Inefable - Serendipia

Draco Malfoy

Lia fue a la enfermería con mucha pesadumbre, ya había peleado con Ginny una vez y ciertamente le aterraba volver a hacerlo, "quizás no se llevaba bien con ella y ya" pensaba pero no era verdad quería a la pequeña de los Weasley aunque algunas veces se discordaran, quizás también le había molestado que atacara a Hermione con el Quidditch cuando Hermione no la estaba atacando pero Ginny era así, era más aguerrida y si debía pelear lo haría.

—Draco —saludó llegando a la enfermería y lanzando su bolso contra el estómago del chico sin querer— ¿Estas bien no? —preguntó mientras sacaba unas golosinas y las ponía en la mesa
—¡Torpe! —gruñó Draco con algo de dolor
—Desagradecido, ¿Que hice? —preguntó ofendida y molesta
—¡Me tiraste ese bolso! ¿Que lleva? ¿Rocas? —preguntó furioso
—Ah... ya... este... lo siento —susurro algo nerviosa y tratando de no reír— estaba... ay... pasan muchas cosas en Hogwarts, lo siento —agregó acercando la silla más cercana a la cama del chico y sentándose— ¿Como estás?
—Bien ya te puedes ir, llévale la noticia a Potter y dile que no mato a nadie —respondió y Lia lo miro muy seria para luego seguir sacando cosas de su bolso sin decir ninguna palabra— ¿Por qué sigues aquí? —preguntó con aburrimiento
—Estoy haciendo silencio para no incomodarte, no vengo porque alguien me lo haya pedido aunque lo dudes, eres mi familia y dentro de toda la familia que se odia o no puedo decir que no te odio y te lo has ganando por tu propia cuenta

El chico fingió no darle importancia y dejó que Lia se quedara sin quejas, unos minutos después de un cuestionario de Lia sobre las dolencias que tenía, pudo ver como ella sacaba frascos de una valija de pociones y combinaba unas cosas extrañas y luego sacaba más frascos y después otras cosas extrañas al final terminando en una poción con un color no tan agradable aunque debía decir que el olor no era tan malo, sin darse cuenta ya habían pasado muchas horas por lo que cuando la chica le propuso tomar el líquido no pudo decir que no

—Que asco —murmúro mirando la poción con disgusto
—Sabe mejor de lo que piensas, es que ya sabía como eres así que tuve que ver cómo hacer para que eso sepa mejor, tómatelo sin ver
—Ah —dio un bufido y sin más se tomo la poción— Uhm —dijo levantando las cejas sorprendido por el sabor
—Ah —suspiro Lia fuertemente viendo el amanecer— Si... me gustan los atardeceres pero creo que las estrellas y la noche me gustan más
—Como a mi madre
—Uhm —dijo encogiéndose de hombros
—Es que no comprendo ¿Por qué me hablas?
—¿Por qué no debería?
—Odias a mi madre
—Mmm no creo que sea odio, pero tú odias a mi padre y me hablas
—Bueno...
—¿Estamos en las mismas no?
—Supongo

Lia dio un fuerte suspiro y tumbó su cabeza a la mesa de noche que estaba justo frente a la ventana

—Ella te quiere... mucho
—Prefiero no hablar de eso —intervino sin ganas de recordar nada, mientras menos supiera de todo era mejor— ¿Estás con Parkinson? —preguntó levantando la cabeza rápidamente para mirar a Draco

Cuando estaba tirada en la mesa vio una nota al lado de donde estaba, tenía escrito un mensaje de amor con dedicatoria de Pansy Parkinson

—Si —respondió este sin darle importancia
—Ah...
—No me critiques —intervino al ver la cara de Lia
—Tú me criticaste a mi
—Con mucha razón ¿O que acaso Fred fue un buen chico? —preguntó mirando a Lia quien puso los ojos en blanco
—No, no lo fue y lo mismo digo de Pansy pero ya sabrás tú cómo cometer tus errores en fin de eso se aprende ¿no?
—Si eso creo, dímelo tú —dijo riendo y Lia le lanzó el bolso nuevamente aunque luego de hacerlo se disculpó

Unas horas más pasaron y Lia como Draco estaban muertos de sueño por lo que la chica decidió tomar las cosas que había sacado y guardarlas dejando solo los golosinas por si Draco las quería