago. La piel del estómago de Charlie estaba enrojecida y habían huellas de los nudillos de Egon en ella.

Dark Beauty © Libro 1. (TERMINADA)Where stories live. Discover now