El recuerdo perdido

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"Te cubro" habían sido las palabras que hicieron descansar a Regulus por un tiempo, Sarah y él se quedaron en las escaleras hasta el amanecer sin ninguna señal de ninguna chica, la iluminación del lugar había hecho despertar al chico que se alivio al ver a Sarah mirándolo con una leve sonrisa indicándole que ella no había caído dormida en ningún momento, aún así recién eran las cinco de la mañana y las probabilidades de que Lia bajara a esa hora eran las más mínimas de todos los horarios, podría ser a las siete aunque también eran bajas las probabilidades lo más probable era que si no fue en la madrugada fuera a la hora del desayuno, que iba desde las ocho a las nueve, de ahí para delante también pero como era de día podía ser más fácil seguir su rastro.

—Vamos —habló Sarah poniéndose de pie y caminando hacia la puerta— daremos una vuelta, deja ya esa dura escalera, párate, no voy a fumar aquí dentro

No fue fácil convencerlo pero Sarah tenía práctica, mucha práctica y era buena en lo que hacía, por eso logró sacar al muchacho de la casa, aunque no fueron lejos sólo al patio a estar más relajados o calmados en un ambiente de paz que produce el amanecer, nuevamente fuera Regulus pudo descansar un poco más, al llegar las siete de la mañana decidieron volver sin decir ni una palabra desde la madrugada. Regulus aún tenía los ojos cansados pero no se veía mal, sólo como un niño recién levantado, con el pelo desordenado aunque como tenía rulos no parecía estar tan cansado, claro que tenía las mejillas rojas por el cambio de estado, lo de la madrugada y la temperatura.

—Debí traerte una bufanda —decía Sarah mientras entraba observando a Regulus que aunque tenía una sudadera cerrada no tenía ni guantes, ni gorro, ni bufanda para la loca temperatura de las madrugadas

Nuevamente no le respondió pero esta vez fue porque no la escucho pues su vista estaba en otra chica, una que estaba con un pie sobre la silla y otro en el piso arreglando o haciendo algo sobre una hoja grande que estaba sobre la mesa del comedor, estaba bien, pero estaba arreglada, un abrigo más abrigado que el suyo y unos botines negros y su coleta, eso sólo le provocaba un dolor corporal intenso, pensaba que siendo algo más interno lo controlaría y ya pero algo lo volvía físico y lo hacía sentir devastado en todo sentido, Sarah que de inmediato se percató de la mirada clavada en un punto del chico, giró y observó lo mismo que él, pasando ambos con cuidado siendo evidenciados por el sonido de la puerta que hizo que Lia volteara y los viera, confundida y sin saber muy bien que hacer.

—Hola —habló Regulus sin controlar su propia habla o pensamientos, simplemente cayendo en lo que su corazón quería, hablarle
—Hola... —susurró Lia para luego saludar a Sarah con un movimiento de manos y volver a lo suyo con un poco de incomodidad

Regulus se giró hacia Sarah como enseñándole lo que ocurría, "no hay caso, me odia" como si acaso Lia lo hubiese condenado a muerte y este lo aceptara sin más, rindiéndose, siendo impedido de irse gracias a Sarah que lo mantuvo en su lugar

—Te dijo hola —dijo algo dudosa pues tampoco le veía lo positivo a ese hola pero ella estaba en la obligación de ser el positivismo en persona
—No ese hola —Regulus arremedo el hola de Sarah con fastidio, mirando mal a la mujer pues en su cara se notaba su positivismo fingido que no ayudaba nada, más bien lo hacía irritarse
—Ah —dijo poniendo los ojos en blanco y viendo lo que ocurría a unos pasos de Lia en la cocina, un sonido y un olor, un chico cocinando de lo más normal— John... —habló Sarah llegando a la mitad del comedor y pasillo, observando la gran cantidad de cosas que hacía John— ¿Se puede saber que estas haciendo? —inquirió con una vocesita que parecía querer estrangular a su esposo
—Le preparó un sándwich a Lia, para su almuerzo —respondió desde la cocina con tranquilidad sin percatarse de la vocecita de su esposa
—Un sándwich no es un almuerzo —intervino Regulus disgustado
—Le estoy haciendo más cosas pero Lia dijo que no le dará tiempo para lo demás por eso sólo le hice...

Inefable - SerendipiaWhere stories live. Discover now