Inefable - Serendipia

Maldición Tabú

En cuanto Lia guardó sus cosas se volvió a sentar para continuar su comida, oyó el ruido de la cascada y tardó un poco en entender como es que había dormido tan bien, a diferencia de los pies de los árboles donde había tanta paz en la tienda había tanto ruido que ni siquiera había soñado con algo, simplemente quedó inconsciente y eso le pareció espectacular.

—¿Era del hijo de James Potter? —preguntó Regulus en cuanto Lia terminó de comer, refiriéndose a la pomada que tenía
—Uhmjum, lo hice para sus heridas lo recordé tarde y fue por lo de Dolores...  aveces se me olvida que Harry tiene una cicatriz con forma de rayo
—¿Tiene una cicatriz con forma de rayo?
—Sí, en la frente ¿no te lo dije?
—No, creo que recordaría eso
—Ah... —susurro recordando que en efecto ella se había olvidado de ese detalle, existía ocaciones donde Lia recordaba a Harry sin el rayo, no era un rasgo o detalle que ella recordara como primordial entonces solía olvidarselo
—En forma de rayo... —susurro Regulus con curiosidad
—Si, esa herida fue justo después de que... "él" atacó a los Potter

Lia se levantó y agarró su plato junto a su varita, empezó a lavar el plato mientras Regulus aún en su silla pensaba en lo que Lia le había contado. El plato de Regulus también se elevó por los aires y fue lavado y colocado nuevamente en la repisa junto al plato de Lia quien al terminar de limpiar volvió hacia la mesa central.

—Hace un rato ¿Por qué no sacaste tu espada favorita? —preguntó Regulus tomando de tema algo que Lia disfrutara pues sentía que había sido ya muy cruel con la manera de levantarla
—Saque las que no tenían seguro... ¡Ah! ¡El gancho volador! —exclamó preocupada sacando algunas cosas de su bolso para encontrar lo que buscaba
—¿Qué? —preguntó confundido y algo preocupado por el nombre del objeto y al ver el objeto que Lia sacaba de su bolso, incrustado en un costal, confirmó que aquello era otra sorpresa
—Ya decía yo que habían dos costalitos de trigo —susurro tratando de sacar delicadamente el gancho puntiagudo de metal del costal al que había atravesado
—Ah... —dio un gran suspiro y se levantó, tomó el gancho que trataba de quitar Lia y lo jalo quitándolo con rapidez aunque terminó rompiendo el costalito

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La tienda de acampar fue recogida en la mañana, apenas salieron los primeros rayos de luz. Lia y Regulus se encaminaron hacia el bosque siguiendo el riachuelo que había provocado la pequeña cascada con la que habían compartido esos últimos días. El camino era rocoso y empedrado pero parecía seguro al no tener ninguna presencia de un dementor o carroñero.

—Después de que me sacaras de la cueva dijiste que Grimmauld Place ya no era seguro ¿Qué pasó?
—Los morifagos, ellos ya... saben dónde está
—Tenía hechizos
—Si pero pudieron... bueno entraron y ya no es seguro
—¿Sabes como entraron, no?
—Uhm, es una historia larga... la casa de los Blacks en un punto se convirtió en... un abaá —este se quedó quieto consternado, fastidiado con esa idea por lo que Lia se tuvo que esforzar para no sonreír— mentira no fue muy así, pero si llego a ser la sede de la orden
—Si que cambiaron las cosas... —susurro volviendo a la caminata— Sirius el que decía odiar la casa se instaló ahí con toda su banda
—No por qué quisiera, si hubiese tenido otra opción se habría cambiado a otro lugar pero no podía —lo defendió Lia
—¿Por qué no podia? —preguntó creyendo que no había razón coherente
—Ah...
—¿Por qué? —repitió acercándose más hacia la muchacha
—Porque... ¿Recuerdas que dije que habían atacado a los Potter? —él asintió— bueno ellos habían protegido su casa con el encantamiento fidelio...
—¿Dices que Sirius los delato? —preguntó frunciendo el ceño sin entender, había algo que no cuadraba eso era obvio, conocía a su hermano y delatar a Potter era algo que Sirius jamás haría— No, no fue él al que le confiaron el secreto ¿no? —añadió seguro de su respuesta por lo que continuó— se lo confiaron a alguien más... pero que sorpresa que no fuese Sirius al que se lo confiarán
—Si... digo lo mismo —dijo Lia agradecida de que alguien más dijera lo que creía— pero los demás no dedujeron lo que tú —agregó con gran molestia por ese caso, la gente todos habían sido tan estupidos— todos creyeron que él había dado la ubicación de los Potter causando su muerte...
—Lo culparon por la muerte de Potter —susurró Regulus con un respiro hondo pensando en cómo Sirius se sintió con eso y al fin sintiendo lastima por su hermano
—Sí y lo condenaron a Askaban... —Lia no continuó pues Regulus había soltado una risa que la confundió
—¿Él estuvo en Askaban? —preguntó aún con una evidente sonrisa
—Uhm... no estar estar pero lo condenaron sí
—Quien lo diría, al final fue él el que terminó ahí