CAPÍTULO 83.1

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"¿En donde estas?"





Al mirar quienes acababan de llegar, Lang Feng retrocedió unos pasos.

- Disfruten estos últimos días, que pronto ya no existirá la paz...

Unas llamas azules la envolvieron, y su silueta desapareció en un parpadeo.

El cuerpo de Riu Ha casi sin fuerzas por lo que acababa de hacer, colapsó en el suelo arrastrándose hasta el borde de ese risco. "Liu Sheng...". 

Feng Ha observó a las personas mal heridas, trató de ayudar, pero estos solo corrieron al borde del risco al igual que Riu Ha. 

- ¡Maestro Liu Sheng!

- ¡Joven Maestro!

Zhi Ha corrió al lado de Riu Ha, ayudándolo a ponerse de pie. "¿Riu Ha que sucede? ¡Mírame! ¿Qué pasó?".

El joven mantenía su mirada en aquel risco, sin poder moverse o hablar. Feng Ha observó alrededor, y notó que, aquel joven de blancas túnicas no estaba. Prestó atención a lo que llamaban las otras personas, y entonces lo supo. 

- ¿El otro joven... El cayó?

Zhi Ha ".............."




Los cielos volvían a aclararse, el sol volvía a brillar en lo alto. Tras 3 días de intensa búsqueda, los aprendices, discípulos, y gente del pueblo no se daban por vencidos. La noticia de lo que le había sucedido a Liu Sheng, viajó en las cuatro direcciones. Lo que le había sucedido a la Secta del Sur, y a su montaña, era una noticia que vendía como pan caliente.

La Montaña quedó en un estado deplorable, el suelo agrietado, la mayoría de las habitaciones, y salones hechos escombros. Los campos de entrenamiento sin duda eran los peores, con zanjas de tierra por doquier. 

Aunque la taza de muertes era baja, aun así eran muertes que contaban, y que sin duda no podrían ser compensadas.

Los aprendices que habían venido de clanes o mansiones de cerca, regresaron a sus hogares hasta nuevo aviso. y los discípulos internos de la Secta, junto con los maestros, tendieron tiendas de improviso en las faldas de la montaña dorada. Por el momento, era lo único que podían hacer.

Gu ZhinZa mandó a traer desde el Norte, todo tipo de cosas que necesitaran. Era momento de que las cuatro sectas se reunieran. Sin Embargo, cada una de estas tenia sus propios problemas. En el Oeste, las desapariciones, y disputas internas con los de alto rango. En Este los clanes comenzaron a pelear entre ellos. Todo se había vuelto un caos, un caos que extrañamente parecía orquestado.

Zhi Ha dio toda su ayuda encubierta, para localizar a Liu Sheng, pero ya pasando tres días, y ni una sola señal de que apareciera.

Zhi Ha no solo buscaba a Liu Sheng, si no también, a Xiao Meng quién después de jurar venganza, desapareció sin ser hasta el momento, localizada.

El General Lei, iba y venia, con cada llegada, Liu Jian iluminaba sus ojos, pero las noticias que traía, siempre eran mas mismas.  

Riu Ha lideraba la búsqueda mas lejana, en donde el Río De Oro terminaba hasta las lejanas tierras de los Clanes de Agua.

Si Liu Sheng cayó directo al río de oro que pasaba debajo de la montaña, eso significaba que seguía con vida, dado que el río poseía propiedades curativas. Sin embargo, sobre las dagas que Lang Feng utilizó para herirlo, no se conoce nada. Estas pudieron estar impregnadas de veneno demoniaco, o alguna especie de maldición. Pero antes de sacar cualquier conclusión inimaginable, debían encontrar a Liu Sheng.

De esa forma, pasó una semana. Riu Ha junto con Lu Xian, Mi Zhin, y Su Yin, acampaban cerca de las aguas turbulentas de los Clanes agua. Riu Ha se negaba en retirarse, aun después de la orden de Liu Jian de volver. 

En en Sur, Liu Jian, junto con la ayuda de Zhi Ha habían logrado proteger los alrededores de la Secta, Gu ZhinZa tenia dos días que volvió al Norte.

- ¿Me estas diciendo que todo lo que esta sucediendo no es una simple coincidencia?

Zhi Ha respondió con un tono serio. "Exactamente hermano Liu, esto es parte del plan de alguien mas. Alguien que observa de las sombras como este mundo se destruye bajo sus propios términos. Un observador que, tensa los hilos, y los afloja cuando es necesario. 

Liu Jian sabia que algo de esto era bastante extraño, su forma de ver las cosas sin duda lo hacia dudar, entonces bajo la explicación de Zhi Ha, no pudo negarlo mas. - ¿Ese observador, tiene algo que ver con lo que Sheng y ZhanLi contaron de hace 500 años?...

Feng Ha apareció de la nada, respondiendo su pregunta. - Controlar el destino de alguien mas, o los hechos del futuro, no es tan difícil como crees. Únicamente necesitas no estar atado a las leyes que rigen al mundo mortal. Y esas básicamente se resumen en... No ser un mortal.

Los dos escuchaban con atención, aunque Zhi Ha ya lo sabia, escuchar a Feng Ha hablar le daba energía para mil años mas.

Liu Jian comprendió de inmediato que, se enfrentaban a un enemigo con medios para dominar este mundo por completo, y dado que Pingheng lo dijo "Lo que tiene que pasar, pasara..." De esa forma, ni siquiera los dioses o demonios podían intervenir, solo "Retrasarlo, hasta que suceda". 

Unos pasos se escucharon apresurados y ansiosos. Un grupo de discípulos de medio rango, apareció gritando, directo a la carpa de Liu Jian.

- ¡¡Lider de la Secta!! ¡¡Lider de la Secta!!

- ¡¡Es un milagro!! ¡¡Un milagro!!

Liu Jian abrió la carpa a toda prisa. - ¿Qué es ese ruido? ¿Qué sucede?

Los discípulos reverenciaron agitados y sudorientos. 

- ¡¡Lider de la Secta, lo encontramos!!

- ¡¡Encontramos al Segundo Maestro!!

"................"

Los discípulos se hicieron a un lado, abriendo paso, y entre ellos, pasaron cuatro discípulos cargando un cuerpo cubierto por una manta. De inmediato, Liu Jian y todo los presentes pensaron lo peor, pero... 

Un discípulo de ojos claros, reverenció informando. - Una pareja de ancianos que vive a las afueras de la Secta, encontró al Segundo Maestro en la orilla del río. ¡Los hemos traído para interrogarlos!

Liu Jian no escucho nada, solo corrió hasta el cuerpo, retiró la manta para tomar su pulso, y al instante... Al Instante solo pudo llorar. 

Zhi Ha se acercó con los ojos iluminados. "¿Que sucede?... ¿El esta...?". 

Liu Jian se derrumbó a llorar, haciendo que todos pensaran lo peor, pero entonces dijo con voz quebrada. - Esta vivo... ¡Mi hermano sigue vivo!

Zhi Ha tomó su pulso, efectivamente estaba vivo, muy débil pero vivo.  Zhi Ha volteo a mirar a Lei, dando una orden con firmeza. "¡Manda una carta a Riu Ha, de inmediato!".

Lei asintió. 

Encuentrame Entre TiemposHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin