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Soltó un quejido cuando un fuerte zumbido demasiado cerca de su oreja comenzó a molestarlo, con un gruñido aparto al insistente insecto y se acomodo de nuevo para volver al mundo de los sueños.

No pasó mucho para que abriera los ojos de golpe al recordar absolutamente todo, se sentó rápidamente en la cama y observo con los ojos entreabiertos el brillante sol de la mañana.

—Todo fue un sueño.— Murmuró con alivió.

Alivió que no le duró mucho cuando su mirada cayó en sus manos, pequeñas, delgadas y delicadas manos que no corresponden en nada con su anatomía de alfa.

—No, no, no, no.— Negó desesperado y se puso de pie para correr hacia una puerta que supuso era el baño, entro y busco el espejo más cercano quedándose helado con la imagen que el objeto proyectaba.—¡Ah!

¡Esto no puede estar pasando!

Su cuerpo antes voluptuoso y llenó de músculos ahora era delgado, curvilíneo y delicado, sus perfectos abdominales marcados desaparecieron y en su lugar quedó un abdomen completamente plano, su piel ligeramente bronceada ahora era pálida, sus caderas y trasero se volvieron más grandes, sus ojos antes negros ahora eran azules y su altura se redujo, su brillante cabello negro fue lo único que se mantuvo intacto.

—¡Joder!— Al instante que dijo eso se cubrió la boca con los ojos bien a abiertos. Su voz también cambió, tenía un tono un tanto agudo y suave que contrastaba de manera colosal con su antigua voz gruesa y dominante.

No podía encontrar absolutamente nada de él en ese cuerpo, toda su escencia de alfa se redujo a un cuerpo ridículamente delicado y frágil.

—Esto tiene que ser una jodida pesadilla, si, me iré a dormir y cuando despierte estará todo como antes... Si, como antes.— Deliró regresando a la cama.

Solo en ese instante se dió cuenta que no estaba en su habitación o en su hogar, el lugar era grande y por lo visto se encontraba en un tercer piso.

—Solo hay una maldita casa en esta manada que tiene tres jodidos pisos...— Murmuró con desagrado.

Busco por toda la habitación algo que ponerse ya que estaba desnudó y aunque quisiera no bajaría así. Al lado de la cama se encontró con unas prendas que al usarlas le quedaron como un guante.

—¿Quien demonios eligió esto? Está mierda es incómoda.— Se quejo estirando la camisa y los pantalones que le quedaban pegados al cuerpo remarcando aún más su nueva figura.— Al carajo.

Sin más salió y camino buscando alguna salida del laberinto que era esa enorme cabaña, al doblar por un pasillo se encontró con unas escaleras y se apresuró a bajar pero se quedó quieto a medio camino cuando escuchó diferentes voces en el piso de abajo.

Hablando de él.

—No hay muchos registros de situaciones como estas, el papel más completo que encontré es de la leyenda del alfa que todos conocemos.— Dijo una voz que pudo reconocer como la de Suho, el hechicero.

—No se porque le estamos dando tanta importancia a esto. La luna lo maldijo y no hay más misterio que eso, que acepte su castigo y que viva con el, tal vez si tiene suerte algún alfa lo corteje y cuando eso pase, tendrá que cumplir su nuevo papel como omega.— Habló al que pudo reconocer como Lee Hyun, la cabeza del consejo de la manada.

¿Un alfa? ¿Cortejarlo a él? Ni en sus peores pesadillas.

—Sobre mi jodido cadáver, viejo decrépito.— Dijo en voz alta para llamar la atención.

Termino de bajar el último tramo de escalera que le faltaba y se encontró con Suho, la familia Jeon y los integrantes del consejo reunidos en la sala de la casa. Todos voltearon y abrieron los ojos en grande al ver la apariencia del nuevo omega.

¡¿Soy un omega?! • KOOKMINKde žijí příběhy. Začni objevovat