31

2.9K 427 51
                                    

Jimin

Me siento en una realidad paralela, dónde mi cuerpo no se siente mio y mi mente es la única confusa.

¿Que estoy haciendo?

Si la luna te puso en mi camino, ¿Realmente estoy cometiendo un error?

Todo fue tan rápido, mis piernas comenzaron a correr hacia una dirección con determinación, sin dudarlo o sentir temor por la intensa oscuridad del bosque.

Su aroma aún persiste en mi nariz. ¿La luna se siente complacida haciendo esto? ¿Cuál se supone que es la lección? ¿Cuál es mi propósito? ¿Realmente debo cambiar para que todo vuelva a la normalidad? Y cuando eso suceda, ¿Que se supone que siga? ¿Que hay después de eso?

Viéndolo tan relajado, flotando con una expresión que no demuestra ninguna inquietud , ¿Cómo puede estar tan tranquilo? ¿Soy el único que siente que todo es un desastre?

¿Por qué no puedo olvidarlo? Mis pasos continúan acercándose a él, admirando aún más de cerca su rostro pacífico y su cuerpo expuesto a la luz blanca de la luna. Sus feromonas, cielos, sus jodidas feromonas, siento como si rodearan mi cuerpo y se adueñaran de mi razón. Algo se agita en mi pecho cuando se impregnan en mi nariz.

Lo odio, odio este sentimiento, odio que mi cuerpo reaccione ante él, odio lo que provoca en mi, odio no poder borrar su toque de mi memoria, pero sobre todo...

Odio odiarlo.

Mi cuerpo entra al agua, siendo tan sigiloso que ni siquiera yo puedo oírlo. La distancia entre nosotros es cada vez más corta, él sigue sin reaccionar. Mi mano roza superficialmente su mejilla sin llegar a tocarlo.

Luce tan calmado, fingiendo que no hay una tormenta a su alrededor.

La laguna no era profunda, flexione mis piernas hasta sentarme, el agua me llegó hasta el pecho. De esta forma podía ver perfectamente sus rostro, uno que muchas veces soñe con golpear, imagen que otras tantas veces maldije en secreto.

Tengo un sentimiento agridulce en mi pecho al observar este rostro. Mi atención bajo un poco hacia su cuello, algunas marcas violáceas se distinguen en contraste con su pálida piel, marcas que yo cree, estaban desapareciendo, así como las que tú te encargaste de dejar en mí lo hicieron. Cada día, frente al espejo las veía desvanecerse con un sentimiento diferente que alteraba mi mente, la primera vez con asco, la segunda con rechazo, la tercera con incomodidad, la cuarta con inquietud, la quinta con confusión, la sexta con temor y la séptima...

No supe cómo reaccionar ese día cuando me pare frente al espejo y ví que las marcas estaban prácticamente invisibles.

¿Me odias? — Mis labios dejaron salir ese leve susurro antes de impactar con la tersa piel de su cuello.— ¿Sientes lo mismo que yo?

Mis manos dejaron caricias en su pecho mientras mis labios subían cada vez más, expresando con suaves toques mi inquietud. — ¿Me has olvidado? ¿Borraste el recuerdo de tus manos tocando mi piel? — Su respiración se volvió profunda, una sonrisa se dibujo en mis labios sobre su mejilla. — ¿Tú quieres esto?

Sus labios entreabiertos me estaban atrayendo a que los bese, solo sería una vez, solo una...

—¡Mnh!— Mi cuerpo siendo duramente acorralado contra una roca y su boca devorando la mía como si fuera su única razón de vivir, fueron mi ruina.

No puedo apartarlo si me besa de esa forma, si me toca como si conociera mi cuerpo y todos mis puntos débiles, reduciendo mi existencia a un manojo de nervios y sonidos absurdos, drogando mi conciencia para solo tener su imagen y nombre en mi mente.

¿Que me haz hecho? ¿Puedo aceptar esto con tanta tranquilidad como tú?

¿Tú también sientes tu corazón latir errático cuando mis besos descienden hacia tu pecho? ¿Tu cuerpo tiembla cuando te susurró al oído? ¿Tu mente se queda en blanco cuando tocó las zonas más intimas de tí? ¿Quieres sentir aún más de mi así como yo quiero más de tí?

Alfa.

Perdí la cuenta de las veces que mi boca te llamó de esa forma. "Alfa" palabra instintiva, ¿Por qué nunca mostraste desagrado? Sabes que yo nunca fui quien mencionó esas cuatro letras, pero aún así tú siempre respondes con un...

Omega.

Te odio.

Mi cuerpo expuesto ante ti, reacciona solo por tu toque. Tu boca besando la mía, bajando por mi cuello hacia mi pecho, no puedo retener los jadeos y leves gemidos que salen involuntariamente por la estimulación

Odio que me confundas.

Me atraes hacia ti, mis piernas rodean tu cintura mientras tus labios dominan los míos, siento ardor en ellos por las mordidas. Tus manos acarician y estimulan mi entrada, lugar que ni siquiera yo me atreví a tocar, ¿Acaso sabes eso? Tu aliento caliente impactando en mi cuello y tus dedos rozando ese lugar provocan un temblor placentero que envia una corriente eléctrica desde mis pies a mi cabeza.

Odio tu jodida arrogancia.

Tus ojos están fijos en los mios, orbes negros que dan la sensación de atraparte en un abismo sin fin, pero tan brillantes que dan la ilusión de una esperanza, ¿Brillan por mi?

Lo dudo.

Odio que me provoques sensaciones que no conozco.

Cuando entras en mi, siento como el oxígeno abandona mi cuerpo, estamos conectados, tu mirada aún sigue enfocada en la mía pero me es imposible continuar con ello cuando mis ojos se nublan en lágrimas.

Odio admitir que amo esto.

Tus golpes cada vez más rápidos me hacen delirar, te siento tan profundamente que podría colapsar, mis uñas abren la piel de tu espalda y mis piernas se aferran a tu cintura en busca de un soporte. Tu calor corporal siendo un abrigo. No puedo respirar.

Mis mejillas están húmedas, realmente estoy llorando por esto, tus manos limpian el rastro de lágrimas en ellas y mi aliento se corta al verte, ¿Alguien como tú puede hacer una expresión como esa? Una embestida repentina me hace perder el hilo de mis pensamientos.

Sostengo tu rostro entre mis manos, mis labios buscan desesperadamente los tuyos cuando siento que estoy cada vez más cerca de ser un desastre, ¿Seríamos un desastre juntos? Tu agarre sobre mis muslos llega a ser doloroso, tal vez dejes marcas, pero no me importa. Quiero verlas, tu huella en mi piel, un recordatorio de que esto realmente sucedió.

—M-marca...— Murmuré como pude.

—¿Mh?

—Ah... M-marca.— Repetí más alto y al instante sentí como todo tu cuerpo se volvió tensó.

—No s-sabes lo que dices.— Jadeó.

Tal vez no.

Pero lo necesito.

—Q-quiero...— Ni siquiera puedo formular bien las palabras, esto es demasiado, siento que voy a explotar.— P-por favor, A-alfa.

Mis emociones están al límite, soy como una bomba de tiempo a punto de explotar. No hay respuesta, solo el sonido de nuestros cuerpos en el medio de una noche solitaria.

Una conocida sensación comenzó a formarse en mi vientre, el sudor baja por tu frente al igual que la mía, tus golpes se vuelven más rudos y mis gemidos más altos. No quiero, no puedo dejar que se termine pero es demasiado. La sensación del orgasmo es tan devastadora que mi voz se pierde pero todo lo que puedo llegar a recordar se desvaneció.

Cuando sentí mi piel siendo desgarrada.

¡¿Soy un omega?! • KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora