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A Eijirou le costó mucho armarse de valor y tocar el timbre de la casa de los Bakugou, pues él no tenía llaves era su novio el que siempre abría la puerta, para poder entrar.
Mitsuki fue la que acudió a abrirle.
—¡Hola, Kirishima!—La rubia lo saludó pero cuando se dio cuenta de la ausencia de su hijo, se preocupó.—¿Dónde está Katsuki?
—De eso quería hablarle, señora Mitsuki. Pero prefiero contárselo dentro.
La respuesta de Eijirou disparó las alarmas internas de Mitsuki.
—Está bien, entra.
El pelirrojo entró, sintiéndose muy tenso pues no era fácil lo que debía decirles y más todavía cuando estuvieron en el comedor y los padres de Katsuki le observaban expectantes e impacientes.
—No es fácil lo que voy a decir pero...Hoy a la salida estuve esperando a Katsuki en el lugar de siempre, sin embargo, no ha aparecido.—Intenté contactar con él por el móvil pero no me contestó.
—¡¿Qué?! ¿C-cómo es eso? ¿Por qué motivo mi hijo habría podido desaparecer?—Cuestionó la rubia.
—Yo...Creo que un exnovio suyo llamado Dabi se lo llevó con él.
Los padres no podían creerlo.
—¿Qué te hace pensar eso?—Preguntó Masaru.
Entonces Eijirou no tuvo más alternativa que contarles todo a sus padres, sin omitir que estaban en una relación pues los celos de Touya eran lo que había provocado él secuestro de Bakugou.
—Fui a una comisaría para denunciar su desaparición pero no me hicieron caso y me dijeron que esperase veinticuatro horas.—El pelirrojo agachó la cabeza y se disculpó.—Lo lamento, no soy un buen novio. Ahora Katsuki está secuestrado por mi culpa.
Sus futuros suegros no culpaban a Kirishima de nada, sabían que no era culpa del chico, ya que él había hecho lo correcto.
Así que, para que no se sintiera mal, fueron a abrazarle.
—No digas eso, tú eres un estupendo novio para mi hijo. Creo que le aportas mucha felicidad, por eso te digo que no te culpes. Esta situación no es por tu causa, seguro que ese desgraciado lo iba a hacer tarde o temprano pero no te preocupes; esto lo vamos a arreglar.—Afirmó Mitsuki.
—¿Cómo?—Preguntó Eijirou.
—Vamos a averiguar dónde está la casa de ese tipo y le vamos a dar una paliza.
Eijirou pudo comprobar una vez más que Katsuki y su madre eran prácticamente dos gotas de agua y no era sólo cuestión de la apariencia. Pensaban bastante parecido.
—No se lo aconsejo, él es fuerte. Yo no pude vencerlo.
—Yo no he dicho que vaya a hacerlo sola, vosotros le sujetáis y yo le pego.
—Querida, no podemos hacer eso; es mejor que la policía se encargue de esto para que se lleven preso a ese tipo. Pero debemos ser prudentes y no meternos en líos.
—Aguafiestas...Es una pésima idea pero tienes razón, esperaremos a mañana y, si no nos hacen caso, nosotros nos haremos cargo; ¿verdad, Kirishima?
—Sí, salvaremos a Katsuki.
El resto del día fue extraño, los tres estaban ansiosos y desesperados, aquella noche ni siquiera pudieron dormir adecuadamente por la preocupación. Así que, a primera hora de la mañana, irían juntos a comisaría.
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Katsuki estaba comenzando a abrir los ojos poco a poco.
"¿Dónde estoy?"
El rubio cenizo intentó moverse, mas se encontraba atado de pies y manos, además también se dio cuenta de que no estaba en una habitación que pudiera recordar con claridad.
—Joder, ¿ahora cómo puedo salir de aquí?
Miró por todos lados, analizando el lugar.
"No parece un lugar extraño, sin embargo, he de irme de aquí cuanto antes."
Bakugou trató de incorporarse, queriendo evitar caer al suelo pues no le convenía hacer ruido. De hecho, por esto mismo, tardó en poder ponerse en pie ya que le fallaba el equilibrio.
—Supongo que tendré que escapar por la ventana...
Se acercó con cuidado a ésta para comprobar la altura, para su alivio no era demasiada, así que podía correr el riesgo. Entonces Katsuki se dio la vuelta para poder abrir la puerta con sus manos como buenamente podía.
—Ya casi...
Le costó un poco abrirla del todo, mas lo pudo lograr.
—Eh, ¿adónde te crees que vas, mocoso?—Dijo Dabi abriendo la puerta abruptamente.
—¿Yo? A mi casa. Adiós, imbécil.—Dijo para después lanzarse por la ventana.
Touya corrió hacia él y exclamó:
—¡Ni creas que escaparás!
El de cabello azabache pudo atraparlo agarrándolo del cinturón del pantalón y lo puso de nuevo en su cama con brusquedad, cerrando la ventana de nuevo.
—Eres muy estúpido si crees que te dejaré marchar.
—¡¿Y para qué cojones querrías que me quedase aquí?! ¡¿Cuál es tu jodido propósito?!
—Que volvamos juntos, no puedo olvidarte.
—Dios mío...Ya empiezas con tus chorradas, ¿en serio piensas que voy a ceder?
—Sé que me costará pero te convenceré, aun si tengo que encerrarte aquí por tiempo indefinido.
Katsuki se tensó, sabiendo que su exnovio no daría su brazo a torcer.
"Mierda..."
***
A la mañana siguiente, sin perder mucho tiempo, Mitsuki, Masaru y Eijirou salieron en dirección hacia la comisaría más cercana. La señora Bakugou fue la primera en abrir la puerta y exigir que le atendieran, ya que iba a denunciar la desaparición de su hijo.
Uno de los agentes se acercó a ellos y les atendió.
—¿Podría decirme desde cuando está desaparecido?
—Desde ayer.
—¿Qué edad tiene? ¿Cómo es físicamente?
—Diecisiete años y puedo mostrarle una foto, si quiere.
—Bien, enséñemela.
La rubia le mostró una fotografía de su hijo que tenía en su cartera.
—Bien, ¿cree que se fue por voluntad propia?
—No, creemos que le ha secuestrado un exnovio suyo.
—Ya veo, ¿podría contarme más sobre eso?
Mitsuki le contó acerca de Dabi, mientras el policía iba anotando todo.
—Así que su nombre real es Touya Todoroki...Ese nombre me suena.
El agente buscó en su base de datos y encontró su ficha criminal.
—Parece que está fichado...Ahora es cuestión de buscarlo en su domicilio, esperemos que esta dirección de aquí sea la actual...
Entonces aquel policía, junto a otros, se pusieron en camino hacia aquella dirección. Ellos deseaban que el menor se encontrase allí.
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Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!
¡Espero que os haya gustado!