Llegadas imprevistas al 12 de Grimmauld Place

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Aquella historia que el elfo de los Black había contado no solo había llegado al corazón de Lia o Hermione que lloraba a mares, Harry y Ron también sentían el pesar del elfo, preocupados y impactados por todo lo ocurrido. Lia se había levantado de su asiento yendo junto al elfo a tratar de tranquilizarlo un poco aunque no lo detenía de llorar, entendía que el dolor que sentía no era malo y que podía llorar cuanto quisiese por su pena, más si lo detenía cuando este intentaba lastimarse.

—Ron le dejó un vaso con agua y está vigilando que no se lastime —dijo Lia después de que llevaran a Kreacher al salón principal
—Le explicaba a Harry el porqué de las creencias de Kreacher aún después de lo de Regulus... —comentó Hermione que tenía las mejillas mojadas aunque ya no lloraba— Si ellos seguían creyendo en la pureza no estarían en riesgo
—Pero Sirius... —farfulló Harry
—Ha... ha dicho muchas cosas que no debía —intervino Lia— él..., Hermione tiene razón, ni siquiera creo que los mortifagos sepan lo que le ocurrió a Regulus, hubiesen atacado a los Black si creyeran que este desertaba pero no fue así, supongo que pensaron que murió siéndoles... leal
—Sirius se dio una versión para tranquilizar sus sentimientos, él no fue bueno con Kreacher y eso casi lo llevó a la muerte, Kreacher le es leal a quien es amable con él, la señora Black, Regulus, Lia y seguramente... Narcissa y Bellatrix, ya he dicho que los magos van a recibir su castigo por su trato hacia los elfos —comentó Hermione y Lia suspiró tristemente sabiendo que era verdad
—Los humanos cometemos errores —dijo Lia mirando a Harry al percatarse que entendía lo que Sirius había hecho y como él, había sido igual de cruel con el elfo— ninguno podía ver más allá, no son horribles personas por eso. Ya te percataste de esto, y Sirius lo hará... el saber la verdad... aunque yo no quisiera que ocurriese pues se cuanto le afectara va a ocurrir y es ahí cuando él comprenderá el peso de sus palabras.

Al llegar la noche cuando todo se tranquilizó Harry volvió a hablar con Kreacher, ahora más gentil que antes, tanto él como Ron se habían sentido culpables por sus actos y trataban de mejorar respecto a eso. Con amabilidad Harry le pedía a Kreacher que buscara a Mundungus, si este se había llevado el guardapelo podían encontrarlo y recupérarlo y todos ahí querían eso. Antes de que Kreacher se fuera Harry tomó el guardapelo de Regulus y se lo entrego, este se hecho a llorar nuevamente, guardó su objeto que sería protegido por los cuatro chicos y cuando estaba por irse hizo por primera vez una reverencia cordial ante Harry, Ron y Hermione.

—Ayer en la noche puede que no lo encontrara pero hoy en la mañana si lo hará —dijo Harry sentandose en la mesa del comedor donde sus amigos lo esperaban
—Kreacher está comprometido con esto así que creo que no tardará mucho —comentó Ron agarrando un pan de la mesa
—Supongo que hasta que llegue debemos de pensar en qué cosas importantes podemos hacer aquí —hablo Hermione viendo los libros arrimados en un rincón del lugar
—Lia... —susurró Harry acercándose a la muchacha— ¿Crees que Mundungus se llevó la otra parte de la carta de mi madre? —preguntó con esperanza en los ojos
—Uhm... no lo sé —respondió algo apenada, Lia no quería quitarle la ilusión pero tampoco quería que este se emocionara en vano— no sé precisamente si subió a los pisos de arriba, el cuarto de Regulus estaba intacto... pero si Mundungus llega aquí y sigue con vida, pues podrás preguntárselo.

La mañana pasó y con ella los siguientes y lo único nuevo ocurrió fuera de la casa, donde se veían unos hombres con capuchas sospechosas, los cuatro amigos se percataron al instante de que eran mortifagos, pero no sabían si se habían dado cuenta de que ellos estaban ahí o solo era por motivo de vigilancia hacia las casas de los mejores amigos y/o el padrino de Harry.

—¡Ah! No puedo creerlo —exclamó Phineas Nigellus al ver a Lia entrando a la habitación donde el retrato se encontraba— ¿Es que al fin se digno a venir la jovencita? —preguntó con una dramática indignación causando en Lia una pequeña sonrisa— ¿Que deseas? ¿Información sobre el nuevo director?
—¿Puedes dármela? —preguntó Lia sabiendo la respuesta, claramente no había ido ahí por eso puesto que sabía que nada obtendría y precisamente ahora poco le importase quien era el nuevo director
—No, son cosas que como retrato no puedo hacer
—Ya... eso creía, venía a ver... el cuarto claramente, es un infortunio encontrarte —dijo sonriendo y Phineas también lo hizo
—Digo lo mismo
—He venido antes, no estabas, eso dice que eres muy requerido en otros lugares, ¿Vas a quedarte un rato?
—Lamentablemente, sí

Inefable - SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora