Capítulo 54

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Vicenta:
No puedo creer esto. Después de todo lo que Stefan ha hecho por mí, está sacrificando su felicidad por la mía, y yo de ingrata que lo dejo. Me duele verlo sufrir, pero de cierto modo, tiene razón en lo que dice.

—Sí—le respondo con más lágrimas corriendo por mi rostro—está muy mal por todo lo que está pasando. No me lo ha dicho directamente, pero se le nota en la mirada.

—¿Ves? Y ojo, no te estoy lanzando a los brazos de él por pena, sino porque tú lo amas y él a ti, yo no voy a interferir en eso.

—Pero hoy tenemos visita con él para hablar sobre Viki—le digo apenada—Necesita que le llevemos su historial médico porque ya le tocan unas vacunas.

—Anda, ve y habla con él, no seas boba y dile lo que sientes.

—Pero no te puedo dejar así—le digo angustiada.

—Ve tranquila, no voy a cometer ninguna locura—me regala una sonrisa y me tranquiliza ver que es sincera—Tengo cosas por las cuales vivir como Viki, soy su tío y su padrino, si me concedes el honor.

—Tú siempre vas a ser como su segundo papá y ella te va a tener siempre en su corazón. Eres demasiado especial, te mereces ser intensamente feliz.

Le doy un fuerte abrazo para cerrar este ciclo, lo beso en la frente, y me voy a llevarle esos papeles a Daniel. Voy hasta el  motel que me indicó y entro a la habitación.

—¿Tú sola aquí?—me pregunta bastante sorprendido—¿y tu esposo?

—Este—le digo nerviosa—es que tuvo una reunión de trabajo y pues no podía faltar porque iba a levantar sospechas.

—Ah, ok... Bueno, siéntate—hago lo que me dice, tomo asiento y él también se sienta—¿sabes? Se siente raro volverte a tener tan cerca y a solas, es como si el tiempo no hubiese pasado.

—Te entiendo, es extraño sentarnos a hablar después de—siento un nudo en mi garganta—después de todo.

—Ya, pero ahora nos une Viki, y hablando de ella, ahora en el ICE me están pidiendo que les muestre como ella está viviendo y quien la cuida mientras yo trabajo.

—¡Híjole Gringo!—digo frustrada, ¡pinches migras!—¿Y ahora qué hacemos? ¿Ellos saben quienes son mis amistades?

—No, pero debemos tener mucho más cuidado con los encuentros .

—Pues ni modo, me va a tocar disfrazarme de nuevo—le digo, dispuesta a todo con tal de ver a mi hija.

—Hagamos eso—me dice y se levanta de su asiento—Bueno, ya me tengo que ir. ¿Yo primero antes de que sospechen?

—No, tú eres el dueño de la habitación, mejor yo me voy primero.

Me levanto y me regreso a la casa. Al entrar al cuarto, noto que Stefan se llevó todas sus cosas. ¿Qué?

—Tranquila—me dice su voz, dejándome saber que está parado detrás de mí—me llevé mis cosas porque las parejas duermen juntos, pero los amigos no.

—Pensé que estabas enojado. Tenía miedo de que me odiaras.

—Jamás podría odiarte, chica ruda—besa mi frente—hasta mañana.

—Hasta mañana.

Amanece y me despido de Stefan en la puerta de la casa.

—Tengo que ir a ver a Vicky—le digo calmada.

—Ve tranquila—me dice sonriendo—Yo no voy porque ustedes necesitan tiempo para hablar.

—Gracias por todo—le digo de corazón.

Le doy un corto abrazo y me voy,m, disfrazada, por supuesto. Llego a casa de Melanie y antes de que llegue Daniel, le cuento todo y ella está de acuerdo con Stefan.

—Hola—dice Daniel, mientras cruza la puerta con Vicky cargada—buenos días.

Daniel:
Entro y veo algo fuera de lo usual: Vicenta está llorando, ¿será que ese tipo le hizo daño?

—Daniel—me dice Melanie—¿me das a Vicky para llevarla a jugar con Verónica?

—Sí—le digo entregándole s mi hija.

Es raro, porque Vicenta ni siquiera quiso quedarse jugando con Vicky, es como si estuviera perdida en otra dimensión. Me le acerco y me siento a su lado.

—Vicenta, ¿qué te pasó?—pregunto angustiado, no me gusta verla llorar—¿por qué lloras? ¿es algo sobre tu familia?

—Es por mi hija—me dice sin mirarme—me afecta tenerla lejos.

No, señora, aquí hay algo que lo me cuadra.

—¿Estas segura de que es solo eso?—insisto.

—Sí, sí lo estoy—me dice evadiendo la mirada, una clara señal de que le oculta algo—ya se me pasará.

Entonces, intenta levantarse, pero yo no la dejo.

—Me estás mintiendo—le digo agarrándola del brazo—se te nota en los ojitos.

—¡No me pasa nada! Solo son las penas de la vida—me dice bastante alterada.

—Supongamos que te creo—suavizo el tono de mi voz para darle confianza—a ver ¿Donde está Stefan?

—Está ocupado, tuvo un viaje.

—¡Qué raro! ¿no? ¿Ayer me dijiste que estaba en una reunión y hoy me dices que tuvo un viaje?

—¡Esta bien hombre!—grita de repente y suena como si estuviera harta de todo—Me descubriste—el volumen de su voz va bajando unos cuantos tonos, a medida que va respirando profundo—me ha pasado tanto entre ayer y hoy que...

De repente, se queda en silencio, como si lo que me va a decir, le doliera demasiado.

—¿Que qué? Cuéntame—le digo, desesperado por conocer el problema, para saber cómo ayudarla.

—Vámonos para el cuarto—me dice seria y el tono de su voz me asusta—no quiero que Vicky me vea así.

—¿Tan grave es el asunto?

—Bastante grave.

—Ok.

Ella empieza a caminar hacia un cuarto y yo voy detrás de ella. Una vez entramos, cierro la puerta.

—Melanie dijo que podía usar este cuarto si necesitaba hablar a solas contigo—me dice aún muy seria.

—Ahora si, dime ¿por qué lloras, Chentita?—le digo con un tono suave para no asustarla.

—Es por todo esto que está pasando, mi vida de un momento a otro se volvió una mezcla de emociones.

—Pero yo te veía feliz—le digo confundido—ayer estabas feliz.

—Gringo, las apariencias engañan.

—¿Me dices que no eres feliz con Stefan?—pregunto y por más que eso me beneficie, no puedo sonreír porque si su respuesta es sí, eso querría decir que lleva más de dos años Si riéndose tan miserable como yo.

—Él es una de las personas más maravillosas que he conocido en mi vida, pero el problema no es él, sino yo—baja su cabeza.

—Tú nunca serás un problema—le digo agarrando su barbilla y haciéndola mirarme a los ojos.

—Está vez si lo soy—me apartando su mirada de mí—mis sentimientos lo son.

—Pero ¿como te sientes?—sé que está mal, pero tomo su mano porque lo necesito—Confía en mi.

Entonces, ella se queda mirándome, pero su mirada está perdida y eso me asusta un poco. Dice que sus sentimientos son el problema, y su actitud, me deja saber que algo fuerte pasó.

Necesito saber la razón por la que ella está así, porque no soporto verla llorar y la veo perdida, distraída, y muy triste. Necesito conocer el problema para poder saber en qué puedo ayudarla porque a pesar de todo, ella sabe que puede contar conmigo

Lo que el Desierto Unió [Señora Acero: La Coyote]Where stories live. Discover now