Capítulo 39

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Existen diferentes formas de despertar de un coma.

Algunas personas despiertan hablando.

Otras personas despiertan de manera lenta, vigilando el entorno de manera visual.

Lauren se despertó gritando el nombre de Camila.

Una enfermera se apresuró a llegar a su habitación al escuchar aquel grito.

— ¡Por Dios! — Exclamo en voz baja cubriéndose la boca con ambas manos sin poder creer que la "bella durmiente" hubiera despertado.

— ¿Camila? — Pregunto alarmada y preocupada al no verla por ningún lado. Mantener los ojos abiertos era algo que le costaba.

Sentía un fuerte dolor de cabeza como si un montón de aves se encontraran picoteando en ella. Se sentía exhausta y su respiración era cortada.

—Tiene que calmarse. — Le pidió la enfermera al acercarse a ella tomándola de los hombros.

Comenzó a observar a su alrededor con la simple mirada.

Era una habitación blanca, con un pequeño televisor colgado a la pared, un sofá, una ventana cubierta por persianas y unas máquinas que se encontraban conectada a ella.

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaba ahí? ¿Dónde estaba Camila? ¿Dónde estaba su pequeña hija?

Quería ver a Camila, debía casarse con ella para que Brad no le quitara a su hija, pero quería casarse aún más porque la amaba. Iban a ser una familia.

—Señorita ¿Qué es lo último que recuerda? — Le pregunto la enferma.

—Me voy a casar. — Le dijo antes de caer nuevamente en un profundo sueño.

................

Paso un mes tras aquel día en el que Lauren despertó del coma y en el que Camila decidió seguir con su vida.

Para que Lauren pudiera mantenerse despierta como una persona normal, tuvieron que pasar algunas semanas. Únicamente despertaba en intervalos de tiempos pequeños. Cuando comenzó a mantenerse despierta durante un tiempo más largo, fue cuando exigió respuestas al doctor.

—Tuvo un accidente. — Le confeso el doctor de manera seria. — Estuvo en coma durante 14 años y 11 meses.

Lauren comenzó a llorar justo en ese momento. Había perdido casi 15 años de su vida. Se había perdido la infancia de su hija, la cual por cierto, no sabía que había pasado con ella, pero tenía la remota esperanza de que fuera Camila quien cuido de ella.

Se miró en el reflejo de la ventana y se dio cuenta que no era la misma mujer que era antes. Definitivamente aún era joven y se había conservando de una manera espectacular. Pero sus facciones habían cambiado ligeramente a las de una mujer que le correspondía a su edad.

— ¿Dónde está Camila? — Pregunto sin poder dejar de mirar por la ventana.

— ¿Se refiere a la chica que venía todos los días? — Lauren inmediatamente volteo y sonrió esperanzada.

— ¿Ella venia todos los días?

—No había ningún día en el que no viniera, aquella chica siempre mantuvo la esperanza. — Se detuvo un momento y frunció el ceño. —Hasta el día en que usted despertó. Desde ese día no hemos vuelto a saber de ella.

Lauren no pudo evitar preocuparse a escuchar eso. ¿Y si algo le había pasado? Necesitaba saber de ella.

Semanas después, cuando ya podía valerse por si misma, Lauren finalmente salió del hospital. El primer lugar al que se dirigió fue al departamento en el que Camila solía compartir con su mejor amiga.

Amor Clandestino | CamrenWhere stories live. Discover now