CAPITULO 25

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El pasado:

"Los perros no deben tocar a las garzas de alas doradas"








Xiao Meng estaba harta de su vestimenta, se quitó la túnica con la capa y monto el caballo de un guardia, desapareciendo en el bosque cerca del templo.

Cabalgo demasiado rápido, como tratando de escapar de lo que ahora se había convertido. Acompañada de la brisa, se detuvo cerca de un risco, suspirando pesadamente. "Ojalá estuvieras aquí Madre"

Observó el amplio rio que atravesaba debajo del risco, con un color claro cristalino, el olor a flores impregno el aire. "¿Sabes? Este lugar siempre fue mi favorito, mi madre me traía a pescar aquí". Se detuvo un momento y continuo. "No puedo creer que este hablando con un caballo"

En ese momento estaba por regresar, cuando de repente el caballo comenzó a agitarse abruptamente. "Wooo Wooo ¿Qué sucede?"

"¡Hey, tranquilo!"

El caballo parecía no escuchar, actuaba inquieto, y en un momento no pudo controlarse mas, de un salto, Xiao Meng cayó de su lomo, pero afortunadamente, aterrizo sobre el risco. "¡Hey, casi me ma!..."

Antes de que pudiera terminar de hablar, Xiao Meng fue pateada por el caballo asustado, y debido a que estaba en el borde del risco, no pudo sostenerse de nada, cayendo directo hacia el rio.

La altura era demasiada, Xiao Meng aterrizo de golpe en el agua.
Comenzó a luchar. "¡Ayuda! ¡Alguien!"

Nadie la escucho, nadie le respondió. "¡Ayuda! ¡Ayu..!" El miedo y la confusión nublaron su juicio, y entonces perdió la conciencia.

....

En el palacio, los consejeros reales peleaban entre ellos.

- ¡¿Cómo es posible?! ¡Como pudo pasar esto?!

- ¡Su Majestad pudo haber muerto!

- ¡¿Quién estaba a cargo de cuidar a Su Majestad?!

- ¡Si! ¡La persona que descuido a Su Majestad, debe morir!

- ¡Estoy de acuerdo, matemos al irresponsable!

- También maten al caballo, ¡Esa bestia, casi mata a Su Majestad!

Tras escuchar bastante, el rey jubilado no pudo aguantar mas. "¡BASTA!"

"..."

Todo el salón cayó en un silencio mortal. Los ancianos del consejo real, bajaron sus cabezas.

"Castigar o no castigar, es lo de menos ahora. Lo que importa es mi hija ¡La Reina! ¡Su Reina!"

"¡No quiero volver a escuchar nada de ustedes, y en cuanto a este accidente, yo me ocupare de eso!"

Los ancianos seguían con su cabeza baja, solo podían asentir.

El príncipe, tomó la mano de su padre, para calmarlo. "¿Padre?". Pero inesperadamente, el rey soltó su mano, de forma grosera, mirando a su hijo. "Tu... ¡En lugar de proteger a tu hermana, estas aquí! ¡Eres un inútil!"

El príncipe bajo su cabeza, mientras el rey salió de la sala apresurado y molesto.

En la habitación, lentamente Xiao Meng abrió sus ojos, confundida y cansada. "¿En dónde estoy?".

De inmediato una doncella la ayudó a levantarse. "Su Majestad ¿Cómo se siente?"

Xiao Meng se quejó de un dolor en su cuerpo. "¿Qué que paso?"

Encuentrame Entre TiemposDove le storie prendono vita. Scoprilo ora