Cuidaré de ti

By NuriaOrtiz

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Hace algún tiempo, mientras escribia otra de mis novelas, Te amo, Bradley, me llego la Inspiración De Una nue... More

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¿Hacia la felicidad?
El peligro de la locura
Sin arrepentimientos
Antes de...
¡No mueras!
Un poco de esperanza
Olvidar es lo mejor
¡Ya llegan!
Familia
Epílogo
¡NUEVA NOVELA!

Fin

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By NuriaOrtiz


Fue un buen movimiento que debía aplaudir, por la rapidez de Noah para dejar atrás a su suegra Sharon, pero ahora eran ellos los que estaban sufriendo las consecuencias de ello. No le extrañaba que el pobre hombre hubiese huido con Emma en cuanto tuvo la oportunidad, y es que todos en el rancho habían sido testigos del acoso al que estaba siendo sometida la relación de los jefazos. Emma no parecía haberse dado mucha cuenta de ello, pero Noah si y el pobre tipo estaba experimentando en carnes propias lo que era la abstinencia de contacto con su pareja. Era doloroso y el mas que nadie conocía esa sensación, pero al menos ellos tenían la suerte de estar uno al lado del otro y poder sentirse durante el día, era algo necesario, aunque no pudiera abrazar o besar a su pareja. Algo que Noah sufría desde hacia cinco días.

Por eso no se quejaba, a pesar de que estaba a punto de pedirle a alguno de los vaqueros, que sacase una soga y atase a la mujer que estaba poniendo todo patas arriba con su mera presencia. El ya se ocuparía de amordazarla una vez la tuviesen inmovilizada. Y es que no podía ponerse de parte de otra persona que no fuese su jefe. El pobre tipo estaba aguantando como un campeón, pero ese día finalmente decidió hacer aquello por lo que llevaba días esperando. Huir. Y era comprensible. Así que esperaba que disfrutasen de ese pequeño retazo de paz lejos de la acosadora suegra.

Mientras tanto, el haría oídos sordos a las insistencias de Sharon de ir a buscarlos, por miedo a que algo malo hubiese podido pasarles. La pareja tenia un walkie que debían usar en caso de sufrir cualquier acontecimiento que requiriera ayuda y no parecía ser el caso. Ellos solo estaban tomándose unas pequeñas vacaciones del trabajo de exposición al que ninguno de ellos había aplicado. Por eso y por que todos conocían las intenciones de Noah, no iba a ponerse en contacto con ellos hasta que no quisieran volver por voluntad propia.

Sin embargo, oír una y otra vez las mismas palabras de boca de Sharon estaba volviéndolo loco.

Girando sobre sus talones, observo las muecas que todos los hombres hacían en un momento u otro del monologo de Sharon y suspiro. Sabia que se estaba metiendo en una lucha que no era suya, pero la incomodidad de todos era palpable y el no podía tolerar mucho mas tiempo aquello.

Aproximándose a Sharon, abrió su boca para dejar que las palabras salieran como un torrente de agua furiosa, cuando la estática del walkie vibro a través de su pantalón, avisándole de que uno de los desaparecidos intentaba ponerse en contacto con el.

Metió la mano en el bolsillo y saco el aparato. La mirada de Sharon se anclo al walkie, sabiendo que aquello podía haberla puesto en contacto con su hija en cualquier momento y que el no quiso dárselo a pesar de su preocupación.

El mantuvo la mirada mientras apretaba el botón que lo comunicaba con Noah y Emma.

--¿Qué pasa, Noah?

--Ya vamos para allá.

--De acuerdo. Tener cuidado.

--¿Eh?... Mm... Si. Hasta ahora.

Con el walkie guardado una vez mas, el mantuvo la mirada de Sharon hasta que esta exploto. Y no le importo en lo mas mínimo. Cuando fueron a recogerla al aeropuerto, le cayó bien en un principio, pero estaba claro que ella no podía seguir proporcionándoles ese acoso y derribo a Emma y Noah, solo por que ella no comprende las cosas. Si pensara un poco y abriera bien los ojos, se daría cuenta de que no tiene motivos para estar alertar de cualquier paso que Noah de en dirección a su hija, por que el tipo estaba locamente enamorado de ella. Si fuese necesario, no tenía la menor duda, de que Noah daría la vida por Emma. Pero eso no era algo que Sharon pudiera ver, por que simplemente, no quería verlo. Sin embargo había llegado la hora de que le abrieran los ojos de una vez y por todas. Y aunque no era su lucha, estaba harto.

--¿Tiene algo que decir?

--¡Por supuesto que si! ¿Por qué no me has dejado hablar con ellos antes? ¡Estaba preocupada!

--¿Por qué?

--¿Cómo que por que? Emma esta embarazada, y Noah no puede ver... ¿Crees que el puede ocuparse de ella en ese estado?

--Y sin embargo, usted esta mas ciega que el.

Sharon abrió sus ojos y labios, boqueando como un pez ante el guantazo verbal que acaba de recibir. Uno de los que pensaba darle, o al menos lo intentaría por que no tenia todas consigo de que ella pudiera entender lo que quería decirle.

--¿A que viene eso?

--A que esta tan centrada en el pasado y en que Noah es ciego, que no puede ver la realidad, aunque la tenga delante de sus propias narices. Lleva cinco días agobiando a una pareja que se ama con locura y que sin embargo ha tenido que armar todo este plan de la salida y el picnic, para tener una hora a solas sin que usted los someta a una observación intensiva. ¡Están agobiados, maldita sea! ¡¿No es capaz de verlo?!

--¡Eso es mentira!

--¡Y una mierda! Todos hemos sido capaces de verlo. Todos, y repito, TODOS, accedimos a esto para que ellos pudieran estar tranquilos. Noah ama a Emma, más que a su propia vida. Puede que sea ciego, pero eso no lo convierte en el inútil que usted se empeña en ver. El sano cada maldita herida de Emma y ¿Sabe que es lo que esta haciendo usted? Someterlo a un acoso monumental, solo por que es hombre y es ciego. ¡Vaya mierda de valores que tiene, señora!

Sintiendo como su corazón bombeaba al mismo ritmo de su ira, clavo sus ojos en Sharon, a la espera de una replica por parte de la mujer. Sin embargo, lo único que recibió su agitación, fue silencio. Algo que le alegro. Mirándola, podía comprobar que estaba pensando en los días pasados, comprobando su comportamiento alrededor de la pareja.

--Sin importar lo que usted diga, ellos van a seguir juntos. Van a ser padres de mellizas. Tienen una preciosa casa en la que criarlas y una familia inmensa para amarlos, tanto a ellos como a sus hijas. Si usted no quiere formar parte de ello, por que tiene prejuicios contra la gente con alguna discapacidad, lo único que va a pasar es que se va a perder muchas cosas que Emma puede ofrecerle, como sus nietas. Así que ¿Por qué no piensa un poco lo que esta haciendo?

Con el silencio de Sharon como acompañante, el se alejo de ella. Camino hacia uno de los árboles y se apoyo en el grueso tronco, intentando regularizar los latidos de su corazón, mientras esperaba a que Emma y Noah aparecieran. Nunca hubiese saltado a la palestra en una discusión verbal como esa en el pasado, pero esos dos, esa pareja empalagosa y perfecta, habían echo algo raro en su corazón. Y así como con Kyle, sentía el derecho de defender el amor que se profesaban.

Y aunque probablemente se iba a ganar un sermón por parte de Noah, no le importaba. Alguien tenia que ponerle un freno a Sharon y dado que no parecía que su jefe pudiera hacerlo por respeto a la mujer que le dio la vida a Emma, el lo había echo. A pesar de que en realidad, no era su lucha. Quizás debió dejar que Noah saltara a la palestra y le dijera todas esas verdades el mismo, pero no pudo reprimirse. Fue superior a sus fuerzas.

Así que lo hecho, hecho estaba. No había vuelta atrás.

Veinte minutos después de la discusión, fue capaz de ver a Goliat. El semental llevaba un paso ligero para no perturbar ni a la madre ni a sus mellizas, así que comprendía que hubiesen tardado un poco mas en llegar. De todos modos, estaba claro que no estaban lejos de allí. En cuanto ellos aparecieron por el horizonte, el miro por el rabillo del ojo la reacción de Sharon. La madre de Emma observaba en silencio como la pareja se aproximaba. A pesar de la distancia, pudo ver la sonrisa que adornaba los labios de Emma y es que no existía nadie en el mundo que pudiera hacer tan feliz a la mujer, como Noah. Si ella no veía eso a pesar de los cinco días que llevaba conviviendo con ellos, es que en realidad Sharon estaba completamente ciega a pesar de que sus ojos funcionasen perfectamente.

Poco a poco se fueron acercando hasta que finalmente estuvieron allí. El primero en bajar fue Noah, quien seguidamente ayudo a Emma. El cuidado y mimo que ponía en cada acción que tuviera que ver con ella, era otra prueba mas de lo que existía entre ellos dos. Otra prueba que Sharon pasaba por alto. Eso era enervante.

Dio un paso y luego otro, aproximándose a la pareja que se mostraba mucho mas relajada, sobre todo el, a su regreso.

Noah no necesitaba ayuda para cuidar de Emma, y aunque la necesitase, lo tenían a el. Eso era suficiente para asegurarse de que la seguridad de Emma era completa. Así que no iba a darle mas vueltas a nada de lo que tuviera que ver con Sharon y sus prejuicios hacia Noah, por que solo conseguiría ponerse mas y mas furioso con la mujer.

--¿Os habéis divertido?

Una sonrisa ilumino el rostro de Noah, cuando este, con un brazo alrededor de los hombros de Emma, se giro hacia el. Estaba claro que si. Las palabras no eran necesarias cuando tenía esa cara de bobo.

Se río suavemente, por que conocía al tipo. Sabía que solo con estar cerca de ella durante unos minutos, sus energías rejuvenecían y volvía a ser el mismo de siempre. Y ahí estaba la prueba.

Pero ahora le tocaba a el decirle lo que había ocurrido hacia veinte minutos. Era justo que supiera que se había metido donde no le llamaban, pero que lo hizo por que fue imposible para el controlar sus palabras cuando ella no paraba de mostrar esa preocupación absurda hacia Emma, solo por que Noah estaba con ella.

Acercándose al hombre, palmeo suavemente su espalda y miro a Emma, quien fruncía el ceño. Ella ya sospechaba algo a pesar de que de sus labios no había salido ni una sola palabra. ¿Era el sexto sentido de una mujer embarazada? ¿O que simplemente lo conocía demasiado bien? Fue una u otra, sabia que ocurría algo. No era fácil ocultarle algo a Emma, pero ese tampoco era su propósito.

--¿Puedo hablar con vosotros?

--Claro ¿Qué pasa?

Noah espero pacientemente, dándole un lugar en el que Emma pudiera cobijarse, cuando alzo su brazo y lo paso por encima de los hombros de ella. Juntos, como la pareja unida que eran, esperaron a que el comenzase a hablar y no les hizo esperar mucho. No era necesario. Ya fuese por el o por Sharon, se iban a enterar de una forma u otra y a decir verdad, prefería dar su versión de los hechos, cuanto antes.

--Antes de que llegaseis he tenido una discusión con la señora Brynn.

--¿Con mama? ¿Por qué?

--Por que lo que esta haciendo es excesivo, Emma. Y me he hartado. Se que no debía ser yo quien lo dijese, Noah, pero ha sido superior a mi.

Aunque Emma tenia el ceño fruncido, sabia que no era por otra cosa que por no haberse dado cuenta de lo que el decía que su mama hacia, por otro lado, Noah mantuvo un rostro neutral.

--Lo siento, chicos.

--No. Esta bien, la verdad es que me has allanado el camino. Pensaba tener una conversación con ella hoy mismo.

--Bueno... yo he discutido. No he sido capaz de hablar normalmente.

--Esta bien, Sean. No pasa nada. Lo has hecho por nosotros y te lo agradezco. ¿Quieres contarnos que le has dicho?

Pasándose una mano por la nuca, miro por un segundo la intensa mirada que Emma le lanzaba. Una que no tenia un solo gramo de malestar en ella, pero si mucha curiosidad. Y bajo esa mirada y la tranquilidad de su jefe, hablo.

--Resumiéndolo todo un poco, le he dicho que tiene unos valores de mierda por ser prejuiciosa hacia un ciego. Y que ella esta mucho mas ciega que tu, Noah. Le he dicho que piense lo que hace, por que por mucho que haga y se queje, vosotros vais a seguir juntos y que la que va a perder mas es ella, por que puede llegar a perderse a sus nietas.

Emma abrió sus ojos con sorpresa, pero no le increpo por sus palabras. Parecía que ese ratillo con Noah le había echo darse cuenta de lo que pasaba, así que comprendía lo que el le había dicho a su madre. Noah asintió un par de veces, alargo su mano y la apoyo sobre su hombro. Dándole un rápido apretón, sonrío ligeramente.

--No son las palabras que yo hubiese empleado, pero básicamente es lo mismo.

--¡Noah!

--Básicamente, cariño.

Cuando ella rodó sus ojos mientras Noah besaba su cabeza, el solo pudo reírse por lo bajo. Si no podía ver la verdad que ellos expresaban cada segundo de cada día, es que la persona que los veía era un autentico ciego, pero uno emocional. Por que la claridad de sus sentimientos era visible hasta para aquellos que no podían ver.

--Así que no te preocupes ¿de acuerdo? Ninguno de nosotros esta enfadado contigo.

--Gracias. Aunque ahora te espera una confrontación con ella.

Noah se encogió de hombros con ligereza.

--¡Pues vamos a por ella!

Tanto Emma como el, lo miraron y se rieron. El hombre estaba de mucho mejor humor. Uno de los tantos poderes que Emma manejaba, era el don de conseguir que Noah volviese al redil de la alegría, con solo pasar unos minutos con el.

--Estas de mejor humor ¿eh cabrón?

--¿Se nota?

--¡Nooo! Para nada, hombre.

Su corta carcajada y la sonrisilla de satisfacción que adornaba los labios de Emma, fue suficiente para saber que, una vez más, ella habría obrado su magia sobre el hombre.

Y mientras lo veía acercarse al grupo de vaqueros y la madre de Emma, el echo de menos una figura muy especial para el. Necesitaba el calor de Kyle, pero su monstruo no podía estar para el en esos momentos. La universidad engullía todo el tiempo del chico y comprendía que su prioridad fuesen los estudios, sin embargo, su corazón latía con pena dentro de su pecho, ante la soledad que experimentaba cada día durante muchas horas. Habían tenido un verano mágico, donde el pudo probar el delicioso elixir que era Kyle para el, y sin embargo poco después se le fue arrebatado por un inicio de año. Aun así, esperaría pacientemente la llamada que le ponía una sonrisa en la cara, para poder sentirse una vez mas como el hombre que fue durante los meses de verano.

***

Su humor renacido como el ave fénix, con solo una escasa y dulce hora al lado de Emma. Aunque parecía que iba a ser echado todo por tierra, por culpa del humor que Sharon parecía despedir por cada poro de su cuerpo. Sabia que estaba enfadada por lo que el había echo, pero no se arrepentía de haber huido durante ese rato con Emma, por que era algo que necesitaba con urgencia. La presencia de Sharon trajo alegría a su chica, pero el solo sentía dolor por el acoso al que su relación era sometida. Ser consciente de que era el centro de atención de la mujer, cada vez que daba un paso hacia Emma, lo ponía de los nervios y se vio obligado a retroceder más de una vez, para no sentirse como un insecto bajo un microscopio. Podía entender la sobreprotección, debido al historial de Emma, pero no comprendía por que parecía odiar que el mostrara cuanto la amaba. ¡Era incompresible!

¿Qué había de malo en besarla? O abrazarla simplemente, para mostrarle que la quería. Ellos eran una pareja que demostraba mucho lo que sentía el uno por el otro, y durante cinco largos días, sufrió de una desconexión forzada. Y esa sensación, fue brutalmente dolorosa.

Pero eso acababa ese mismo día. Por que después de esa recarga de energías que había tenido por parte de Emma, no iba a pasar ni una más. Se acabo.

Adentrarse en el bosquecillo que proporcionaba sombra y cobijo, cogio aire mientras ofrecía un rápido apretón a los dedos de Emma, que se entrelazaban con los suyos.

Ella fue la primera en saludar a Sharon.

--Hola mama.

Su tono era suave, pero Sharon no estaba para tonterías y fue directa al grano.

--Si tanto os molesta mi presencia, me iré hoy mismo a mi casa.

--Mama...

--No uses ese tono conmigo, Emma. ¡Esta claro que le molesto!

¿Así que el ataque es contra mí? De acuerdo. Pensó con cierta indiferencia.

Había puesto todo de su parte para llevarse bien con ella, e incluso le pidió la mano de Emma, para hacerla participe en la vida de su hija, cuando llevaba tanto tiempo sin serlo, pero hasta ahí llegaba su buen hacer. Era la madre de Emma y siempre la respetaría por ello, pero no tenia por que tolerar sus ataques y tonterías.

--Mi familia nunca me trato distinto por ser ciego. Tampoco he sentido los prejuicios de otra gente, por no poder ver, sin embargo para usted debe de ser un gran problema que yo tenga la discapacidad de no poder ver ¿No es cierto? Ya que siempre me esta observando, incluso cuando me acerco a Emma para saludarla o darle un beso o un abrazo. ¿Tan interesante es ver a un chico ciego en un día a día? Según tengo entendido, señora Brynn, soy un tipo normal y corriente.

--¡Yo no tengo prejuicios hacia los ciegos!

--Si los tiene. Y unos muy graves, ya que parece detestar que Emma este con uno.

--¡No es cierto! Emma no le escuches ¡Esta mintiendo para ponerte en mi contra!

--¿Soy yo quien miente? ¿Quién es el que esta gritando, señora Brynn?

--Eso es por que todo de lo que me acusas, es mentira.

Mentira ¿Eh? ¿Por eso he estado cinco días sin poder tocar a mi novia? ¡Si claro! Era posible que no viera, por que sus ojos no servían para eso, pero tenia una percepción de la gente muy grande y era capaz de sentir cuando alguien lo rechazaba por su condición. Y aunque al principio Sharon hizo una actuación estelar, todo cambio en cuanto atravesó la puerta de su casa. La mascara se cayo y la verdadera Sharon salio a la luz.

--¿Tu has visto algo, Emma? Nunca he menospreciado a Noah por ser ciego.

--Puede que no me diera cuenta cuando estaba contigo, mama, pero... hubo veces que si note algo raro.

--¿Tu también? Te ha estado comiendo la cabeza ¿verdad?

--No es necesario. Al contrario que yo, Emma puede ver perfectamente.

--¡Eso ya lo se!

--¡Mama!

Emma no dudo en gritar, incrédula y dolida por las palabras de su propia madre hacia el.

--No... No he querido decirlo de esa manera, yo solo...

Su ultima intención seria enfrentar a madre e hija por su culpa, pero Emma fue capaz de ver con sus propios ojos el estado de hambruna en el cual estaba antes de hacer esa parada forzada por ella. Existía un dicho que decía, que vale mas una imagen que mil palabras, y Emma había comprobado que era verdad.

Desde el primer momento quiso llevarse bien con ella, y recibir su bendición y la mano de Emma, para poder correr a una maldita joyería y comprarle un anillo. Hacer tangente algo que el sentía en lo mas profundo de su corazón, y es que seguía creyendo que nada ni nadie podía decirle mejor que sus propios sentimientos, el estado civil que en esos momentos parecían tener ellos dos. Y si, eran novios a secas, pero nadie podía negar que se comportaban mas como un matrimonio recién casado, que como unos novios corrientes y molientes, dado que sus sentimientos por el otro, habían nacido y crecido hasta desbordarse. Ellos eran un matrimonio "no oficial" pero lo eran al fin y al cabo. Pero al parecer, no iba a recibir la bendición de Sharon ni la mano de Emma. Y aunque eso no le preocupaba en realidad, lo quería por ella. Por su preciosa chica. Por la madre de sus hijas. Emma era su compañera. Su amiga y amante, y merecía tener aquello que toda mujer deseaba; el reconocimiento del padre, o madre en su caso, de que ellos dos eran una pareja bendecida por su familia.

--Señora Brynn, me gustaría decirle que...

Presionando suavemente su brazo con la única mano libre que tenia, Emma llamo su atención y le pidió sin palabras que guardara silencio poro un momento. A modo de respuesta, el simplemente apretó sus dedos.

--Mama, se que es duro para ti creerlo, pero ya no soy la misma Emma que una vez se marcho de tu casa. He crecido como persona y fue Noah quien me ayudo a hacerlo. Lo amo, mama y no me importa en lo mas mínimo que sea ciego, por que eso no define la persona que es. Y sé, que si te dieras a ti misma la oportunidad de conocerlo, pensarías igual que yo. Noah es un hombre increíble, mama.

--¿Has pensado en tu futuro, Emma?

--Si. El es mi presente y mi futuro. Voy a ser madre de dos preciosas mellizas que se van a parecer a su papa, y voy a darle tantos hijos como podamos, para que nuestra familia sea ruidosa y divertida, ¿y sabes por que lo hago? Por que lo amo.

--¡No puede ver! ¿Qué clase de futuro puede darte?

--No es que me lo pueda dar, mama. Ya me lo ha dado. ¡Mira a tu alrededor! ¡Abre los ojos y observa la realidad! Este es mi futuro. Con el. A su lado. Criando a nuestros hijos. Disfrutando de nuestra vida juntos.

Las palabras de Sharon, aunque no debía reaccionar a ellas, le dieron un duro golpe que lo dejo sin respiración durante unos segundos. El fue el primero en dudar sobre eso en su momento. ¿Qué podía darle el como un ciego, a una chica como Emma que solo quería volver al camino de la vida? Pero con el tiempo, al conocerla un poco cada día y darse cuenta de que cada minuto se enamoraba un poco mas cada vez, recapacito y pensó ¿Por qué no? Puedo hacerla feliz. ¡Se que puedo! Y al parecer no lo estaba haciendo tan mal.

Sin reprimirse por la presencia de Sharon, soltó la mano de Emma y rodeo sus hombros con un brazo, atrayéndola un poco mas cerca de su costado, beso la cima de su cabeza, en agradecimiento por esas palabras. La intensidad de sus sentimientos era lo único que necesitaba para que ese músculo que palpitaba dentro de su pecho, latiera al son que ella quisiera marcar. Y estaba seguro, de que si ella le diese la orden de detenerse, el obedecería los deseos del amor de su vida, pues es para lo único para lo que latía.

--Pensaba que podría hacerte recapacitar para que volvieras a casa conmigo.

Tensándose ante esa confesión, ciño con fuerza su brazo alrededor de Emma, dejando claro que no iba a dejarla ir nunca.

--Lo siento, mama. Pero no voy a ningún lado. Mi hogar esta aquí, junto a Noah, Sean y los vaqueros. Este rancho es mi hogar. Nuestro hogar ¿Verdad Noah?

--Es tuyo.

Corrigió.

--¡Y tuyo!

--¿Ves el no cree que...?

Sharon no desaprovecho el momento para meter cizaña entre ellos, pero esa vez la corto a mitad de sus malintencionadas palabras. No era necesario que ella siquiera hablando, por que ambos sabían que lo único que quería era romper la relación que existía entre ellos. Y como era lógico, ninguno de los dos iba a permitírselo.

--Mi hogar eres tú, Emma. Allá donde tu estés, ese mi hogar.

Tras un largo silencio en el cual Sharon no dejo de abrasarlo con la mirada, la mujer finalmente dio un paso atrás, mostrando su rendición. Sin importar el número de veces que ella volviera a la carga, ellos estarían al pie del cañón para frenar su avance de una manera u otra. Se amaban, si no era capaz de ver algo tan obvio, no era su problema. Las cosas eran así.

--Me voy. No puedo seguir aquí.

--Como quieras, mama.

--Pensé que necesitabas que te protegiera. No lo hice frente a Bobby, así que... pensé que necesitabas que te protegiera.

--No necesito protegerme contra Noah.

Con un paso suave de retirada, Sharon pidió ser llevada hasta el rancho para poder recoger sus cosas. En ese momento, fue Craig quien se ofreció a acercar a la mujer a casa.

Le hubiese gustado que las cosas fuesen distintas entre ellos, ya que Emma necesitaba a su madre, pero el no comenzó aquello. No tenia problemas con Sharon hasta que demostró que no le agradaba el echo de que, no solo fuese ciego, sino que amara a su hija como lo hacia. Ahora comprendía que el pensamiento de Sharon cuando llego a Kentucky, fue el de conseguir que Emma lo dejase y así poder llevarse a su hija y sus nietas con ella a casa. Había jugado sucio desde el principio, pero solo había dejado a una única persona lastimada. Emma.

En cuanto el motor de una de las camionetas rugió en medio del tranquilo prado, el cuerpo de Emma se aflojo contra su costado, mientras su respiración se aceleraba producto del llanto. Rodeándola con los brazos, apoyo la barbilla en la cima de su cabeza y la meció suavemente.

--Siento que esto terminara así, Em.

--No es culpa tuya.

No lo era, pero eso no le restaba culpa, por así decirlo. Se sentía mal saber que era el "culpable" de que ellas dos hubiesen discutido. Pero no podía hacer otra cosa. Sus ojos no iban a ver por arte de magia, para que Sharon dejara de tener prejuicios hacia el. El era tal y como era. Ciego, si, pero es no importaba la hora de amar y cuidar de Emma.

Durante unos largos minutos, lo único que hizo fue consolar a Emma. Dejar que empara la camisa con sus lágrimas, para que se tranquilizara. La sostuvo entre sus brazos y no dejo que mecerla con suavidad. Lo único que podía hacer en esos momentos, era brindarle apoyo y confort. Debía de ser duro comprender las intenciones de su madre, así que merecía un momento para que pudiera llorar en tranquilidad. Después de eso, conseguiría llevarla a casa, de una manera o de otra.

Besando la cabeza de Emma, lanzo una única frase hacia sus trabajadores.

--Yo me ocupo de ella.

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