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Los primeros rayos de sol de la mañana golpeaban directamente contra el rostro de un muy dormido alfa. Este con el paso de los minutos comenzó a molestarse y a querer apartarse de la luz pero al no conseguirlo tuvo que abrir los ojos forzosamente.

Bostezo y se removió incómodo al sentir una extraña presión en su pecho, extrañado y somnoliento miro hacia abajo y retuvo un grito cuando se encontró con nada más y nada menos que a Jimin durmiendo muy cómodamente abrazado a su torso.
La impresión fue tanta que en un intento por alejarse hizo un movimiento brusco que despertó al omega.

El pelinegro se removió murmurando quien sabe que cosas, se acercó y acurrucó más en esa grande y cómoda fuente de calor que además tenía un aroma agradable que lo adormecía al punto de casi volver a perderse en el mundo de los sueños y estuvo a punto de hacerlo pero luego de unos segundos noto lo extraño de la situación.

¿Grande? ¿Y? ¿Cómoda? ¿Fuente? ¿De? ¿Calor?

Exaltado se levantó rápidamente de forma brusca chocando miradas y alientos con el alfa debido a la mínima cercania que tenían. Ambos con los ojos abiertos hasta el tope observaron al otro casi paralizados hasta que se alejaron con expresiones de repulsión, por poco cayéndose de la cama al estar casi al borde.

—¡¿Que mierda haces durmiendo pegado a mi?! ¡Jodido pervertido!— Grito lanzando las almohadas, colchas y todo lo que estuviera a su alcance.

—¡¿Yo?! ¡Pero si este es mi lado! ¡Tu eres el pervertido!— Se defendió esquivando los ataques el pelinegro.

—¡¿Por que demonios yo estaría en tu maldito lado?!— Replicó.

—¡No lo sé, dímelo tú qué fuiste el que prácticamente me asfixio con un abrazo!— Señalo la cama y volvía a moverse para evitar una almohada en su rostro.— ¡¿Puedes parar con los almohadazos?!

—¡No! ¡Jodido mentiro- — Se quedó en silencio al ver que su lado de la cama estaba más arreglado que el lado del alfa que además tenía su manta, el idiota decía la verdad. Boqueo y dejo caer la almohada que iba a lanzarle al castaño pero no espero que esté aprovechará su descuido para tomar su venganza mañanera.—¡¿Pero que?! ¡Detente idiota!

—¡Te dije que te iba a regresar todas!— Grito golpeando al omega con las almohadas. En menos de un minuto la habitación se convirtió en un campo de guerra dónde los insultos, risas mal disimuladas, plumas volando por el aire y dos adultos jugando como niños eran los protagonistas.

—¡De acuerdo! ¡Me rindo! ¡Me rindo!— Desistió intentado recuperar un poco de todo el oxígeno que perdió. El alfa también bajo sus armas y las uso para acostarse de nuevo en lo que normaliza su respiración.

Eran contadas las ocasiones que tuvieron momentos tan tranquilos y divertidos como el de ahora. Era tan extraño, ¿Quien en su sano juicio se pone a reír y a jugar con la persona que más odia en su vida? No tenía sentido.

—No me molestaría que te pases a mi lado de vez en cuando si tendremos más peleas a muerte con almohadas.— Habló el alfa rompiendo el silencio y el pelinegro bufó.

—No fuí yo.— Dijo cubriendo sus ojos con un brazo.— Fue mi lobo.

—¿Tu lobo?— Jungkook se tensó como una cuerda ante la mención de aquel descarado ser que estaba jugando con su paciencia y conciencia desde hace un par de horas.— ¿Por qué parece tener más control sobre tu cuerpo que tú en estos últimos días?

—No lo sé.— Mintió y desvío la mirada incómodo. Por supuesto que el sabía la razón y todo se debía al maldito celo que siente que está cada vez más cerca, su lobo quiere salir y tomar el control, lo sabe pero no va a permitirlo.

¡¿Soy un omega?! • KOOKMINWhere stories live. Discover now