Placaje

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A la mañana siguiente cuando el sol apenas estaba por salir Regulus despertó, afortunadamente para él y no para Lia.
Ya no sentía angustia por los dementores lo cual era indicativo de que estos ya no estaban o por lo menos no estaban cerca, de alguna manera se habían ido. Sintió en cambio el cuerpo blando abajo de él, donde estaba tirado, sorprendido y avergonzado se levantó rápidamente observando a Lia quien aún estaba sumida en el sueño y no se veía nada bien, sudaba y parecía estar teniendo una pesadilla. Él la miró con curiosidad por unos momentos, dio con su varita que estaba a un lado de la mano de la muchacha junto a la varita de esta, se acercó con sigilo para recuperar su varita tratando de no tocar a la muchacha. No agarro solo su varita si no también la de la chica, la examinó a detalle pues como ella él también sabía que se podía saber mucho de un mago o bruja por su varita.

—Sauce... —murmuro pasando su mirada hacia la chica

Regulus se quedó viendo el bolso de Lia que yacía al lado suyo; recordaba el maletín de pociones que había visto, no planeaba robárselo simplemente estaba intrigado por el maletín.

La pesadilla de Lia parecía incrementar con cada segundo, todo hasta que en un momento de mucho terror abrió los ojos, asustada. Le tomo unos segundos recordar que había hecho antes de que se durmiera, pero cuando recordó que había caído dormida dejando libre el cuerpo de Regulus se asustó, busco su varita cuando se percató de que a unos metros de ella estaba Regulus, sentado en una roca mirándola y mostrándole la varita que buscaba.

—¿Buscas esto? —preguntó mientras ella se sentaba percatándose del dolor de espalda pues no solo había dormida en un piso rocoso si no también se había caído minutos antes de quedarse dormida

Lia respiro profundamente observando lo ocurrido más aún así no se levantó, aún estaba intrigada de que siguieran vivos siendo que los dementores merodeaban por ahí o bueno... eso ayer en la noche pues ya había amanecido completamente.

—Incarcerous —dijo Regulus en un susurro, sosteniendo su varita en dirección a Lia quien observó con indignación sus manos atadas, no se había ofendido por los pies atados pues era una forma de escape seguro, pero ¿Sus manitos?, ¿Que iba a hacer con las manos? Absolutamente nada, era inofensiva—precauciones, tú empezaste esto. Antes de... —hizo una pausa pensando en lo que haría y cuando fue así continuo sin revelar lo que haría— ¿Sacaste de esa cueva a un mortifago, le quitaste su varita y luego lo desmayaste para después quedarte dormida? —preguntó echando en cara la imprudencia de la chica
—No me dormí —se defendió Lia pues aunque ella había querido resguardarse el mundo se había puesto en su contra poniéndole miles de obstáculos, cansándola a cada instante hasta dejarla sin fuerza. Regulus respiro profundamente disgustado pues la respuesta era absurda para él y no solo eso, empezaba a creer que Lia solo lo estaba molestando— bueno... sí lo hice..., pero no fue por imprudencia

Este se levantó de donde estaba y fue hacia Lia, se quedó a un costado y se agachó quedando casi en cuclillas al lado de ella. Permanecía con la vista en ella intrigado de lo que haría aunque Lia fingía normalidad pues estaba nerviosa, lo había visto de reojo por un mili segundo solo para percatarse de que este la observaba con atención; para Lia él estaba decidiendo o debatiéndose qué hacer con ella. Pero la verdad era que él ya había decidido que hacer, no iba a obligarla a irse con él y él no iba a quedarse a morir, pero aún estaba intrigado con lo sucedido, ella había encontrado la cueva, sabía sobre los inferís y si era así sabría más, lo había sacado de ahí por algo, no le había molestado lo de la marca aunque parecía haberse asustado o haber estado ya asustada. De cualquier manera si no quería contárselo no había ningún caso en insistir.

—¿Lia, no? —preguntó y ella asintió con la cabeza, tímidamente como si el que se moviera más la condenará a muerte— ¿No deseas desaparecerte verdad? —inquirió solo para confirmar que no quisiera ir siendo esta una pregunta de agradecimiento ya que siempre que tenía en mente algo no dudaba o preguntaba para llevarlo a cabo; esta vez iba a irse y ella ya le había asegurado que no deseaba irse con él así que está pregunta era en recompensa a su rescate— Bien, deseas morir haya tú —hablo con aceptación y restándole importancia pues con un hechizo no verbal apuntó al brazo izquierdo de Lia, poco a poco se arremango dejando a la vista su piel sin marca alguna, Lia se asustó al principio pues no se había percatado de la varita de Regulus apuntando a su brazo, cuando lo hizo no entendió muy bien lo que pretendía pero al ver el brazo de este y recordar la marca tenebrosa todo cobró sentido
—¿Crees que... —susurró Lia esta vez mirándolo
—Adiós —La interrumpió levantándose— dejare tu varita en esa roca —anuncio hablando sobre la roca donde él había estado sentado

Inefable - SerendipiaKde žijí příběhy. Začni objevovat