Capítulo 50 - Final

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Lauren y Camila murieron ese día.

Hubiera sido perfecto que todo se tratara de un sueño, que Camila despertara y se encontrara en el día de su boda, pero lamentablemente no fue así.

Su familia y amigos asistieron al funeral de ambas.

Ally regreso a Miami únicamente para el funeral de su amiga, estaba enojada, lo estaba porque Lauren despertó y ella no se lo dijo. La odiaba tanto, y se odiaba a si misma por haber huido, porque si no lo hubiera hecho, entonces Lauren tal vez estaría con vida. Ella no hubiera permitido que pasara todo ese caos.

Se encontró con Chris, únicamente se saludaron por cortesía.

Chris estaba dolido por haber perdido a su hermana y a Camila. Ver a Ally, fue lo único bueno de ese día aunque su indiferencia le dolió.

Dinah cayó en depresión. Se encontraba en el hospital junto a su hijo cuando vio la noticia en el televisor.

La depresión le causo iniciar nuevos vicios. Se volvió alcohólica.

Cada madrugada discutía con Normani. Su esposa le reclamaba su estado de ebriedad y las horas en la que llegaba a casa. Las discusiones cada día empeoraban más. Fue un día en el que Dinah casi golea a Normani, en el que decidieron divorciarse. Ambas se amaban, pero por más que Normani hiciera todo para que su mujer se recuperara de la muerte de Camila, parecía que nada funcionaba. Camila murió, y era como si Dinah también hubiera muerto.

Normani se quedó con la custodia de Kevin.

Kevin tuvo que acudir a terapia. El saber que fue el culpable de la muerte de Lucy no lo dejaba en paz. Tenía constantes pesadillas de aquel día y probablemente durante toda su vida tendría que tomar pastillas para dormir.

Alejandro acudió al funeral de su hija. Nunca se lo dijo a Camila, pero a veces estaba al pendiente de ella. Fue su maldito orgullo el que le impidió hablarle.

Anne y él se separaron, tan solo pocos meses después de aquella discusión con Camila.

Alejandro se odiaba por tratar a su única hija de esa manera.

Nunca se supo más de Anne.

Austin se declaró abiertamente gay en la radio e informo sobre su próximo casamiento con su novio Shawn.

Becky decidió renunciar y conseguir trabajo en otro instituto. Sin Camila las cosas no serían iguales.

Sobre Morgan...

Ella no asistió al funeral.

Aquel día, ella salió de la casa de la playa y comenzó a caminar sin rumbo, fue a lugares donde no había ido, hasta que llego a un lugar con enormes rocas, fue ahí donde encontró a Lauren y a Camila sin vida, ambas se encontraban tomadas de la mano.

Morgan comenzó a llorar. No quería que eso sucediera. Se había quedado sin Lucy, sin Camila y sin su madre.

Se sentía culpable por ello. Ella era la culpable de todo.

Corrió rápidamente de vuelta a la casa de la playa y subió a la habitación en la que anteriormente se encontraban. Tomo el cuchillo y lo coloco sobre su cuello. Bastaba tan solo un corte para quitarse la vida. Pero justo en el momento en el que estuvo por quitarse la vida, sintió como si alguien la detuviera.

No sabía si se trataba de Camila, de Lauren, o de Lucy.

Pero alguien quería que siguiera con vida.

Comenzó a llorar como nunca antes, sentía un dolor tan fuerte que creía que eso la mataría.

Lucy estaba muerta por su culpa.

Camila estaba muerta por su culpa.

Lauren estaba muerta por su culpa.

No quería que nadie muriera.

Si Lucy no hubiera muerto, tal vez hubiera podido abrirle los ojos a tiempo y dejar a Camila para tener una relación con ella. Seguramente hubieran sido muy felices.

Si Camila no hubiera muerto, le hubiera pedido perdón y la dejaría ser feliz con Lauren, a pesar de que aquello resultara difícil, pero sabía que con Lucy las cosas serían diferentes.

La muerte que más le dolió, fue tal vez la de su madre. Porque ella en verdad la quería, pero el extraño amor que sentía por Camila la volvía loca.

Ese día en el que Lauren y Camila murieron recuerdos comenzaron a aparecer en la mente de Morgan. Recuerdos de ella y de su madre. Recordó cuando la llevaba al parque, cuando cocinaban panqueques juntas y todas aquellas noches en las que le contaba la historia de las princesas que se amaban pero que no podían estar juntas. Eran tantos recuerdos que comenzaron a aparecer en su mente, que la hicieron llorar más. Porque eran esos recuerdos los que necesitaba en el momento en que la alejaron de su madre. Eran esos recuerdos a los que debió aferrarse, no al recuerdo de Camila.

Decidió irse de Miami, ya no tenía razones por las cuales permanecer ahí. Pero tampoco regreso a Londres en donde se encontraba Brad, Kaya y su pequeña hermana Taylor.

Opto por irse a otra ciudad y comenzar con una nueva vida, si es que eso era posible.

Estudio psicología, de alguna forma, quería curarse a sí misma.

A los 20 años conoció a un chico que la hacía sentir menor peor.

Se casaron porque quedo embarazada, no por amor.

Volvió a quedar embarazada dos años después, comenzó a creer que podría ser feliz con su familia. Pero un día que regreso temprano del trabajo encontró a su esposo en la cama con su amiga de universidad.

Se divorciaron a los pocos días. Le dolió más la traición de su amiga que la de su esposo.

Años después regreso a Miami. Al primer lugar al que se dirigió fue al cementerio.

Se dirigió a la tumba de Lucy. Permaneció ahí durante un momento. Le conto sobre su vida y sobre lo mucho que la extrañaba. Le dijo que aún conserva la jirafa y la carta que le dio en su cumpleaños número dieciocho. También le conto sobre los sueños que algunas noches tenía con ella, en donde ambas eran novias y eran felices, pero que al despertar lloraba al darse cuenta de su triste realidad. Se despidió dejando un beso en la palma de su mano para después llevarla hasta la tumba.

Después se dirigió al lugar en donde se encontraba la tumba de Camila y de su madre.

A un lado estaba la de un chico llamado Harry.

Morgan vio a un hombre hablándole a la tumba de Harry, pero se marchó justo cuando la vio, como si no quisiera que nadie lo viera ahí.

Morgan se acercó a la tumba de su madre y de Camila, se sentó en el césped justo en medio de ambas.

Ya no sentía tanto dolor al recordarlas, sabía que por lo menos, donde quiera que se encontraran, estaban juntas.

Se quedó sin decir nada durante un par de minutos, hasta que finalmente se levantó.

—Lamento haber sido un impedimento para que estuvieran juntas en esta vida...

Una pequeña gota de lluvia cayó sobre ella, levanto la mirada, y comenzó a ver como un sinfín de gotas más comenzaban a caer.

Morgan se marchó de ahí para regresar a su vida.

A veces, le gustaba imaginar a su madre y a Camila en el cielo. Las imaginaba caminando tomadas de la mano, riendo de los malos chistes de Camila o escuchando las historias de Lauren. Las imaginaba felices, tan enamoradas y disfrutando una de la otra, amándose como no pudieron hacerlo en la tierra.

Pero tal vez, eso en realidad solo era un pensamiento, porque las cosas eran diferentes.

Ellas no se encontraban en el cielo.

Tal vez Lauren tenía razón, tal vez las personas regresan a este mundo para continuar con lo que dejaron pendiente.

Tal vez, ambas regresaron con la intención de encontrarse de nuevo, y esta vez, poder estar juntas. 

Amor Clandestino | CamrenWhere stories live. Discover now