Capítulo 6

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Durante toda la semana me dedique a buscar departamentos alrededor de toda la ciudad. Encontré uno que me agrado, era un poco más grande que mi antiguo departamento, se encontraba cerca de mi trabajo, y no quedaba tan lejos de la casa de Camila, o más bien, de la de Harry.

Hace días que no veía a Harry, se la pasaba gran parte del tiempo en la universidad, lo que hacía que mis sentimientos se volvieran más confusos. No podía dejar de pensar en lo que dijo Camila. No me gustaban las chicas, no me consideraba lesbiana y ni siquiera bisexual, pero en definitiva sentía algo por ella y era una chica. ¿Eso me convertía en bisexual? No lo sé.

Había comenzado a tener un ligero trauma, veía a Camila en todas partes. En mis sueños, en mis pensamientos, en el trabajo, incluso a veces en mi departamento. Esa chica me estaba volviendo loca.

Me dirigí hacia la puerta del departamento para salir de ahí. Al abrirla me encontré con ella, con Camila. Estaba a punto de tocar la puerta. Sabía que era otra de mis malditas alucinaciones, hasta parecía que era efecto de la droga que no tomaba.

—Lauren... — Dijo ella. Y yo simplemente la tome de la cintura para acercarla a mí y poder juntar mis labios con los suyos. Sabían tan bien, tan dulces y tan ¿reales?

Me separe de ella inmediatamente, ella tenía los ojos muy abiertos. Estaba tan sorprendida como yo lo estaba ahora.

— ¿Qué...que haces aquí? — Le pregunte.

—Yo... — Camila estaba confundida, pasaba su índice en la comisura de sus labios.

— ¿Me estas siguiendo de nuevo? – Ella negó con la cabeza. Me miro a los ojos, y después me beso. Repitiendo nuestro primer beso. No profundice el beso, simplemente me separe y la tome del brazo para jalarla hacia adentro del departamento y poder cerrar la puerta.

—No me beses.

—Pero tú iniciaste.

—Pero no deberías besarme de vuelta. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Pasaba por aquí y te vi entrar al edificio. ¿Este será tu nuevo departamento? — Dijo mientras miraba a los alrededores.

—Si. En cuanto el seguro me de él dinero por las cosas que se perdieron en el incendio, me cambiare.

—Extrañare tenerte en casa.

—Ni siquiera nos veíamos.

— Extrañare estar en casa y saber que tal vez podría verte. — Se corrigió.

—No hagas esto, Camila.

Ella me dio la espalda y comenzó a caminar hacia la ventana, se detuvo y miro el exterior.

—Sé que me dejaste muy en claro que debía olvidarme de ti ¿pero sabes lo jodidamente difícil que es eso? Y si besándome ahora, creías que podría dejar de pensarte, estas muy equivocada. —Hizo una ligera pausa la cual se tomó para suspirar. — Cuando te vi la primera vez me puse muy nerviosa, claro que no lo demostré porque soy genial en ocultar eso. Pero demonios... Tienes unos ojos hermosos ¿te lo habían dicho? – No respondí. — Lauren, cuando te vi por primera vez sentí algo que nunca antes había sentido, y cuando me besaste, Dios, fue como estar en el cielo. — Se dio la media vuelta por completo y camino un poco hacia mí, quedando tan solo a unos pasos de distancia. — Sé que dirás que es una tontería, pero gran parte de mi vida estuve esperando sentir algo así, y ahora lo siento y sonara egoísta pero no quiero dejar de sentir esto, te quiero y no me interesa que seas una chica. Amor es amor ¿no?

— ¿Qué se supone que deba decir? – Le cuestione. En realidad no sabía qué hacer ni que decir. Ella me había confesado su amor y esto parecía tremendamente irreal. Simplemente no podía ser cierto, además, yo no podía corresponderle porque mi sexualidad es completamente heterosexual. Me he sentido muy confundida, pero todos pasan por una etapa de confusión ¿no?

—No digas nada. Solo bésame una vez más, y si no sientes nada entonces me olvidare de esto y me alejare, lo prometo. – Levanto su mano derecha, repitiendo el mismo gesto que cuando estábamos en su casa.

Todo esto me parecía irreal, definitivamente sentía algo por ella, pero Harry estaba de por medio, él era lindo y bueno conmigo, no podía hacerle eso, pero por otro lado estaba Camila, a quien no podía sacar de mi cabeza. Si quería sacarla, debía besarla una última vez y decirle que no sentía nada. Era sencillo. Besarla y decir que no siento nada.

Me acerque a ella, terminando con la pequeña distancia que nos separaba, coloque mis manos sobre sus mejillas y la bese, comencé a sentir una explosión de sensaciones. Ella profundizo el beso acariciando mi labio inferior con su lengua. Me gustaba lo que sentía al besarla, era extraño, pero me gustaba. Me aparte y la mire a los ojos, seguía teniéndola cerca de mí. Ella me miraba, esperaba una respuesta.

—No te alejes. – Le dije, y la volví a besar.

Amor Clandestino | CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora