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El lobo negro se movía lentamente pero tan ágil cómo una serpiente al acechó de su presa. Su pecho pegado al suelo y sus patas prácticamente deslizándose sin crear sonido alguno. El lobo blanco al contrario, estaba completamente quieto en su lugar, procurando no revelar su posición, haciendo uso de sus sentidos. Sus oídos intentaron captar cualquier sonido que le indique la posición de su oponente y sus ojos estaban atentos como un Alcón.

El pequeño y casi indetectable sonido de un una roca chocando contra el suelo lo exaltó y casi al instante se movió con suavidad y expectativa hacia los arbustos a su derecha. Retrocedió unos pasos y flexionó sus patas para dar un saltó y caer sobre su objetivo.

Aunque después de caer en el frío suelo y no sentir otro cuerpo fue que se dió cuenta de la situación. Casi inmediatamente escucho el sonido de las patas contrarias y antes de poder reaccionar, el cuerpo peludo del lobo negro saltó sobre él para derribarlo. Gruño impotente e intentando liberarse pero el gruñido del lobo más grande lo dejó inmovilizado.

Eres una bestia.— Volvió a gruñir y el alfa restregó su cabeza en el cuello y pecho del lobo blanco.

Te gané así que déjame reclamar mi premio con tranquilidad.— Los lobos no podían hacer expresiones fáciles pero Jimin jura que el contrario está sonriendo en este momento.

El Omega bufó y lo dejó ser.

Estaban tan aburridos de su rutina que decidieron hacer algo diferente, productivo y saludable para sus cuerpos, ¿Y que mejor que una competencia de caza? Jimin estaba tan confiado de si mismo que no puso trabas cuando Jungkook decidió que el ganador podría hacer lo que quiera con el perdedor por el resto del día.

Ahora el esclavo soy yo. Pensó irritado.

De repente, Jungkook se paró sobre sus patas, adoptó una postura alerta y agudizó sus oídos. Jimin lo observó confundido hasta que sus orejas captaron un sonido perfectamente nítido a la distancia.

Alguien está cerca.— Avisó y el alfa asintió confirmando su sospecha.

Sus pasos son continuos y fuertes, es una persona. Oculta tus feromonas.— Ordenó y se apartó del cuerpo del omega.

Jimin hizo lo pedido y a pasos rápidos pero cuidadosos siguió a Jungkook de cerca. Ambos estaban a dos kilómetros de la cabaña por lo que a ese velocidad llegarían en alrededor de diez minutos pero era la mejor opción para evitar ser detectados. No sabían si la persona era una amenaza pero era mejor estar listos en el caso de tener que atacar.

Ambos estaban tensos. Estar alejados de la civilización por tanto tiempo los hizo más conscientes de su entorno, cuidando más su seguridad ante la repentina idea que de podrían estar en peligro y solo ellos podrían defenderse entre si.

Al estar a solo unos metros de la cabaña ambos esperaron, la figura aún no podía verse pero sus pasos se oían con más cercanía, estaría ahí en pocos minutos. Jungkook se colocó frente a Jimin en una reacción natural e inconsciente, este iba a protestar pero al sentir por medio de lazo la preocupación del alfa, se contuvo.

Los pasos eran cada vez más cercanos, el castaño poco a poco dejo salir sus filosas garras y sus colmillos, listo para saltar sobre la persona que perturbo su paz y la de su omega.

La sombra comenzó a verse entré los árboles del bosque y cuando Jeon flexionó sus patas para saltar, la apariencia de la persona estuvo a la vista de los lobos que se detuvieron abruptamente al ver quién era el responsable de sus nervios.

—¿Chicos?— Namjoon se detuvo a unos metros de los dos lobos que estaban paralizados observándolo. El alfa, asombrado y algo confundido se acercó con cautela.— ¿Jungkook? Soy Nam, ya sabes, tu mejor amigo de toda la vida y no tu cena.

¡¿Soy un omega?! • KOOKMINWhere stories live. Discover now