—Ya las sabes—dijo por fin mirando algún punto fijo fuera del alcance de Shelby.

— ¿Matar personas?

—En parte, pero mis pasiones consisten más en... —resopló con desenfado y la miró—no puedo contártelo, no directamente.

— ¿No confías en mí?

—Confío en ti y ese es el problema. Yo dejé de confiar en las personas hace mucho tiempo.

—Pero, solo quiero saber tus pasiones, no tu historia de vida.

—Bueno, mis pasiones tienen que ver con la historia de mi vida.

—De acuerdo, no me lo cuentes—Shelby asintió.

—Mejor hagamos algo para divertirnos, ¿okey?

— ¿Qué tienes en mente?

—Nunca en mi jodida vida he pisado un cine. Y no porque no quisiera o no tuviera dinero, sino que jamás tenía tiempo y alguien con quien ir.

—Entonces, vamos. De hecho, se estrenó una película...

— ¿Es de asesinos o gente muerta? —le brillaron los ojos.

—No. Es para niños, pero te va a gustar.

— ¿De niños? —frunció el ceño—Puppy...

—Si confías en mí, vamos.

Egon esbozó una sonrisa forzada y al final de cuentas accedió a ir.

— ¿Por qué no conduces tú? No conozco bien la ciudad y mucho menos el cine.

—Eh...

— ¿Tienes miedo? —la desafió.

—Tengo miedo de chocarlo. Ya sabes; no es como mi escarabajo.

—Conduce—ordenó con voz autoritaria y se deslizó fuera. Rodeó el Jetta y se situó en la puerta del copiloto para ayudarla a bajar. Shelby dudó en abrir la puerta y él lo hizo por ella.

—Bájate y conduce.

Asintió titubeante y corrió al asiento que él había ocupado tiempo atrás y sintió la gran diferencia de estar tras el volante de otro auto que no era el suyo y de tener a Egon de copiloto, mirándola con detenimiento.

—Ahora conduce al cine.

Encendió con manos temblorosas el auto bajo la mirada penetrante de Egon sobre sus movimientos. Se relajó al cabo de un tiempo mientras conducía con ligera libertad. Incluso se atrevió a presionar el botón de la radio, donde la canción de "Do I Wanna Know?" de Arctic Monkeys surgió. Miró por el rabillo del ojo a Egon y lo vio mirando por la ventana, moviendo ligeramente la cabeza al ritmo de la canción con la mandíbula apretada y los ojos entrecerrados. El aire frío que salía de las ventanillas del clima le revolvía el cabello suavemente.

— ¿Te gusta la canción? —le preguntó cuándo la canción concluyó. Él volvió el rostro para verla y asintió.

—Son Arctic Monkeys, ¿no?

— ¿Los conoces? —trató de no mostrar incredulidad en su voz, pero falló. Egon rio con ironía.

—Una cosa es que sea un maldito homicida y que no tenga vida social, y otra muy diferente a no saber apreciar las buenas canciones.

—No es que me sorprenda, sino que pensé que no escuchabas música.

—Odio a las personas, pero amo a las que hacen música—replicó con egocentrismo—a ellos únicamente les perdonaría la vida si en caso me dieran el trabajo de matarlos.

Dark Beauty © Libro 1. (TERMINADA)Where stories live. Discover now