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Eijirou estuvo abofeteando a las muchachas hasta que éstas se arrodillaron y pidieron perdón.
—¡Lo sentimos!—Dijeron las dos a la vez agachando la cabeza.
—Eso espero porque, si nos volvemos a cruzar con vosotras y nos decís algo similar, será peor.—Dijo Kirishima.
—No pasará, de verdad.—Aseguró la de cabello violeta.
—De acuerdo.—Dijo el pelirrojo alejándose sin mirarlas.
Volvió junto a su novio y se marcharon.
—Estoy orgulloso de ti, Ei.—Me alegra que le hayas dado una lección a esas estúpidas.
—No es nada, es sólo que no quiero que nos pisoteen de esta manera. Merecemos un trato digno, como cualquier persona.
—Obviamente.
—De todos modos, espero que; si nos volvemos a encontrar en una situación similar, no tengamos que recurrir a la violencia. Siento que me dejé llevar por la ira, he sido impulsivo.
—Sí, lo has sido.—Sin embargo, ellas no parecían del tipo de gente con la que se pueda razonar.
—Sí, eso es cierto...—Aun así, no quisiera repetir esto de nuevo.
El rubio cenizo notó en su amado la culpabilidad.
—Eijirou, no te sientas culpable. Ellas fueron las que comenzaron a insultar sin motivo.—Así que no te mortifiques por ello. No merecen la pena.
El de dientes afilados le miró y le sonrió.
—Gracias, Katsuki. Te quiero mucho.
—Y yo a ti.
Y se dieron un tierno beso para luego continuar su camino hacia la residencia en la que vivía Kirishima.
***
Awase estaba encerrado en su habitación sintiendo descontento, pues el hecho de que la pareja no hubiera vuelto enseguida tras la pelea con Bakugou, significaba que no les había arruinado del todo la cita.
—Menuda mierda. No he podido arruinar su cita y encima el plan no parece avanzar en absoluto.
Se sentía frustrado, así que optó por llamar a uno de sus ligues.
—¿Midoriya, estás ocupado?
>Eh... N-no, ¿por qué lo preguntas?
—Porque quiero follar. Hoy no he tenido un buen día.
>P-pero... Todavía nos estamos conociendo y...
—Eres un muermo. Vete a la mierda.
Colgó y bloqueó al muchacho.
—No sé ni para qué lo intento con ese tonto virgen de mierda.
Ahora estaba más cabreado y pasó a llamar a otro chico.
>Hola, ¿qué quieres, Awase?
—Quiero follar, Shindou.
>Vale, ¿dónde nos vemos?
—En el motel de siempre.
>De cuerdo. Nos vemos.
Colgó y se procedió a buscar una ropa mejor para ponerse. Algo que le costó un poco encontrar pero, cuando finalmente lo hizo, dijo mirándose al espejo:
—Ya estoy listo.
Se volteó para mirarse desde todos los ángulos y quedó satisfecho.
—El estúpido de Kirishima no sabe lo que se pierde.
Entonces, antes de salir, se puso colonia y se marchó.
***
Los novios llegaron a la residencia bastante después de que Yosetsu se hubiera marchado. Lo cual era bueno para su salud mental, pues ya habían tenido bastante de él aquella mañana.
—¿Qué comida quieres que pidamos, Katsuki?
—Sushi.
—Está bien, hace mucho que no lo como.—Vamos a elegir sitio.
Buscaron en internet y, en base a las opiniones que vieron, se decantaron por uno llamado Big fish.
Hicieron su pedido y les dijeron que, en aproximadamente veinte minutos llegaría.
—¿Quieres que juguemos al juego que dijimos antes?—Le preguntó Eijirou a su novio.
—Sí.
Seguidamente, encendió la play e introdujo el juego. Después se sentaron en el suelo y estuvieron un rato en silencio pues entre que se cargaba el juego y se ponían en contexto con la historia, se les pasó algo de tiempo.
Luego llegó el momento en el cual tuvieron que elegir a sus personajes y su vestimenta.
Finalmente pudieron comenzar a jugar.
—Eijirou, te propongo una apuesta.
—Vale; ¿qué apostamos?
—El que pierda las tres rondas o dos de ellas, paga la comida.
—Me parece bien.
Iniciaron el primer asalto y éste fue ganado por Kirishima.
—Jejeje, ¡gané!—Exclamó feliz.
—Tchs, sólo tuviste suerte.—Las próximas las voy a ganar.
—Ya lo veremos, Katsuki.—Dijo confiado.
Entonces pasaron a la siguiente ronda y, en esta ocasión, Bakugou ganó.
—¡Te lo dije!—¡La próxima también la ganaré!
—O no. Quien sabe.
—Ya te digo yo que sí.
—Aja.
Comenzaron la tercera y última ronda.
"Yo ganaré."—Pensó el rubio cenizo.
Al principio Katsuki parecía tener acorralado a Eijirou, mas; conforme fue avanzando la pelea, fueron cambiando las tornas y acabó perdiendo.
—¡¿Ah?! ¡Imposible!—Gritó el más alto indignado poniéndose de pie.
—Oh, sí. Muy posible. Jajaja.
Bakugou detestaba perder, sin embargo, debía aceptarlo.
—Humph.—Está bien. Acepto la derrota.—Dijo para sentarse de nuevo.
Kirishima se volteó para mirarlo y se acercó, a gatas, hacia su amado con el fin de abrazarlo.
—No es necesario, puedo pagarlo yo de todas formas.
—No, yo lo haré. Descuida.—Dijo para darle un beso en la mejilla.
—Está bien.—Dijo para reírse de manera juguetona.—Te quiero, Katsuki. Mucho, mucho.
Katsuki le sonrió tiernamente. Luego le dio un beso.
—Eres jodidamente tierno. Yo también te quiero.
Ambos se abrazaron y se dieron mucho cariño durante el tiempo que tuvieron antes de que llegase el repartidor, quien llamó a la puerta de la habitación.
—¡Voy!—Dijo el rubio cenizo levantándose para tomar su dinero y abrir la puerta.
Cuando abrió la puerta, se topó con una chica bastante guapa.
—¡Hola, guapo!—Aquí traigo tu sushi. ¿Estás solo?—Dijo con una amplia sonrisa extendiéndole la caja.
—Ok, gracias pero estoy con mi novio. ¿Cuánto es?
—Por ser tú, serán 970 yenes.—Dijo la muchacha guiñando un ojo.
—Eh... En serio, dime el precio.—Dijo Katsuki.
—No, no. Insisto.—Paga sólo 970 yenes.
—Vale, como quieras.
Pagó el precio por el sushi y ella se despidió.
—Hasta otra, guapo~
Después cerró la puerta y se volteó para ver a su novio con una expresión de disgusto.
—No puedo creer que haya pasado de nuevo. Tal vez debí haber abierto yo la puerta.—Dijo cruzando los brazos.
—Vamos, no te enfades~—Comamos el sushi.
Entonces olvidó su enfado y se dispuso a comer junto a su amado.
—¡Sí! ¡Comamos!
Se sentaron en torno a una mesa y abrieron la caja para empezar a comer.
***
Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!
¡Espero que os haya gustado!