CAPÍTULO 34

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El Pasado:

"Duelo a Muerte"





Pensamientos de Lin Qin:

Dicen que el inicio de un amor, es una siempre mirada a la lejanía, un encuentro producto del destino, o un cruce inesperado de palabras.

El amor puede ser una tortura, pero cuando estas con la persona que roba tu aliento, ningún golpe llega a doler lo suficiente.

Cuando das tu todo por esa persona, nada mas importa, preferirías recibir el golpe, que ver sufrir a tu amor.


Xiao Meng se quedó aturdida ante el inesperado abrazo de la persona, y tras unos momentos, reacciono casi enojada. "¡Que estás haciendo!".

Lin Qin retrocedió unos pasos. "Yo... Yo solo quería... Quería reconfortar a Su Majestad".

La reina la empujó lejos, Lin Qin se sintió tonta y tonta.
¿Que fue lo que hizo? ¡¿QUE FUE LO QUE HIZO?!

Titubeó tontamente, viendo a la reina a los ojos, su rostro se puso rojo. No sabía que decir, no creía que la reacción de la otra persona fuera tan exagerada.

Lin Qin estaba avergonzada.

¿Le confieso mis sentimientos? Este pensamiento estaban en su mente. Sin embargo, no hizo nada, y solo pudo salir corriendo en medio de la lluvia.

Lin Qin corrió lejos, empapando su uniforme. Se paró bajo la lluvia, viendo a lo lejos el palacio de nube.

Su Majestad, por favor, por favor... NO ME ODIE.


Al día siguiente, Xiao Meng se despertó pesadamente, con el cuerpo aun adolorido, y los moretones aun visibles. Pero tenia que entrenar, con o sin dolor, tenia que entrenar.

Una joven doncella de túnicas simples entró a la habitación. - ¿Su Majestad? ¿Cómo se encuentra hoy?

Xiao Meng se sentó en la cama. "No importa como me sienta. Solo ayúdame a cambiar mis vendas".

La doncella asintió.

Tras quitar su túnica exterior, la reina revelo un cuerpo lleno de moretones visibles, y marcas de latigazos en su pecho, espalada, brazos y piernas. Las vendas no podían ocultar todo. Las curanderas del palacio habían hecho todo lo posible para reducir la inflamación, la sangre coagulada, y cerrar las heridas. Pero nada era tan efectivo.

El Arma "Acero de fuego", era famosa por hacer sentir a los que sea que fueran tocados, un horrible dolor, como el de un acero quemando su piel. Además, de que reducía en mucho la energía espiritual, haciéndote sentir débil.

Si Xiao Meng no fuera el prodigio de mujer que era, con la energía espiritual que poseía, de niveles excepcionales. El arma de su padre la habría casi matado, y solo podría recuperarse después de meses de curación.

La doncella, junto con otra joven sirviente, cambiaron las vendas ensangrentadas de la reina, limpiaron sus heridas, untaron una mezcla de hiervas, y volvieron a vendar. Después, la ayudaron a vestirse con una delgada túnica purpura interior, cubierta por una mas gruesa en el exterior. Peinaron su cabello en una coleta alta, acompañada por su corona plateada.

Xiao Meng suspiro al verse al espejo, con esa apariencia tan maltratada. "Quiero a mis cuatro doncellas principales en el campo de entrenamiento trasero".

- Si, Su Majestad.

Xiao Meng desayunó en su habitación, solo acompañada de el silencio del lugar. Posteriormente, se dirigió al campo trasero, en donde sus doncellas personales la estaban esperando. Las jóvenes se inclinaron.

Encuentrame Entre TiemposWhere stories live. Discover now