Cuidaré de ti

By NuriaOrtiz

1M 71.5K 6.9K

Hace algún tiempo, mientras escribia otra de mis novelas, Te amo, Bradley, me llego la Inspiración De Una nue... More

Favor
Decision
Primer Encuentro
Salida
Conociendo
Pasito
Música
Trato
Perdon
Soborno
¿Te gusta?
Niños
Paseo
Sentimientos
Recuerdos
Viaje
Deseo
Confianza
El Lago
Mi Deseo
Medidas
Supermercado
Realidad
Guardaespaldas
Día a Día
Tormenta
Rutina
Cuidalo
Mi Hermano
¿Pronto? ¿Y que?
La noche
Juramento
Amigo
Uno mas
Carácter
Paces
Exigencias
Revelación
Secreto Revelado
Olvidar
24 Horas Después
Paso a la Solución
Juego Perdido
Carácter
Prohibido
Pruebas
Resultados
Decisión
Dudas
Ni hablar
Adquisición
Normalidad
Una cita de muchas
Primeros dias
¡Al médico!
¡Reacciona!
Susto
En Familia
Pasado
Necesidad de Venganza
Un poco mas.
Sentimientos
Preocupación
Llegado el momento...
Cambia de idea
¿Pensamiento o deseo?
Bienvenida a Richmond
Necesidad
Fin
¡Picnic!
¿Hacia la felicidad?
El peligro de la locura
Sin arrepentimientos
¡No mueras!
Un poco de esperanza
Olvidar es lo mejor
¡Ya llegan!
Familia
Epílogo
¡NUEVA NOVELA!

Antes de...

5.4K 625 42
By NuriaOrtiz


Permanecía tembloroso y aturdido en un ambiente frío, sentado sobre una camilla, mientras esperaba a que lo atendieran, escuchando las distintas voces de los que formaban el equipo medico de aquel hospital, a la espera de una nueva visita. En el rato que llevaba allí, distintas enfermeras pasaron para revisarlo, pero no parecían querer hacer mucho por el cuando la sensación que les proporcionaba ante su proximidad era como la de un animal asustado, el cual podía lanzar una dentellada en cualquier momento. No estaba asustado por el mismo o por lo grave que pudiera ser la lesión de su palma, sino por las dos personas que en esos momentos le preocupaban. A una de ellas lo estaban atendiendo con la mayor eficacia y profesionalidad que podían, intentando detener ese manantial de vida que se le seguía escapando del estomago. Un manantial que el no pudo taponar por mucho que presiono sobre el. Fue como intentar parar una catarata con solo una mano... pero era imposible. Y la otra, seguramente estuviese en esos momentos en la sala de espera, agitada y asustada por las distintas realidades que podían estar ocurriendo en esos momentos, sin que ella supiera nada realmente. Estaba seguro de que Alisa no le había contado toda la historia a Emma, así que su chica no sabia mucho sobre lo que ocurrió. .

Durante todo el ataque ella estuvo a salvo, o al menos eso esperaba. Sean se encargo de ello, por lo que era lógico que no supiera que había ocurrido con ellos, a pesar de la información que Alisa pudiera brindarle, que no habría sido mucha. El mismo no sabia muy bien como habían acabado así, a pesar de estar en primera fila de ataque. El dolor punzante de su mano, era la prueba fehaciente de ello. Pero nunca espero que una amenaza tan fuerte se cerniera sobre la vida de Emma. Hizo lo correcto al contratar a Sean, y le agradecería eternamente el echo de que hubiese salvado la vida de su chica y sus hijas, pero no podía soportar la idea de que el perdiera la suya. Pensaba en el como en un amigo, un camarada, que podría perder en cualquier momento, pero sobre todo, pensaba en el dolor que su hermano padecería si Sean no lograba sobreponerse a sus heridas. Pues si Sean estaba en esos momentos en la mesa de un doctor, era a causa de ellos.

¿Cómo enfrentaría a su hermano después de eso?

Las pisadas amortiguadas de la cuarta persona que iba a verlo, lo saco de sus pensamientos. Prestando atención a su entorno, frunció el ceño tras las gafas para concentrarse. Llevaba tanto tiempo yendo de un lado a otro acompañado por alguien que podía describirle a que se enfrentaba, que en esos momentos se sentía totalmente expuesto, a pesar de llevar sus gafas. Sintió la mirada de esa persona sobre el y eso provoco una nueva tensión sobre sus hombros.

--¿Qué?

Sin poderse resistir, respondió a la silenciosa observación con dureza.

--Aun no le han curado la mano, a pesar de que han entrado tres enfermeras distintas... ¿Podría dejar de asustar al personal, por favor?

--No hago nada para que ellas se vayan.

--Su silencio y la mueca que ofrece, es suficiente.

Muy posiblemente, fuese verdad, Y sin embargo, no podía hacer nada al respecto. Se sentía en carne viva y no quería que nadie se le acercara cuando no sabia que ocurría a su alrededor. Alerta y a la defensiva después de experimentar un ataque como el de hacia unos minutos, creía que era completamente normal. No podían juzgarlo por ello.

--Tenemos que tratar su herida.

Podría entrar en un debate con el doctor, sobre lo que necesitaba o no en esos momentos, pero decidió ignorar sus palabras mientras pescaba con los dedos de su mano buena, la cartera del bolsillo. La apoyo en su muslo y la abrió.

--Búsquela. Se llama Emma y esta embarazada. Seguramente este acompañada por otra mujer y un perro lazarillo.

--Señor primero...

--Ella primero.

--No puedo acceder a eso, lo siento.

Apretó los dientes ante su negativa, pero no se dio por vencido, aun no. La única persona que podía sacarlo de ese estado de tensión y exposición, era ella.

--En estos momentos no me fío de nada ni de nadie, me da igual que usted sea un doctor o el mismismo papa, no puedo verlo, y en la única persona que confío es en ella. ¿Tanto le cuesta llamarla?

Por un momento el hombre se quedo callado hasta que un largo suspiro pareció nacer del pecho del tipo.

--¿Emma qué?

--Brynn.

--¿Es su esposa?

--Pronto, espero.

--Hare lo que pueda. Pero aunque no la traiga conmigo, tiene que dejar que trate su mano.

--Vale. Gracias.

Los pasos del doctor lo sumergieron en un nuevo periodo de silencio, donde podía oír todo lo que ocurría en lo que debía de ser un inmenso pasillo, pero no respondía a ello. Dándose cuenta de que no había preguntado el nombre del tipo, mientras las distintas voces y los diferentes ruidos... todo eso parecía evadirlo, a la esperaba de la reconfortante presencia de esa única persona, que aliviaría su mente durante un momento. En ese mundo donde sus ojos no podían alcanzar a nadie, ella era la única luz que guiaba su oscuro camino. Y en esos momentos, cuando estaba tan sensible a todo lo que le rodeaba, la necesitaba más que nunca. Ella y esas pequeñas niñas que llevaba dentro, era lo único que podía alcanzarlo.

Sabia que estaba siendo caprichoso con lo que pedía, pues no tenían por que darle un trato especial siendo un adulto echo y derecho, pero tener la presencia de Emma a su lado, le confortaba y en esos momentos, ambos necesitaban el consuelo que el otro podía ofrecer, en un día que no debería haber amanecido.

Apenas fue consciente de la presencia de alguien aproximándose, hasta que unos calidos brazos envolvieron su cintura con fuerza. El llanto de Emma inundo sus oídos, permitiéndole responder a ella.

La rodeo con ambos brazos, a pesar de que una mano estaba vendada para evitar el sangrado, el la uso para sostener a Emma contra su pecho, mientras esta lloraba con fuerza. Temblaba entre sus brazos y no parecía que las lágrimas fuesen a acabar nunca. Presionando su mejilla contra la sien de Emma, ciño con fuerza los hombros de su chica y cerro sus ojos mientras las palabras ahogadas salían a través de sus labios.

--Yo estoy bien, así que pon tus pensamientos en Sean.

--¿Sabes algo de el?

--No. Tendremos que esperar.

No podía decirle mucho mas, pues desde el momento en el que los separaron, el no supo nada mas de Sean y aunque sabia que ella estaba dispuesta a exigirle respuestas a cualquiera que se cruzara en su camino para saber mas del estado de Sean, no lo hizo, permaneció en un silencio que el doctor sin nombre rompió.

--He cumplido mi parte, es su turno.

--Si.

***

... Tanta sangre...

Fue lo único en lo que pudo pensar en cuanto vio a Noah por primera vez.

El rojo predominaba todo lo que abarcaba a Noah. Sus pantalones y las mangas de su camisa estaban inundadas en la sangre que había manado de la herida de Sean, pero estaba segura que algo de ella, también era suya. El grueso vendaje que envolvía su mano estaba manchado, así como la piel de sus brazos. Y todo era... rojo.

--Sitúese por ahí, por favor. Necesito espacio para tratar su mano.

Dijo el doctor. Su tono profesional fue como un latigazo a la realidad, permitiéndole enfocarse en lo que tenia delante de sus narices, agarro la mano buena de su chico y entrelazo los dedos para dejarle saber que no iba a irse a ningún lado. Nunca había visto a Noah en ese estado de sensibilidad. Ni siquiera cuando se entero sobre lo de su ceguera, actúo de esa manera, y sin embargo en esos momentos, el enorme cuerpo del chico temblaba bajo las ropas manchadas de la sangre de su amigo. Por que no se engañaban, quizás Sean cobrara por hacer el trabajo que hacia, pero ambos sabían que el guardaespaldas termino siendo parte de la familia y no un simple empleado. Estaban preocupados por el. Ansiaban un poco de información sobre su estado, pero hasta que ese momento llegara, esperarían.

Poco a poco y con voz segura, el doctor comenzó a explicarle paso a paso que iba haciendo en la mano de Noah, para que el hombre supiera que ocurría y no se sobresaltara. Antes de una inyección de anestesia, avisaba. Antes de pasar una gasa sobre la piel, avisaba. Trataba a Noah con respeto, dándole la oportunidad de saber que era lo que le estaban haciendo. Esa concesión era muy agradecida por su parte, pues era una manera sencilla de tranquilizarlo.

--¿Lo sientes?

Los dedos del doctor presionaron a los lados de la herida, mientas observaba el rostro de Noah con ojos penetrantes, buscando cualquier signo de dolor. Sin embargo el rostro de Noah permaneció tranquilo.

--No.

--Bien. Entonces voy a comenzar a coser.

Ella acaricio el brazo de Noah, y miro al doctor. Quería preguntar sobre la mano herida de Noah, pero contuvo sus palabras mientras el doctor trabajaba sobre la palma de la mano. Su chico estaba mortalmente silencioso, ajeno y centrado en unos pensamientos que tenia la certeza de saber hacia donde se dirigían. Ambos pensaban en una única persona en esos momentos. Pues sin importar el tiempo que les llevase saber de el, permanecerían en el hospital hasta que alguien les diera esa pizca de información que tanto ansiaban.

Ya llevaban allí cerca de una hora y media, y aunque aun no sabían nada, no iban a abandonar el lugar hasta quedarse tranquilos respecto a su estado.

Mientras el doctor suturaba la mano herida de Noah, su chico guío el dorso de su mano buena hacia su barriga. Las hasta ahora silenciosas mellizas, comenzaron a montar escándalo en cuanto sintieron que ella se relajaba al saber que el papa de sus hijas estaba prácticamente intacto. La herida de su mano era poco en comparación a lo que podía haber obtenido.

--Una de las niñas... se llamara Sena.

--¿Sena?

--Si. Como Sean, pero para chica. Sena.

Una pequeña y boba sonrisa nació en sus labios, al conocer el alcance del cariño que su chico le tenía a su guardaespaldas. Sabia que no se equivocaba al tratarlo como a familia, pues para ellos dos, Sean era exactamente eso, un miembro de su familia. Iba a ser el padrino de sus niñas, así que nada ni nadie podía llevárselo lejos hasta que el no disfrutara de sus sobrinas y del maravilloso hombre que estaba en camino para darle todo su apoyo mientras se recuperaba.

--Es muy bonito ¿crees que Sean llorara cuando sepa como se llamara una de las pequeñas?

--Ni idea, pero se inflara como un pavo por culpa del ego.

Riéndose suavemente, se inclino hacia el para besar su mejilla.

--Y tú vas y le das todo ese poder... ¿Qué será de nosotros?

--Creo que se lo merece después de lo que ha hecho por nosotros.

--Si. ¿Entones puedo dar el nombre para la otra pequeña?

--¿Has pensado en uno?

--Aun no.

Noah sonrío un poco, mientras la amena conversación sobre los nombres de sus niñas, calmaba el acelerado corazón del futuro papa. El rostro de Noah tenía mejor color a medida que los minutos pasaban, y es que estar uno cerca del otro les ayudaba mutuamente a pasar mejor por aquel amargo trago. Ya no temblaba y era capaz de mantenerse quieto a pesar de un ruido repentino. Poco a poco iba mejorando y eso era un alivio, pues se ponía nerviosa al ver a Noah en un estado en el que nunca lo había visto. Sin embargo uno nunca deja de conocer cosas nuevas de la persona que amaba y aunque conocía muchas cosas de el, había otras tantas que aun tenia por conocer. Sabia que no era el mejor momento para descubrir esas cosas, pero era una oportunidad para librarse un poco de la carga que actualmente transportaban sobre sus hombros, mientras esperaban por cualquier noticia sobre Sean.

***

El valor infundido en sus palabras mientras hablaba por teléfono, no casaba con su tembloroso cuerpo y sus ojos llorosos. Kyle quería mostrarse fuerte frente a la persona con la que hablaba, pero la realidad era muy distinta a esa. Sosteniendo al enorme hombre tanto como podía, convirtiéndose en su apoyo para que siguiera andado por el aeropuerto, el se mantuvo al lado de su mejor amigo, como le correspondía. Nunca hubiese imaginado que tendría que ofrecerle un hombro donde llorar, pues Kyle no era ese tipo de persona, sin embargo, cuando llego a casa y vio a su mejor amigo echo un desastre por culpa de una llamada telefónica, el se sorprendió tanto que por unos largos minutos, no fue capaz de hacer otra cosa que no fuese observar como Kyle se desmoronaba ante el.

Y fue un situación dura, donde a causa de la impresión no sabia que hacer. Su dolor, expresado a través de lágrimas y gritos, era aterrador. Siendo un hombre como Kyle, era impresionante verlo tan abatido y destruido. Y ahora sabia el porque de todo ello. En realidad, era una de las pocas personas que podía ponerlo en ese estado. Su novio Sean.

--Puedes regresar a casa, Logan.

--¿Crees que voy a dejarte solo justo ahora?

--No hay mucho que pueda hacer, salvo esperar.

--¿Aun no tienes noticias de el?

Los ojos verdes de Kyle brillaron cuando las lagrimas no derramadas, hicieron un nuevo intento por salir, pero su amigo desvío la mirada mientras su voz ronca, se ahogaba.

--Le han apuñalado.

--¿Qué?

Su pregunta fue contestada con un amargo silencio por parte de Kyle. El tampoco debía de tener mucha información al respecto y eso era algo que lo estaba matando poco a poco. La espera por saber como le estaba yendo a Sean, era un trance de dolor para Kyle, quien estaba a miles de kilómetros del hombre, sin saber nada sobre el. Así que sin poder hacer mucho más por Kyle, froto su espalda con la mano y busco su mirada en un intento de consolar al hombre con sus palabras.

--Se va a poner bien, Kyle. Es un hombre muy fuerte.

Kyle simplemente asintió, mientras esas lágrimas que mantuvo contenidas, se deslizaron libremente sobre sus mejillas. Vulnerable e inalcanzable, su mejor amigo estaba en inundado por el dolor y el miedo de perder a Sean. El conocía muy poco de la historia que envolvía al hombre, pero sabia de que trabaja y con quien. Suponer no era buena idea, pero tenia bastante claro que aquello tenia mucho que ver con la mujer del hermano mayor de Kyle. Sin embargo, no iba a preguntar.

--Es un idiota con complejo de héroe.

Si la situación no fuese tan mala, se habría reído ante el tono resignado y molesto que Kyle empleo mientras secaba su rostro con sus temblorosas manos. El chico estaba enfadado y asustado, e iba a atacar a todo aquel que se le pusiera por delante en su camino hacia Sean. Y hasta que no viera al hombre completamente bien y a salvo, no se tranquilizaría, pues era la primera vez en su vida, que Kyle se enamoraba de verdad.

Contaron cada segundo y minuto que transcurría en su espera por el vuelo que a Kyle le correspondía, hasta que la hora marcada de salida se acerco y a su amigo le toco embarcar. El se mantuvo a la espera, observando el avión en el cual Kyle iba, rezo en silencio por que todo saliera bien para el y su pareja. Quería que Kyle recogiese toda la felicidad que el había ido regalando con su forma de ser a las distintas personas con las que se encontraba y hablaba. Así que el destino no podía hacerle una jugarreta como esa y quitarle a la única persona que realmente había llegado al fondo del corazón de ese enorme hombre.  

Continue Reading

You'll Also Like

13.6M 1.3M 26
"Sempiterno: una vez empezado, no tiene fin." Este libro es la segunda parte de Etéreo, que está disponible en mi perfil :)
94K 6K 40
la vida es muy misteriosa. puede otorgarte la mayor felicidad del mundo. o darte la peor desgracia. así empezó la vida de nuestros protagonistas. ell...
1.3M 188K 62
Necesitabas encontrar un trabajo, tu situación en casa era algo complicada y necesitabas el dinero. Cuando te sugirieron la idea de ser niñera, no t...
450K 41.7K 25
« 𝑻𝑹 𝑦𝑎𝑛𝑑𝑒𝑟𝑒 » _______ tenía una vida difícil, de la cual quiere escapar, sentía que su vida no podía empeorar, pero finalmente encontró un...