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Tal como su nombre lo decía, la carrera de los cien kilómetros consistía en darle una vuelta completa al territorio de la manada.

—Los dos primeros en llegar a la meta serán los que se enfrenten en la pelea, mucha suerte a todos.— Dijo Juwoon evitando la mirada del alfa pelinegro, no quería darle suerte a él.

Los cuatro lobos se pusieron en posición y cuando escucharon la señal salieron corriendo a la velocidad más alta que sus fuertes y hábiles patas pudieran ir.

El camino era un tanto irregular pero se las arreglaron para tener todo controlado.

La delantera la tenía Jungkook, Jimin iba detrás de él junto a otro alfa que estaba por dejarlo atrás pero el pelinegro no lo permitió. Cuando el hijo del líder tomo más velocidad, Park aprovecho y de un fuerte empujón sacó del camino al otro alfa, este rodó y accidentalmente se llevó al último competidor que venía hasta atrás de ellos.

Ya no hay estorbos, ahora solo queda alcanzar a la mariquita. Pensó aumentando la velocidad.

Jeon había tomando ventaja pero no lo suficientemente grande como para evitar que Park lo alcance. Iban por la mitad del camino y ambos estaban a la par, constantemente tenían que saltar para evitar tropezar con rocas o árboles caídos, además de toparse en varias ocasiones con algunos animales que al momento de verlos, huían. 

Sus patas comenzaban a doler de lo rápido que se movían y sus respiraciones estaban erráticas por la actividad física sin una sola gota de agua pero a pesar de eso siguieron corriendo con toda la fuerza de sus cuerpos intentando superar al otro.
Ya casi llegaban a la meta así que Jeon sacando energías de quien sabe donde tomó ventaja y sobrepasó a Jimin, al pelinegro no le gustó para nada esto y con un gruñido corrió más rápido para alcanzarlo, justo en ese momento hizo lo mismo que minutos atrás para desestabilizar a su rival. Jungkook no sé lo esperaba y tampoco pudo evitarlo, perdió el equilibrio y cayó de fauces al piso.

El pelinegro sonrió victorioso y corrió el último tramo para salir por el bosque y llegar primero a la línea de meta, se detuvo y aulló orgulloso de haber ganado, los aldeanos le aplaudieron más por obligación que por gusto real pero no le importo en lo absoluto, le había ganado a la mariquita en la última etapa y nadie podría quitarle ese gusto. Unos segundos después llegó Jeon y ni siquiera se detuvo porque fue directamente hacia Park para saltarle encima y comenzar una pelea.

—¡¿Que diablos?!

La personas comenzaron a gritar espantadas por las acciones de los alfas y tanto el líder como centinelas tuvieron que intervenir. Los separaron y ambos regresaron a sus formas humanas viéndose con odio.

—¡Te mataré bastardo!— Grito Jeon Intentando soltarse del agarre de los centinelas.

—¡Atrévete imbécil!

—¡Suficiente!— Ordenó Juwoon.— ¿Acaso son animales salvajes? Lo esperaba de Park pero no de ti, Jungkook.

El castaño apretó los puños y sus ojos teñidos de un fuerte rojo miraron con furia al otro alfa.

—Los otros dos alfas ya llegaron y creo que tuvieron un accidente.— Murmuró al verlos cojear.— Me ocuparé de eso más tarde. Ahora ustedes dos, vayan a prepararse para la pelea real y no creen más problemas.— Advirtió antes de irse.

Jeon tuvo que reprimir el impulso de no matar al otro ahi mismo y el pelinegro se sentía igual.

—Park jodido tramposo Jimin, la siguiente me la pagarás caro, hijo de perra.— Gruño en un susurro que solo fue audible para el pelinegro.

—Te estaré esperando, hijito de papi.— Respondió de la misma forma.

Con una última mirada se dieron la vuelta para irse por caminos diferentes. El tiempo corrió y la noche cayó completamente, el hechicero estaba observando la posición de la luna y calculando el tiempo que quedaba para el ritual.

¡¿Soy un omega?! • KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora