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Ropa desparramada por el suelo, un intenso aroma a feromonas plagado por toda la habitación y su cuerpo desnudo en una cama, este tendría que ser el dejá vù más grande que ha experimentado hasta la fecha.

Con la diferencia de que este no es un dejá vù y sus recuerdos estás perfectamente intactos.

Su cabeza dolía y algunas extremidades de su cuerpo se sentían entumecidas, miro a su derecha encontrando un sitio vacío que aún conserva el calor de un cuerpo. Frotó su rostro completamente agotado e incrédulo, realmente lo hizo, lo que nunca llegó siquiera a considerar hacer.

Se acostó con Jimin.

Su lobo reclamo a Jimin cómo su omega.

Jimin era su omega destinado.

—Él ni siquiera es un omega real, no hay ninguna posibilidad lógica para esto.— Murmuró despeinado con desesperación su ya muy revuelto cabello.

Toda su vida anheló a su omega destinado, ¿Que clase de broma de mal gusto era esta? Park no podía ser la persona que tanto esperó y con la que se imaginó pasar el resto de su vida.

—¿Dónde diablos estás?— Se puso de pie y entro al baño llevándose consigo la ropa sucia, se aseo en tiempo récord, se vistió y salió en busca del pelinegro.

Recorrió cada rincón de la cabaña sin encontrar rastros de él, un gruñido molesto surgió de su pecho y salió hacia el exterior invocando su forma de lobo, su olfato era más desarrollado de esa manera y podría encontrarlo con facilidad.

En el instante que sintió su aroma sus patas rasparon la tierra y comenzó a correr a gran velocidad hacia donde esté le indicaba que el omega estaría, el lago. Sus pisadas eran fuertes y sentía el viento golpearlo con rudeza al igual que algunas ramas que debido a la gran velocidad no podía esquivar pero nada le importó, solo encontrar a Jimin. A medida que iba a acercándose el aroma se hacía más intenso y con eso su malhumor incrementaba, con su mejorada visión logro divisarlo bañándose en la orilla del lago. Dejo salir un gruñido más fuerte que puso en alerta al contrario, el pelinegro se dió la vuelta listo para protegerse pero para cuando notó la otra presencia ya era tarde, Jungkook salto de lleno sobre él provocando que ambos caigan al agua.

El lobo negro acorraló al omega debajo de su cuerpo, su respiración errática impactaba directamente con su rostro y sus firmes partas estaban posicionadas en ambos extremos de su cabeza. La expresión del pelinegro era confusa pero clara a la vez, su mirada demostraba enojo, vergüenza, resentimiento y una gran amargura, no hizo el amago para liberarse ni cuando Jungkook comenzó a cambiar de nuevo a humano.

—Park.

—Sea lo que haya pasado ayer, no seré tu omega jamás. — Dispuso con sus ojos brillando en un profundo escarlata y sus músculos tensos.

La boca del alfa se secó y sus ojos adoptaron el mismo tono que los del contrario, sus dientes picaron al igual que sus manos. Definitivamente nunca estaría con ese jodido omega, un maldito omega que ni siquiera era uno verdadero lo estaba rechazando, era la peor humillacion que podría haber recibido.

—¿Quien te querría como su omega en primer lugar? A una persona como tú no la tomarían ni siquiera por lastima.— Vio el perfecto momento en el que los ojos de Jimin se volvieron más oscuros, el menor se lo sacó de encima con un empujón y camino hacia el otro extremo para recoger su ropa.—¿Te duele la verdad?

—¿La verdad de que? No soy un maldito omega y no quiero tener a un imbécil detras de mi creyéndose mi dueño.— Gruño molestó.

Realmente soltó esas palabras sin tomar en cuenta el profundo sentimiento que estaba cargado en ellas, se detuvo un instante para repasarlas en su mente y simplemente su cerebro se llenó de recuerdos, palabras y acciones que perfectamente podrían catalogarlo como un hipócrita.

¡¿Soy un omega?! • KOOKMINWhere stories live. Discover now