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Un hormigueo placentero se concentró en su parte baja. Frunció el ceño y se removió tomando bocanadas de aire, sus párpados cerrados lucharon por abrirse al sentir esa sensación intensificarse.

—Mhm...— Un gemido ronco brotó de lo más profundo de su garganta y su mano derecha se dirigió inconscientemente hacia el sur donde se topo con una maraña de cabellos suaves. Enredó sus dedos entre ellos y lo atrajó aún más hacia él, un gemido no propio y más agudo se perdió en el aire obligándolo por fin a despertar.

Completamente desorientado, observó todo a su alrededor hasta que su mirada bajo hacia sus piernas dónde otro cuerpo hacia de las suyas. Otro gemido se escapó de su boca cuando los labios regordetes del omega chuparon con fuerza su glande. Se dejó caer nuevamente hacia atrás y sujetando con delicadeza al contrario, comenzó a dar embestidas.

Los ojos azules del omega se humedecieron e intento hacer lo posible para poder abarcar todo sin ahogarse. Se dejó usar por su alfa y observó con placer su expresión extasiada, una de sus manos se dirigió a su trasero e introdujo dos dedos de golpe, los movió rápidamente buscando su próstata y gimiendo de puro goce cuando el miembro ajeno abandonó su boca para rozar sus hinchados y rojizos labios. Sus dedos se movieron con destreza en su punto y abrió la boca nuevamente para probar la esencia del alfa.

—Joder, ven aquí.— Ordenó y el menor obedeció sin quejas. Jungkook lo atrajó hacia su cuerpo para poseer sus labios con rudeza, reemplazó sus pequeños dedos por los suyos y los movió encontrando al instante su punto. El celo que desencadenó la lujuria de ambos había comenzado hace varios días y su rutina solo se resumía a esto, follar y dormir, si no fuera porque el alfa está medianamente más conciente que el omega, probablemente estarían muertos de inanición para entonces.

Saciados sexualmente pero muertos.

Flashes de cordura aparecen de vez en cuando en los dos pero duran menos de media hora, tiempo suficiente para preparar algo comestible y nutrirse de algo más que semen.

—Ah... Tardas m-mucho.— Se quejó, dejo salir un débil gruñido y lo empujó para obligarlo a recostarse. El alfa también gruño e iba a someterlo nuevamente pero esta acción quedó a medio camino cuando la repentina calidad interior del omega lo envolvió y exprimió casi hasta el borde.

Por una vez cumplió su capricho y lo dejo al mando. Jimin se sentía poderoso observando a Jungkook desde arriba, era como tener el control sobre él y esa idea lo excitó demasiado, esa pequeña muestra de libertad dominante la recordaría tan perfectamente como la expresión de Jeon. El alfa no paso por alto esa expresión altanera y sus ganas de presionarlo duramente contra el colchón incrementaron. Apretó los puños y retuvo el impulso.

Jadeos entrecortados salían de sus labios regordetes e inflamados por las mordidas, su trasero chocando con la cadera del castaño creaba un ruido seco que a sus oídos era un deleite que aumentaba el calor que se apoderaba de su cuerpo. Cada embestida era un choque directo a su punto y se volvió tan adicto a esa sensación que incluso aunque sus piernas pidan un descanso no puede parar.

M-mierda, no te detengas.— Exigió, inconscientemente usando su voz de alfa sin saber lo que provocaría en Jimin.

Los ojos del omega se expandieron y se tornaron de un azul intenso, éstos se llenaron de lágrimas saladas que se deslizaron por sus rojizas mejillas hasta perderse en su cuello. Esa voz ronca y dominante caló cada centímetro de su cuerpo enviando una descarga nerviosa que recorrió toda su espina hasta concentrarse en su parte baja, su entrada comenzó a lubricar aún más, mojando los muslos de Jungkook y poniendo humedo el ambiente. Su cuerpo entero tembló y ni siquiera pudo soltar algún sonido cuando repentinamente se vino sobre el pecho del alfa apresando su miembro entre sus paredes. Su expresión de éxtasis total quedó grabada perfectamente en la memoria del castaño quien siseó ante la intensa sensación para luego correrse en su interior.

¡¿Soy un omega?! • KOOKMINWhere stories live. Discover now