🌿C.8: Pesadillas y gritos❄️

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🌿 Pesadillas y gritos ❄️

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Matt no podía creer que llevara ya tantos meses coexistiendo con Kai y todo su mundo. Su familia y aquel frío ambiente donde se había criado eran tan opuestos a la forma en la que vivía ahora, miraba hacia su pasado y descubría que el Matthias de antes no tenía nada que ver con el actual. Pensó en lo fácil que era para el punk existir sin nombre y cambiarse de mascara social cada vez que quería. Entendía por completo lo complejo que es que todos usen un solo nombre para definirte, no importa cuánto puedas cambiar si solo tienes un nombre nunca creen que ya no eres la misma persona. Ojalá a él se le hubiera ocurrido cambiar de nombre según cada persona, nadie sabría cuál es el verdadero Matt. Tristemente en su caso si no usaban su nombre de pila lo llamaban Ángel. No le agradaba el apodo, era un ateo resentido hasta su núcleo y que lo relacionaran con una figura alada hermosa y mojigata le cabreaba, sin embargo, era obvio que le llamaran así cuando ambos muchachos andaban juntos por la calle. Uno era un punk anarquista que lucía como un rebelde peligroso, y él parecía un mafioso elegante. No se consideraba atractivo pero ya con tantos comentarios de parte de todo el mundo tendría que creerlo.
De enero a julio el tiempo había pasado demasiado aprisa para el gusto del rubio, mas al mismo tiempo esos siete meses a veces se sentían como una vida y otras como un sueño. Algunas noches el pobre chico se despertaba gritando recordando aquella oscura época que fragmentó su vida, aquel infame suceso que quería enterrar bajo montañas de piedras.
Antes, cuando vivía con los Tigres Rosas, se despertaba gritando y todos parecían molestarse un poco, él se levantaba disculpándose y se largaba al baño donde se echaba en un rincón a llorar amargamente en silencio, no quería que nadie lo escuchara, no quería que nadie lo viera vulnerable nunca más. En cambio, en el Gran Árbol todo era distinto, sus gritos desgarraban la noche, el sudor frío de aquel recuerdo infernal volvía a acecharlo en sueños y al despertar siempre estaba acompañado, no solo por los gatos, a veces era Lorena quien lo abrazaba y consolaba sin decir nada, luego le besaba la cara tiernamente y se acurrucaba con él para ayudarlo a dormir; otras veces era Adalia que al escucharlo en alguna de sus rondas entraba a socorrerlo, le hablaba hasta tranquilizarlo y luego se iba. Pero casi todo el tiempo el primer ser que veía al despertar de esas pesadillas era Kai, siempre preguntándole si estaba bien, sin olvidar que jamás le vio ni siquiera un atisbo de molestia. Kai siempre era atento con él aún cuando despertaba a medio edificio por sus malos sueños, calentaba agua y preparaba algún té cargado de azúcar o miel, se sentaba a su lado y lo distraía con alguna anécdota tonta. ¿Y lo mejor? Nunca lo hostigaban preguntándole qué era lo que había soñado. Quizás ese era el mayor miedo de Matt, más que la muerte, era despertar y estar aún allí, en esa habitación de madera, rogando.
Despertar dentro de sus pesadillas y que Kai y todos fueran un fantasioso sueño, una ilusión que su mente había fabricado para ayudarle a resistir lo que estaba por venir, ese era su peor temor.

El Brujo y El Muro: Fuera del espejo (libro 1)Where stories live. Discover now