—No era difícil adivinar—repuso—busqué en el directorio de tu casa todos los cementerios de la ciudad...

—¿Buscaste en todos los cementerios?

—Sí—se rascó el cuello—tu escarabajo fue de gran ayuda—metió una mano en uno de sus bolsillos y le mostró las llaves de su auto y enseguida volvió a guardarlas—aunque tuve algunos obstáculos, pero heme aquí. Nunca podrás ocultarte de mí, Puppy; porque siempre sabré rastrearte, incluso en el mismísimo infierno.

—Estoy en medio de un funeral, por si no lo has notado—alzó los brazos y los agitó, haciendo énfasis en sus argumentos—no es el momento para causar problemas.

—Me gustan los problemas.

—Tú eres un problema.

—Nosotros dos somos un problema—replicó.

—Regresa a casa, Egon—murmuró derrotada.

—Regresemos a casa—le corrigió.

—No. Tú regresarás y yo me quedaré un rato más aquí.

—¿Por qué? No es ningún familiar tuyo que está muerto, ¿Por qué habrías de quedarte?

—¡No es asunto tuyo! —espetó de malhumor—por favor, vete de aquí o ven conmigo al funeral.

—No quiero irme, pero tampoco quiero quedarme—elevó los ojos al cielo—me quedaré solamente porque no me gusta estar solo en tu casa.

—Buena elección—lo tomó distraídamente de la mano sin darse cuenta de la reacción de él—andando.

—¿Ya concluyó el entierro? —preguntó, arrugando la nariz cuando ya se encontraban de regreso a las sillas.

—Sí. Hace una hora.

—¿Y quién era ese rubito listillo?

—Es Kevin Black, hermano de las fallecidas.

—Lo detesto—bufó, molesto—es un imbécil. Y también el noviecito de tu hermana, ese tal Evan.

—A veces pienso que no debí aceptar ayudarte—dijo ella entre dientes—eres tan...

—... tan realista y guapo—él terminó la frase por ella—lo sé, soy genial y lo sabes.

Shelby dio por terminada la conversación al sentarse en la silla que Kevin Black le había ocupado, empero Egon no tenía donde situarse por lo que a regañadientes se ubicó de pie junto a ella con la mandíbula apretada. Estuvieron un buen tiempo en silencio sin objetar ni una sola palabra. Lo único que se escuchaba era el murmullo de la lluvia sobre ellos y las voces y llantos silenciosos de las personas; pero fuera de aquello, era total silencio sepulcral. Poco después; Caroline se levantó de su asiento tomada de la mano de Evan, dispuesta a acercarse a ella. Se apresuró a mirar a Egon y este a su vez le devolvió la mirada con rigidez.

—¿Podrías alejarte unos minutos? Caroline piensa que has regresado a Austria y si te reconoce...

Pero nada de eso sirvió porque su hermanastra ya estaba a un paso de ellos y una sonrisa deslumbrante atravesó el rígido y petulante rostro de Egon cuando Shelby comenzó a hablar con la chica y el bastardo de su novio.

—Ya has conocido a Kevin—dijo Caroline tocándole el cabello al rubio y este sonrió débilmente para después cruzarse de brazos y seguir mirando a la nada.

—Sí—respondió Shelby mirando por el rabillo del ojo a Egon y a su manera desesperada de no causar problemas. De pronto, Evan fijó la mirada en Egon, y Shelby tragó saliva, y en un intento de llamar la atención del novio de su hermanastra, Caroline se adelantó y postró una mano en el hombro de Egon.

Dark Beauty © Libro 1. (TERMINADA)Where stories live. Discover now