Dark Beauty © Libro 1. (TERMI...

By MiloHipster

1M 80.8K 7.4K

Dicen que los asesinos y criminales para que puedan ejercer su labor de asesinar o torturar, necesitan tener... More

Prólogo
01
02
03
04
05
06
07
08
09
10
11
12
13
14
15
16
17
#Nota
18
19
2O
21
22
23
#Nota II
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
#Nota III
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
#Nota IV
56
57
58
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
#Nota V
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84
85
#Nota VI
#Nota VII
86
87
88
89
90
#Nota VIII
91
CAPÍTULO FINAL 92
Epílogo
Extra
Personajes
Aviso.
DEDICATORIA
RECOMENDACIÓN ;)
AGRADECIMIENTOS

59

9.6K 820 167
By MiloHipster

Dos días después, ambos se encontraban rumbo al corazón de Boston. Estando en la ciudad, sería menos riesgoso que vivir en un hotel en las orillas; por lo que Egon tomó la decisión de buscar otro lugar más seguro. Ya no volvieron a mencionar el tema de la charla de dos noches atrás, pero en sí, algo había cambiado claramente entre ambos.

—¿Quién te llamó hace unos días?

Egon, que estaba atacando su hamburguesa, dejó de masticar para mirarla. Se hallaban cenando en un restaurante cerca del nuevo hotel en el que se hospedaban.

—Nadie me ha llamado desde que estamos aquí.

—Te escuché hablar con alguien cuando estuvimos juntos la primera vez—se ruborizó. Él hizo memoria y de inmediato el recuerdo llegó a su cabeza y asintió.

—Ah, ya. Sí. Hablé con Austin—carraspeó.

—Oh, Austin.

Shelby sintió una punzada en el pecho.

—Él está bien, solo quiere venganza, ya sabes. Es uno más que se ha unido a la lista para matar a Norman—arqueó las cejas.

—Y a todo esto, ¿dónde está Norman? ¿Qué fue de él?

—Austin, como sabrás, se desmayó cuando le dispararon a Aubrey y fue hospitalizado de emergencia, y bueno, me contó que Norman estaba a una habitación de distancia a la suya porque estaba grave—continuó comiendo su hamburguesa—le dije que no intentara matarlo porque yo seré quién lo haga.

—¿Qué? ¡No! Él debe matarlo. Cuando se recupere ese bastardo, vendrá por nosotros.

—Mi bella dama, Norman es mi víctima. Yo le daré muerte, nadie más.

—Bien, pero al menos dile a Austin que lo tenga vigilado.

—El FBI se está haciendo cargo o al menos, eso parece ser.

—¿Y no habrá problemas con Austin y Martha? La policía puede sospechar...

—Tu amigo Thomas se encargó de ayudarlos—musitó—al parecer el chico tiene curiosidad y los ayudó. Es raro.

—Thomas está demente, Egon, pídele a Austin que aparte a mi amigo de todo esto, por favor—le sujetó una de sus manos y la apretó con fuerza—Aubrey murió a manos de Norman y no es justo que también Thomas muera. Él es inocente.

—Tú eres inocente y a pesar de todo, aquí estás, conmigo. Debería alejarte también de esto—comentó con la mirada perdida.

—Ese chiste no tiene gracia.

—No es un chiste; tanto Thomas y tú. son personas ajenas a esta vida—le acarició la mejilla—pero tienes algo que me impide dejarte sola.

—Sí, lo sé. Tengo la muerte escrita en la frente—replicó Shelby, orgullosa.

—La muerte ya no es lo único que te une a mí—le contradijo—tienes algo más.

—¿Qué tengo yo para que me una más a ti?

Mi corazón.

Shelby parpadeó, conmocionada por tal confesión. ¿Quién era ese chico y qué había hecho con el verdadero Egon Peitz?

—Di algo, por favor. No te quedes mirándome como si fuese un monstruo—masculló él, avergonzado—perfecto. La he cagado, genial. Debí haber mantenido la boca cerrada.

—Entonces me amas—afirmó ella, sonriendo como una niña pequeña. Él se ruborizó—tienes la capacidad de amar, Egon, deja a un lado esa promesa—él desvió su mirada de la suya—mírame—ordenó y él obedeció—rompe esa maldita promesa y vuelve a amar. Vuelve a sentir las maravillosas emociones que una persona normal tiene.

—Si yo flaqueo y dejo que las emociones inunden mi cuerpo, moriré.

—Por supuesto que no.

—El miedo es el peor asesino que puede existir. Te mata desde adentro y yo me niego a doblegarme ante él.

—No es malo tener miedo porque eso significa que eres humano y tienes la capacidad de sentir. Es parte de la vida.

—Si tan solo estuvieras en mi lugar... —apartó la hamburguesa de su vista y resopló, agarrándose el cabello con irritación.

—Quizás no sepa lo que sufriste, pero estoy contigo ahora, quiero ayudarte a salir del abismo, pero no me lo permites.

—Oh, Shelby—la miró bruscamente y le acunó el rostro entre sus manos. Ella cerró brevemente los ojos—me has sacado del abismo por completo, solo que he sacado a un sinfín de demonios conmigo que siguen devorando mis pensamientos y estoy haciendo lo posible para que no influyan en ti.

—Antes querías que fuera una excelente asesina. Me entrenaste e incluso asesiné a alguien, ¿acaso eso no es influencia? —susurró.

—Lo es—admitió, sin soltarle la cara—hay diferentes tipos de influencias. La peor de todas es la que he estado controlando desde que te conocí.

—¿Cuál es?

—El valor de quitarte de la vida.

—No entiendo.

—Cuando te vi, supe que eras una chica suicida, pero que su valor aún estaba dormido en su interior y que en el futuro despertaría y acabaría con todo desde adentro—siseó—y cuando te abriste las venas, y vi que podía perderte, me frustré. Porque fui la razón por la que te hiciste daño.

—Egon, yo...

—Shh. No hables y escúchame—se inclinó a ella y le depositó un pequeño beso en los labios antes de liberarle el femenino rostro de sus manos—mi influencia es, el valor que despertará en ti cuando me veas en peligro o quizás para detenerme en hacer una locura. Temo que llegue ese día y te suicides como mi hermana.

—Le temes al suicidio—dijo Shelby—Egon; fue decisión de tu hermana hacerlo, no tuya. Y si algún día yo lo hago, tampoco será tu culpa, sino mía.

—¿Y sabes qué es lo peor? —la miró con recelo—las personas que se suicidan piensan que han sido liberadas de la vida y que por fin son felices; y quizás lo sean en el más allá, pero no se ponen a pensar en los que dejan tras su muerte. Son egoístas y solo piensan en sí mismos, sin importarles si quiera el dolor ajeno.

—Tu hermana sufrió mucho y no quería que lo supieras, por lo que decidió parar el dolor. No puedes controlar la vida de nadie—repuso ella—ni si quiera la mía.

—Si puedo mantenerte con vida por medio de amenazas, lo haré.

—¡Tienes que sacarte del alma todo ese abismal dolor reprimido que traes dentro! Yo no puedo ayudarte a salir si has metido una parte del abismo en tu corazón—insistió, queriendo llorar de impotencia al ver que la vida del chico que amaba había sido miserable—permíteme ayudarte y limpiar tu corazón...

—Mi corazón está limpio porque te lo he entregado a ti. Mi alma está negra y podrida, así que cuida de mi corazón, ya que es fácil que vuelva a ser el de antes.

—Créeme que no dejaré que se marchite—lo abrazó e inhaló su cálido aroma, derramando una lágrima—me da gusto que por fin me tengas la confianza de hablar conmigo de tus temores.

—Confío en ti más de lo que debería. Te confiaría la vida y mucho más—respondió él en un susurro— ¿Qué me has hecho, Shelby Cash?

Las personas del restaurante los miraban con disimulo fingido, pero no importaba. Estar con él era lo único que ella deseaba. Por fin había encontrado a alguien con quien hablar sin miedo a ser rechazada. Encontró a un chico igual o más jodido que ella.

«Thomas Wilson»

El chico había pasado los días siguientes metido en casa de Martha Beck solo por el simple motivo de ver a Austin con frecuencia, pero también se había vuelto un espía de ellos, ayudándoles a mantener vigilado a Norman White, que seguía hospitalizado. Y la anciana, Martha, le agradaba, aunque bien, no podía asimilar que en su juventud fuese una criminal. Shelby no era criminal, pero era novia del peor homicida de Austria y Austin, era un primerizo en todo eso. Él y su hermana gemela, que había fallecido el día del concurso. Y sobre lo del concurso... se anularon las votaciones y todos recibieron puntos extras. Le preocupaba mucho Shelby y su fuga con Egon Peitz, ya que la familia entera de ella no paraba de dar aviso a las autoridades sobre su desaparición y tampoco lo dejaban de acosar a él sobre su paradero.

—Señora Cash, no tengo idea de donde pueda estar Shelby—respondía mecánicamente Thomas con los ojos en el suelo para que su respuesta sonara creíble y menos falsa.

Habría dicho la verdad, pero Martha le advirtió que, si quería seguir frecuentando a Austin, tenía que obedecer a todo lo que ella ordenara y accedió. Le resultaba inquietante la idea de estar lejos de Austin. El chico al que solamente le conocía el nombre, pero no el apellido. El chico que era un criminal primerizo. El chico, que era amigo de Shelby, no suyo. El chico que, al verlo por vez primera, se enamoró. Sí. Él, Thomas Wilson, comprendió por fin a que se debía el motivo por el cual nunca había salido con una chica y por qué no le había gustado alguna. Era gay y lo supo en el momento que sus ojos se postraron en ese chico extranjero. Y estaba dispuesto a correr el riesgo de ser rechazado por él. Y también estaba más que dispuesto a aprender a ser criminal, solo para conseguir su amor. Nunca había luchado por algo en su vida, pero ya era hora de hacerlo.


SIGANME EN MIS REDES SOCIALES PARA ESTAR EN CONTACTO:

Continue Reading

You'll Also Like

91.3M 8.5M 65
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y paut...
6.4K 1.2K 51
Ella había sido todo en su vida, a la persona que amó en el momento en que nunca pensó hacerlo. Ella lo amaba, lo decía constantemente, pero se fue y...
110K 14.7K 59
Izan está enamorado; de los labios de Gala, las sonrisas de Marisa y los ojos de Lucía. Izan a fingido por cierto tiempo ser un buen chico. Puntual. ...
8M 570K 100
«-¿Qué... quieres, Theo? Solo tres palabras. Solo tres palabras y mi nombre bastan para que mi mundo cambie por completo. -Intentemos ser amigos, Tra...