—Sigue practicando—murmuró en su oreja y se apartó de ella fugazmente—Austin se hará cargo de ti porque no tendré más control.

No podía salir del shock, por lo que se recargó en el árbol y observó a Egon hablarle a Austin para cambio de parejas y se sintió ofendida. ¿Por qué demonios quería evitarla? ¿Acaso no quería aceptar que la quería? Vaya idiota. Sonrió forzadamente cuando el gemelo—con cara de póquer—se acercó a ella, frotándose el cuello con perplejidad.

—Egon dijo que...

—Ya. Mejor entrenemos—le instó—pero primero quítame estas cosas.

Le extendió las muñecas y él comenzó a desatar las agujetas, mientras que ella se encargó de ver como Aubrey hacia lo mismo con Egon y extrañamente sintió celos.

— ¿Qué quieres practicar? —quiso saber Austin.

— ¿Qué era lo que estabas haciendo con Aubrey? —le prestó atención cuando se dio cuenta que se había quedado mirando a Egon.

—Era pelea cuerpo a cuerpo—respondió.

—Entonces quiero pelear contigo cuerpo a cuerpo—se frotó las manos cuando se liberó de los guantes.

—No estás preparada aún para eso, además puedo lastimarte y Egon me mataría.

—Tonterías. Enséñame.

—Bien... —replicó, no muy seguro.

Shelby siguió a Austin al otro lado del claro y se le ocurrió molestar a Egon a propósito. Empezó a hacerlo cuando él los miró mientras se posicionaban para pelear. Ella se inclinó exageradamente hasta elevar los glúteos al aire y arquear la espalda de una manera sexy y miró sonriente a Austin y este le devolvió la sonrisa. Y mirando fugazmente a Egon, se dio cuenta que había funcionado. Ya que se hallaba de brazos cruzados, con los ojos en llamas y fulminándolos a los dos.

—Atácame—murmuró Austin—y te enseñaré a defenderte.

Y Shelby corrió al gemelo con la intención de tirarlo de un empujón, pero no se percató que él en un segundo la detuvo con una mano con facilidad y después la cargó en sus brazos y suavemente la tiró al suelo, riéndose. Ella miraba el oscuro cielo estrellado con perplejidad, recostada en la hiedra.

—Ni si quiera duré un segundo—se lamentó y Austin la levantó—soy un desastre y una vergüenza.

—Lo hiciste bien para ser tu primera vez. Ahora de nuevo.

Volvieron a repetir la misma dinámica una y otra vez. Y fue el mismo resultado. Pero lo que Shelby estaba haciendo era poner celoso a Egon y así intercambiar lugares con Austin, pero su plan fracasó y se sintió devastada. Aunque, al fin y al cabo, había aprendido algunas técnicas para evadir golpes gracias a Austin. De nuevo los gemelos retomaron su entrenamiento entre los dos y Egon vaciló en acercarse a ella y no quedarse de pie como idiota, mirándola. Y la que tomó la iniciativa de ir hacia él, fue Shelby.

— ¿Te cuento un pequeño secreto? —aguijoneó ella, en tono confidencial, y él juntó las cejas con perplejidad—besé a Norman la noche que me encontraste en esa discoteca.

Y si Shelby había pronunciado esa confesión con el fin de hacerlo enfurecer, lo logró, más no pensó que realmente eso le ocasionaría problemas. En los ojos negros de Egon, se cruzó un brillo chispeante de demencia y tan pronto Shelby percibió sus movimientos, él ya estaba sobre de ella, sujetándola con brusquedad en la hiedra.

— ¿Quieres que tome ahora mismo tu oferta de esclava? —siseó él, entre dientes y ella parpadeó—puedo ordenarles a los gemelos que se larguen para que yo gustosamente tome lo que es mío—le rozó el cuello con la nariz, haciéndola ruborizar más.

Dark Beauty © Libro 1. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora