—Todos salgan de sus pensamientos. Era hora de iniciar la clase de las diferentes teorías del Derecho—proclamó el profesor mientras se deslizaba dentro del salón de clases.

—Qué divertido—le oyó susurrar a su amiga con aburrimiento.

Una hora más tarde, observaba desde su asiento como sus compañeros se arremolinaban para ver a través de la ventana que daba a la cancha de Fútbol americano en la cual se estaba dando un espectáculo. Miró hacia todos lados en busca de Lola, pero la divisó hasta el frente del tumulto de alumnos que intentaba ver por la ventana. Sulfurada, fijó la mirada en la carpeta que descansaba en sus manos y comenzó a revisarla sin mucha atención. No le agradaba que suspendieran las clases por motivos que no valían la pena como ver jugar al equipo de Fútbol contra el equipo de otra Universidad. Quizás para los jugadores era bueno jugar porque la mayoría de ellos estaba estudiando gracias a una beca que se les fue otorgada por su buen desempeño en los juegos. Pero para ella y los demás... ¡No había necesidad de prestarle atención a algo que no les iba a beneficiar! Por más descabellado que le parecía, deseaba con toda el alma que Trenton Rex—el capitán del equipo—se lastimara una pierna y así, dar por terminado el juego. Y de pronto, cuando pensó que todo iba bien, escuchó el grito de histeria de todos muy cerca de su tímpano.

— ¡Se ha roto la pierna! —aulló Stella, la más lista de la clase y todos ahogaron un grito— ¡Trenton Rex se ha lesionado!

— ¡Vamos a verlo! —gritó alguien más y todos comenzaron a correr en dirección a la puerta. Todos menos Lola. Ella se quedó mirando por la ventana y lentamente se volvió hacia Shelby, quién la miraba con el rostro pálido y sudoroso.

—Rex se ha lastimado la pierna al tratar de patear el balón—le informó y se sentó a su lado. Pero Shelby no respondió— ¿Cash?

— ¿En serio? —parpadeó, aturdida.

—Sí—hizo una mueca—fue espantoso. Cayó en una posición anormal y eso ocasionó una lesión grave.

— ¿Te preocupa más que perdamos?

—No. Pero Rex es el único que sabe jugar bien.

—Trenton no me agrada, pero lo que le pasó es algo terrible—tragó saliva.

— ¿Quieres ir a ver qué está pasando? —se levantó de un salto con los ojos brillantes. Shelby asintió, guardó rápidamente sus cosas en la mochila y se la echó encima del hombro. A dónde quiera que iba, su mochila la acompañaba. Ese era el protocolo de su vida. Descendieron por las escaleras y comenzaron a notar que todos los estudiantes de todos los grados estaban dispersos, tratando de averiguar el estado de salud de Trenton. Y la novia de él se encontraba hiperventilando en un rincón con varios profesores y enfermeras intentando tranquilizarla.

—Guau. Me parece que está alterada porque perdimos y no por Trenton—observó Lola con la nariz arrugada.

—Hasta yo estaría alterada por el juego y no por él—rio Shelby y Lola meneó la cabeza de un lado a otro, sonriendo. Salieron a la cancha donde todas las personas estaban gritando por el partido, que tenían las de ganar y tratando de saber el estado de salud de Rex. Había aproximadamente cien almas reunidas ahí y le era imposible asomarse a la cancha.

—Presiento que no vamos a poder salir al estacionamiento.

— ¿Ya quieres irte? Pero apenas acaban de iniciar las clases.

—Lola, viendo todo este panorama... ¿Crees que en unas horas tengamos posibilidad de salir sin antes ser aplastadas? —le gruñó.

— ¿Qué sugieres que hagamos? —repuso con el ceño ligeramente fruncido.

Dark Beauty © Libro 1. (TERMINADA)Where stories live. Discover now