Inefable - Serendipia

Los horrocrux y su destrucción

Cuatro días para año nuevo, lo había estado pensado estos días, iba contándolos en mi mente y en un cuaderno tachaba los días, me base y partí desde navidad porque ahora por lo menos sabía con seguridad que día era.
Navidad había pasado, había sido muy extraño pasarla sin el típico festejo de papá... o los adornos, villancicos o tan siquiera las lucesitas de colores y aunque no había sido una mala navidad era extraño, habría tan siquiera puesto lucesitas, que abría hecho más navideño el lugar, pero ni siquiera sabía el día que estábamos y cuando me enteré ya era tarde. Mientras manejaba me puse a pensar en la navidad de los demás, sí estaban bien o no, dentro de todo yo no estaba tan mal, podía pasarla peor, ¿Ellos lo habrían pasado bien...? Yo esperaba que sí, o que estuviesen bien, todos.

Mire a Regulus de reojo sin soltar el volante, me percaté de que aún seguía dormido, lo observé con recelo, no solo porque durmiera y yo no, o sí quizás, pero también porque parecía tan... tan tranquilo, actuaba tan bien a veces y luego sólo era... no sé.

Abrió los ojos de repente eso hizo que yo volteara con rapidez, quitando mi vista de él. Se veía soñoliento, recién levantado así que con suerte no se percató de mí mirada, eso esperaba porque ya me sudaban las manos de la vergüenza.

—Ah... —habló y cerré los ojos apretando los labios con nervios, aún así abrí los ojos con rapidez al recordar que yo estaba en el volante— ¿Quieres que...? —preguntó refiriéndose a manejar, aunque no se si estaba consciente de lo que preguntaba pues aún se veía adormilado y sin ganas de hacer algo
—No... —respondí negando con la cabeza
—¿Ya lo detendrás? —preguntó algo confundido, así que... quizás..., no, era probable que se hubiese dado cuenta de que lo había observa
—¿Uhm? Ah... ah, sí... —asentí con mi cabeza mientras bajaba la velocidad para estacionar el auto a un lado de la carretera

No parecía un mal lugar, no era de día como para que se vea muy bien pero tenía árboles altos y espaciosos así que la tienda de campaña se escondería bien.
Caminar con pereza esta vez no fue cosa mía, no dudaba que Regulus aún tendría sueño los últimos días con lo de las vigilas de noche no habíamos dormido bien, pero en esta ocasión era probable que durmiéramos mejor. En resumen, sí lo fue.

—Sí, puede que lo busquen —respondió él mientras caminábamos por el lugar en busca de algo valioso antes de irnos— más que su desaparición les intrigará saber porque murió
—Uhm... —susurre pensativa, Sirius había hablado de la supuesta muerte de Regulus y siempre me había preguntado por lo que habían pensado los mortifagos y hasta el mismo... el que no debe ser nombrado, les habría intrigado más su muerte que su desaparición, sí, y ahora que estaba vivo los intrigaría más, por eso era mejor que no lo supieran
—No creo que estén atrás nuestro pero sí cometemos un error o... nos los encontramos y no huimos como se...
—No soy buena cuando me persiguen —interrumpí para advertirle sobre mí estado de shock cuando alguien corre tras de mí, se quedó mirándome unos momentos como sí estuviera loca, lo bueno que continúo la caminata al momento
—Puedo ayudarte a matar a algunos hasta que consideres tu vida pero sí no corres, tomare tu bolso y me iré —confesó con sinceridad y entreabrí los labios entre sorprendida, indignada y avergonzada, este último porque dudara de mí propia importancia hacia mí vida
—Que considerado, como siempre —murmuré sarcásticamente mientras caminaba
—Por el bien del mundo mágico —dijo fingiendo un esperanzador mensaje por lo que asentí igual de fingida que él— sí eso significa derrotar al señor... derrotarlo a él, a mí no me importaría ser abandonado —esta vez sí hablo con sinceridad eso ocasionó que lo mirara pensativa
—Gracias por olvidar mí agradable ida a la cueva, para salvarte —dije tratando de quitar esa aura que traía el hablar del que no debe ser nombrado, lo bueno fue que él sonrió entendiéndolo
—No lo olvido, lo tengo presente no te preocupes —asentí sonriendo parodiando un gran y profundo agradecimiento— aún así aún sigo queriendo huir con tu bolso