Dark Shadow ~Severus Snape

Par A_urria

223K 14.3K 2.1K

Quién me diría que esa persona que un día conocí como un desconocido podría despertar en mí tanto interés. No... Plus

Prólogo
Capítulo 1 - Hogwarts
Capítulo 2 - Travesura
Capítulo 3 - Libertad
Capítulo 4 - Fugaz
Capítulo 5 - Error
Capítulo 6 - ¿Snape o Filch?
Capítulo 7 - Aromas
Capítulo 8 - Murciélago intimidante
Capítulo 9 - ¿Severus?
Capítulo 10 - Secretos
Capítulo 11 - Memorias ocultas
Capítulo 12 - Sueño
Capítulo 13 - Ataque
Sweet Dreams
Nox
Astronomy Tower
Feelings & dreams
Regrets
Nice meeting
Dearest friend
D.A.D.A.
The other side
Bye, 3rd Year
Forest Clearing
First Days...
Confessions
Step by step
The story goes on
She
Dad?
"Love you"
Naughty girl
Mr. Prince
X-mas
Nice days
Broken Walls
Giant's Causeway
Hungerford
Engagement
Holidays
Fist day
Previous
First Night
Physical Condition
"Reparo"
Weird Dreams
Trip
The day after
Scared
Transition
Depression
Risk
A new begining
A little time for us
News
A little accident
Stomachache
Suspicion
Gala
Mom
Kitten
Chimæra
Regrets
Calm
Home
First Days
Capítulo 67 - Accidente
Capítulo 68 - Pesadilla
Capítulo 69 - Comienzo
Capítulo 70 - Desenfreno
Capítulo 71 - Prince
Capítulo 72 - Inesperado visitante
Capítulo 73 - Charla calmada
Capítulo 74 - Mundiales
Capítulo 75 - Otro año comienza
Capítulo 76 - Distancia
Capítulo 77 - 19° cumpleaños
Capítulo 78 - Expuesto
Capítulo 79 - Desliz
Capítulo 80 - Dragones
Capítulo 81 - Ensayo
Capítulo 82 - Completo
Capítulo 83 - Preparativos
Capítulo 84(1) - El Baile de Navidad
Capítulo 84(2) - El Baile de Navidad
Capítulo 85 - Encuentro
Capítulo 86 - Despertar
Capítulo 87 - Cruciatus
Capítulo 88 - Último día en Hogwarts
Capítulo 89 - Adiós
Capítulo 90 - La Orden del Fénix
Capítulo 91 - Severus
Capítulo 92 - Ático
Capítulo 93 - Sección Prohibida
Capítulo 94 - Agosto
Capítulo 95 - Séptimo
Capítulo 96 - Ingredientes
Capítulo 97 - Lobo
Capítulo 98 - Wisky de fuego
Capítulo 99 - Misión
Capitulo 100 - Inesperado
Capítulo 101 - 20
Capítulo 102 - E.D.
Capítulo 103 - Archaea
Capítulo 104 - Té
Capítulo 105 - Nochebuena
Capítulo 106 - Raíces perdidas
Capítulo 107 - Enharinar
Capítulo 108 - Padre-hija
Capítulo 109 - Inesperado
Capítulo 110 - Bellaᵗʳᶦˣ
Capítulo 111 - Reunión familiar
Capítulo 112 - Jira
Capítulo 113 - Cabrío
Capítulo 114 - Corpóreo
Capítulo 115 - Flujo
Capítulo 116 - Harry-out
Capítulo 117 - Último chance.
Capítulo 119 - Ritual
Capítulo 120 - Alianzas
Capítulo 121 - Slade, de nuevo.
Capítulo 122 - Demasiado...
Capítulo 123 - Consumar
Capítulo 124 - El legado de Hipatia
Capítulo 125 - "Re-lash-i-o"
Capítulo 126 - Canapé.
Capítulo 127 - Remanente
Capítulo 128 - Regreso a Hogwarts
Capítulo 129 - Código uno
Capítulo 130 - Dejar pasar
Capítulo 131 - Planes cambiantes
Capítulo 132 - Confrontación final
Capítulo 133 - Pendiendo de un hilo
Capítulo 134 - Secreto a voces
Capítulo 135 - Juicio peliagudo
Capítulo 136 - Confesiones
Capítulo 137 - La
Capítulo 138 - Familia
Capítulo 139 - Tirria
Capítulo 140 - Veneno
Capítulo 141 - Lilit
Capítulo 142 - Desconcierto
Capítulo 143 - Conmemoración
Capítulo 144 - Sanadoras
Capítulo 145 - Esponsales.

Capítulo 118 - Luces de neón.

383 41 6
Par A_urria

Salí de la ducha mientras me frotaba con una toalla la cabeza.

Cada día era una pequeña tortura. En aquellos días de soledad en la calurosa campiña francesa lo único reconfortante era poder darse una ducha fría por la mañana.

Como de costumbre en las apenas tres semanas que llevaba allí saqué mi pergamino para hablar con Severus. Sin embargo, las palabras allí escritas me fueron totalmente inesperadas.

"Voldemort ha sido descubierto. Lucius será enviado a Azkaban."

"¿Qué?" Escribí inmediatamente sobre el papel.

A medida que pensaba en aquellas palabras, más preguntas surgían en mi cabeza. Situación que empeoró porque Severus no pudo contestarme.

Al acceder a la comunidad parisina de magia, se escuchaba a las personas nombrar a "Vous-Savez-Qui", "Celui-Dont-On-Ne-Doit-Pas-Prononcer-Le-Nom" o, los mas atrevidos, "Le Seigneur des Ténèbres"

Aquellos últimos eran los que me interesaban y, ante las últimas nuevas, las posiciones en la calle eran bastante evidentes. Sin duda Francia era uno de los países de Europa donde el Señor Tenebroso tenía más partidarios, que no seguidores.

- ¡Prima! ¡Prima! – se escuchó gritar a lo lejos.

Instintivamente levanté la cabeza. Una adolescente rubia de metro cincuenta se dirigía directa hacia mí.

- Elle est ma cousine Lyra (Es mi prima Lyra) – le respondió a alguien que al parecer le había preguntado.

- ¿Adeline? – pregunté confundida.

- Oui. Sí – la adolescente se lanzó a mis brazos.

- ¿Dónde se ha quedado aquella mocosilla? – me separé de ella para poder observarla -  Se ha convertido en una hermosa dama – acaricié la mejilla de la hija de una de las primas de mi padre.

- Hace ya siete años de la boda del tío Jerôme.

- Lo extraordinario es que me hayas reconocido.

- El tío segundo Lucius viene seguido y siempre me enseña fotos tuyas. Siento lo del tío Lu – su voz se tornó queda -, de seguro la tía Cissy que estará muy triste.

- No te preocupes – la envolví con mis brazos -. Seguro que todo saldrá bien – aquello era precisamente lo que necesitaba que me dijeran.

Adeline era la segunda mujer tras de mí en aquella generación de la familia Malfoy. De pequeña solía visitar a menudo la mansión Malfoy en Wiltshire, por lo que prácticamente se crio en Inglaterra.

La última vez que la vi tenía siete años. Durante los siguientes cuatro años, hasta que entró en Beauxbeatons, siguió acudiendo a la casa. Sin embargo, siempre coincidía con mi estadía en Hogwarts.

- ¿Cómo es que estás aquí?

- Padre está con unos negocios por aquí cerca, yo estoy esperando a mi madre, está donde la couturière (modista).

- Me gustaría saludarlos.

- Ven entonces, te llevaré hasta mamam.

Rémi Gauthier, el padre de Adeline, era un ferviente coleccionista de Artes Oscuras. Si alguien sabía como ponerme en contacto con la juventud radical de París sin duda era él.

Tras una corta charla con Sophie Malfoy, me dio indicaciones sobre como encontrar a su marido.

Saqué mi capa de verano y me cubrí el rostro para ingresar en aquella calle a la sombra. Las tiendas estaban en estado deplorable y el suelo repleto de mugre. Había que mirar dos veces el camino antes de dar un paso.

- Qu'est-ce qu'une jolie jeune fait ici? (¿Qué hace una bella joven aquí?) – un hombre se me acercó por un lateral.

Parecía tener buen porte, pero un ligero temblor en sus movimientos lo delataba. Síndrome de abstinencia.

Antes de que pudiera alcanzarme, mi varita se encontraba sobre su nuez.

- Uhh! Une espiègle fille! – no tenía tanto nivel de francés como para poder comprender lo que decía cuando hablaba atropelladamente – C'est une bonne chose.

- Je suppose que vous ne voudrez pas faire face a Le Seigneur des Ténèbres. (Supongo que no querrás enfrentarte al Señor tenebroso) -  le respondí con la mayor tranquilidad que mi cuerpo podía concederme. Una pena que mi mano estuviera temblando levemente.

El hombre abrió los ojos con temor y se marchó lo más rápido que sus piernas le permitían.

- Vous aves un affreux française (Tenéis un francés horroroso)– proununció en burla una voz familar.

- Rémi – solté con alegría al verle de frente, ya no tendría que pasar más tiempo en aquella pocilga -. Al fin te encuentro.

Estaba bastante cambiado respecto a mis recuerdos, pero aquellos ojos eran inconfundibles. Un iris era de color azul cielo, mientras que el contrario resultaba una mezcla entre azul oscuro y marrón.

- Perdona , ¿nos conocemos?

- Claro que sí.

- ¿Quién eres joven encapuchada? – preguntó intrigado.

- Tío Remi, me entristece mucho que no me reconozcas – retiré lo suficiente la capucha para que resbalara hacia el exterior un mechón platino.

- ¡Lyra! ¿Pero que haces tú por estos lares?

- Te estado buscando, tito. Necesito algo de ayuda con tus contactos.

- Será un placer jovencita – se acercó y me rodeó con un brazo -. Vayamos a casa para hablar tranquilos. Adeline se alegrará de verte.

La ayuda de Rémí fue enorme. Conseguir reclutar cuarenta nuevos fieles era algo casi inimaginable .

Era muy notoria la diferencia de población mágica en aquella ciudad. Era una sociedad joven, al contrario que la envejecida británica, donde cada vez parecía haber menos magos.

Tras pasar unos días en Barcelona me instalé en donde dormiría hasta terminar la misión. Desde los Países Bajos partía cada día hacia algún país diferente.

En aquel verano hubo un amplio movimiento turístico por la celebración de un torneo Europeo de un deporte muggle en Inglaterra, por lo que el movimiento masivo de turistas opacaba mis repetidas entradas y salidas a los mismos países.

- ¿Quieres salir a cenar esta noche? – preguntó mi casero y compañero de dormitorio.

- Estoy cansada – me quejé, sentándome junto a él en el suelo, separados por una mesa baja de salón.

Aquella habitación era fría. Las paredes de color blanco presentaban varios pósteres mágicos de antiguas bandas con apariencia de insurrectos.

Bajo una desordenada cama se encontraba  el viejo colchón que usaba para dormir.

- No seas aburrida, Malfoy.

- Mañana me tengo que despertar a las seis para volver a Rumanía.

- Ten cuidado, allí hay muchos vampiros – intentó avisarme Kevin van Denend, el que en el último trimestre fue compañero de Slytherin.

- El otro día me topé con Vlad el Empalador.

- Estás de broma, ¿no?

- Simplemente me dijeron que quería verme.

- ¿Y fuiste?

- ¡Por supuesto que no! Creo que no he corrido más en mi vida. Pero al día siguiente el mismo Dracul se presentó mientras almorzaba.

- ¿Y que pasó?

- Casi me cago encima – respondí con simpleza.

Mi compañero se río por lo bajo. Si no hubiese salido bien no estaría allí en esos momentos.

- Solo le interesaba el motivo por el que visitaba tanto las zonas bajo su control - proseguí.

- Si yo fuera él yo también lo haría. Los magos que suelen rondar su colonia no suelen tramar nada bueno.

- Yo solo iba a uno de sus pueblos mágicos, nunca me acerqué a ningún vampiro. Se tomó una copa de sangre mientras me pedía explicaciones y luego se fue satisfecho. Aun estoy en shock, me dijo de buena gana que le dieras recuerdos a su amigo Tom.

- Bueno, Lyra... Ha sido una buena historia. ¿Vamos ahora a tomar algo?

- Sabes que no bebo.

- Pero yo sí. Tú puedes comer, eso te gusta, ¿no? Venga, yo invito.

- Kevin, ya salimos a cenar ayer. Aun me encuentro pesada por lo de anoche.

- No importa, seguro que te cabe un par de entrantes o el postre.

- Poder, puedo, pero no debería.

- Un día es un día – se puso de pie y comenzó a tirar de mí por los pies.

- Eso mismo dijiste ayer – me dejé arrastrar por mi amigo.

- No seas aguafiestas... - me miró con ojos de cordero.

- Está bien – me rendí -. Dame unos minutos para que me ponga algo decente

- Yo te veo bien así.

- ¡No pienso salir en pijama!

Mientras intentaba buscar un tesoro en mi nada apetecible comida, Kevin llamó mi atención.

- Te prometo que está bueno.

- Perdona, Kevin. Estaba perdida en mis pensamientos. Simplemente estoy esperando a que se enfríe un poco.

- Chica, es que anda que pedir hachee con stamppot en mitad de verano.

- Sabes que me encantan los bitterballen, pero mi estómago no lo aguantaría.

- Venga, Ly, ¿Qué te pasa? Jamás te he visto tan decaída.

- No me pasa nada.

- Quizás ese sea tu problema – alzó las cejas, queriendo insinuar algo.

- Es posible... - acerqué un trozo de carne estofada a la boca. Su sabor se asemejaba al pulled pork americano.

Me detuve un momento a volver a echar un vistazo al atestado local. Las luces de neón, en su mayoría violetas, animaban al ambiente a muchos jóvenes de la gran ciudad de Amsterdam.

Las mesas y sillas eran como las de cualquier otro bar y al fondo se podía observar a grandes grupos jugando al billar en varias mesas.

Ese no era precisamente un sitio para mí. En aquellos momentos preferiría estar en mi hogar, la mansión Prince, rodeada de gran parte de lo que quiero.

- Me permites hacerte una pregunta – captó mi atención.

- Claro – contesté ingenua.

- ¿Qué es lo que más extrañas?

"Severus" susurró mi subconsciente al escuchar aquella pregunta.

- Hecho de menos jugar con mi crup, Boreal, y ver jugar todo el día a mis cinco crías de Kneazle. Aunque técnicamente tienen ya dos años y medio.

Kevin no podía siquiera imaginarse que en ese mismo instante Norm estaba junto a nosotros. La quimera solía salir por las noches para vigilarme o para dar paseos junto a mí en algún nuevo país.

- ¿Y de quién es la camiseta que usas de pijama? Se nota a leguas que era de hombre.

- Es de alguien a quien ahora mismo me sería imposible ver – no pude evitar que el fantasma de una sonrisa cruzara mi rostro.

- Entiendo... Debe ser duro que el Señor Malfoy esté en Azkaban.

- No estaba hablando de mi padre – contesté seca.

El ambiente se volvió tenso y el silencio incómodo.

- ¿Sabes? – comenzó Kevin – Hace unos meses estaba muy convencido de que podría conquistarte, pero antes de que tú notaras si quiera algo Copeland me hizo desistir.

Aquella confesión me había dejado algo fuera de lugar. Quizás entonces los ataques de rabia de Severus contra él no fuesen tan irracionales como había llegado a pensar.

- Me dijo que da igual lo mucho que intentara, tú solo tendrías siempre ojos para una única persona.

- Esa Cope... Siempre metiéndose donde no la llaman – comenté derrotada.

- ¿Es la misma persona a la que pertenece la camiseta?

- Kevin, lo siento, pero no pienso hablar aquí de esto. Llámame paranoica, pero cualquier persona podría tener la oreja puesta.

El joven castaño levantó la mano para llamar al camarero.

- Come rápido porque dentro de dos copas estaremos de vuelta en casa – me apresuró.

Veinte minutos más tarde me encontraba cambiándome en el baño de Kevin. Su pequeño ático de 35 metros cuadrados parecía menos agobiante una vez te acostumbrabas a él. Contaba con todo lo esencial para vivir, un dormitorio, una cocina y un cuarto de baño.

Al menos, lo esencial para un joven sin ataduras que pasaba 9 horas diarias fuera de casa. Para mí era lo más parecido a una prisión con comodidades.

Me volví a poner la camiseta de Severus y me quedé unos segundos más sentada en la taza del retrete. Estaba tremendamente cansada.

Cuando salí la baja mesa del lugar estaba arrinconada contra una de las paredes y mi colchón ya colocado en el suelo.

- He pensado que tendrías sueño – Kevin estaba sentado sobre su cama, con un pijama gris de manga corta.

- Y tanto – me dejé caer, con cuidado de no hacer daño a Norm, al colchón.

Tras unos segundos bocabajo me volví.

- ¿Y bien? ¿Me lo dirás? – preguntó chismoso.

- Si te lo digo deberás usar el Juramento Mordax.

- ¿Estás loca?

- Kev, hay cosas que no sabes. ¿Ves esto? – pase la mano sobre mi antebrazo izquierdo, retirando el hechizo que mantenía la marca oculta.

- ¿Esa es...? Había oído hablar de ella, pero jamás visto.

- No es una normal. Es una herida provocada por una maldición ligante. Estoy marcada como su elección.

- ¡¿Por qué tu?! – preguntó incrédulo - ¿No te saca como tropecientos años? – no pude evitar reírme ante eso último.

- Al parecer – hice aparecer una bola de agua con mi mano izquierda – tengo un flujo de magia extraordinario – en la otra surgió una de fuego.

- ¡Lyra! Me vas a quemar la casa.

- No exageres – acerqué las manos hasta que las bolas estuvieron a punto de tocarse.

Entonces comenzaron a entrelazarse sin juntarse, para finalmente fusionarse en vapor de agua.

- Eso ha sido bonito.

- Bobadas. Simplemente lo primero que se me ha cruzado por la cabeza.

- Jamás había visto a nadie realizar hechizos complejos sin varita.

- Entonces no has visto nada.

- No me pasará nada por hacer eso, ¿no?

- Simplemente no podrás referirte a él como mi pareja.

- ¿Pareja? Yo pensaba que era solo un amor platónico.

- Dame la mano.

Unos cuantos hilos comenzaron a envolver nuestras manos.

- ¿Listo? – pregunté una vez estuvieron hechos todos los preparativos.

- Nací listo.

- Eres un chulo – hice como si tuviera una cremallera en la boca y la cerré -. Severus Snape – confesé.

Intentó decir algo en el momento, pero no pudo.

- ¿Seguro que estamos pensando en el mismo tío?

- Segurísimo – reí ante su reacción.

- ¡Joder! Ya decía yo que me tenía manía.

- No te tiene manía.

- ¿Estás ciega?

- Bueno, puede que no pudiera ni verte.

Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

121K 21.6K 59
Jimin es un humano común y corriente, un día va a una excursión en el bosque y al recostarse en un árbol es transportado a un mundo mágico, llamado f...
77.6K 8.2K 54
☆ y me pueden decir diez mil cosa' de ti pero yo pongo mi alma en el fuego por ti nadie sabe, lo que yo haría no saben que ni con cien mencione' van...
189K 16K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
278K 19.7K 35
Con la reciente muerte de su padre el duque de Hastings y presentada en su primera temporada social, Annette empieza a acercarse al hermano mayor de...