Capítulo 32

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Camila entro a la habitación a la que había ido todos los días durante más de 14 años En ella se encontraba Lauren durmiendo serenamente conectada a unas máquinas.

Llevaba una bolsa, era su comida, la coloco en la mesita de noche y se quedó observando a su novia. No podía creer el enorme parecido que tenía con Morgan. Se acerco a ella y retiro un mechón de cabello que tenía en la frente, después dejo un tierno beso en esta.

—Hoy he traído sushi. — Dijo tomando la bolsa de comida y sentándose a un lado de Lauren. — No me gusta mucho, pero era lo que estaba de paso. Sé que a ti te gusta más que a mí, si te comes mi sushi no me enojare, lo prometo.

Camila siempre le hablaba a Lauren como si ella estuviera despierta, así es como se mantenía fuerte. Tenía la esperanza de que algún día, en alguna de sus aburridas platicas, Lauren le respondería y le diría "¿En serio Camila, 14 años y no has podido contar nada interesante?

— ¿En serio no quieres? —Le pregunto un poco triste. — Puedo ir a comprar algo más si eso prefieres. — Ella sabía que Lauren no respondería, nunca lo hacía, pero por alguna razón su silencio era más doloroso que otros días. Tal vez se debía a la aparición de Morgan en su vida y al hecho de que el accidente de hace más de 14 años había cambiado su vida totalmente. Comenzó a preguntarse el cómo hubiera sido su vida si hubiera logrado casase con su novia. Se preguntaba si Morgan la hubiera llamado mamá, si hubieran tenido otra hija, si ella hubiera permanecido en la estación de radio. Se preguntaba el cómo sería su casa o el cuan feliz hubiera sido. — ¿Algún día despertaras? Todos me dicen que debo dejarte ir, pero yo me rehusó a eso, prometiste que nunca más te irías, Lauren por favor, tienes que cumplir esa promesa.

Camila permaneció con su novia un par de horas, le conto sobre Morgan y lo hermosa que esta era. Le conto también sobre el resto de su día, aunque en su mayoría, únicamente hablo sobre Morgan.

Al salir del hospital se dirigió a casa, era temprano, probablemente eran apenas las seis de la tarde, pero por alguna razón se encontraba exhausta. Se dirigió a su habitación y se quedó parada en la puerta observando la enorme cama que se encontraba ahí.

—Hola amor, te estaba esperando. —Camila sintió como su estómago comenzó a revolotearse al escuchar a aquella chica, la cual comenzaba a acercarse hacia ella.

—Te extrañe mucho. —Le confeso Camila atrayendo a la chica y colocando sus manos sobre la cintura de esta. — Odio extrañarte así, te extraño tanto que me duele. —Dijo cabizbaja.

— ¿Hay alguna manera de hacer que ese dolor desaparezca? — Le pregunto ladeando un poco la cabeza mirando preocupada a la menor. Camila se encogió de hombros. — ¿No lo sabes? — Pregunto haciendo una mueca. — ¿Y si te beso? ¿Eso ayudara de algo? — Camila asintió y cerró los ojos sintiendo unos cálidos labios en los suyos.

—Te amo tanto Lauren... —Murmuro entre aquel beso, pero en cuanto abrió los ojos, se dio cuenta que nadie se encontraba presente. Todo había sido parte de su imaginación. Pasó su índice por la comisura de sus labios y una lágrima comenzó a resbalar por sus mejillas. Lauren no estaba y eso le dolía, le dolía tanto que a veces sentía que el dolor terminaría con ella.

Se dirigió a la cama, se quitó los zapatos y después se acostó abrazando la almohada de su lado, esa almohada que le correspondería a Lauren si ella estuviera.

Comenzó a llorar, como cada día cuando nadie la veía. Lloraba hasta que las lágrimas dejaran de salir, lloraba hasta quedarse dormida.

Su celular comenzó a sonar con una canción empalagosa. Camila tomo el móvil y se dio cuenta que no era la alarma, era Dinah quien llamaba. ¿Por qué Dinah llamaba a las 5:30 de la mañana?

Amor Clandestino | CamrenWhere stories live. Discover now