Inefable - Serendipia

Karaoke

Una puerta de metal negro con un sticker grande en ella el cual decía "salida", pero arriba si veías a detalle observarías un letrero que decía "KARAOKE".

—Un lugar donde hay música —respondió Lia, ambos al fin avanzando hacia la puerta
—¿Como sabes? —preguntó Regulus intrigado
—Emm... su letrero tiene una cosa de música, supongo... no
—Ah —dijo este observando ahora el letrero del Karaoke
—Entremos, a menos que quieras que nos maten —dijo Lia abriendo la puerta obteniendo una mirada desafiante de Regulus pues este sabía que podía con los mortifagos y Lia también pero ese no era el mayor problema— o hagan una de esas marcas tenebrosas en el cielo, no podríamos escapar de eso, vendrían tantos y no podemos huir tan rápido.

Entonces entró y cerraron la puerta, la luz de la calle desapareció y todo oscureció, el lugar apenas tenía una luz morada neón, era un corredor pequeño para poder salir del lugar solo que ahora ambos estaban ingresando. El ruido en cambio aumentaba por montones, gente gritando y algunas cantando, una mezcla de todo eso.

—Si entran... —susurro Lia preocupada
—Yo nos lo puse en peligro —dijo Regulus pero al momento noto que Lia se sintió mal y agregó— pero no lo harán, no entrarán —confesó a regañadientes— son idiotas

Pasaron el corredor pequeño viendo algunas puertas a los lados, escaleras también dirigidas haría arriba. Llegando en ese momento al centro del caos, a distancia de ellos habían sofás y sillones, gente en medio, sentados conversando con otros generando bulla al igual que los que cantaban, algunos estaban parados echándole porras a los que cantaban, otros solo bailaban a los lados.
Lia y Regulus avanzaron un poco, justo hacia una recepción, entonces se quedaron quietos justo donde estaban pues por ahí había menos bulla y menos destellantes luces neones.

—Que buen lugar —dijo Regulus sarcásticamente mientras se apoyaba en el mostrador tocándose la cara cansado y frustrado
—Quizás... tengan una bebida, los pasteles no pero...
—¡Hola! —exclamó un hombre calvo, se acercaba a ellos con una sonrisa de oreja a oreja
—Hola —Lo saludó Lia tímidamente
—Escuche pasteles —dijo el chico con una sonrisa pícara, se apoyó en el mostrador a un lado de Lia— no tenemos eso, ¡pero! tenemos brownies especiales —comentó con un guiño a Lia, dejó de apoyarse en el mostrador para ponerse al otro lado de este entrando por el costado— extra chocolate, ¿Si lo deseas?
—Ah... —susurro Lia sin procesar muy bien todo lo que había dicho— sí
—¿Y tú guapo? —preguntó a Regulus qué estaba aún apoyado en el mostrador frotándose la cara, dejó eso y subió su mirada al hombre sin ninguna sonrisa de amabilidad si no más bien con la mirada de enojo que tenía en ese momento. Lia tuvo que cerrar los labios para detener una risa.
—Una bebida —respondió Lia haciendo que la mirada del hombre calvo volviera a ella y Regulus continuara con su frustración— ¿Tienen... bebidas?
—Muchas, te recomiendo una la llamamos flama —respondió con emoción pero luego agudizó sus vista y se corrigió— no..., es mejor cielo, más fresca —agregó viendo muy joven a Lia y recordando los brownies

Lia aceptó lo que le propuso, cielo sonaba bien para ella, puso la mirada hacia su bolso y empezó sacó el dinero muggle que tenía, le entregó lo que salía aquello, para ella algo caro pero ella creía que era por la hora y el lugar.

—El teléfono no funciona es lamentable, me encanta esta música, pero tengo que ir a por sus pedidos —dijo saliendo nuevamente del mostrador— ¡Ah! —suspiro captando la atención de Lia— Guapo pero peligroso —Le susurro a ella, con cuidado de que Regulus no lo escuchara— mi tipo, cuídalo qué hay muchas que le echarán el ojo
—Ah... no, no... —negó Lia pero este se fue notando que Regulus volteaba

Este miro a Lia y luego al joven del Karaoke, el cual se iba a pasos rápidos hacia un pasadizo oscuro por la poca iluminación y entraba a un cuarto donde se veía que había gente haciendo distintos aperitivos.